Pivovarsky Dům
Mi historia con Pivovarský Dům se remonta a los primeros días luego de haberme mudado a Praga. Lo vi desde el tranvía camino a una de mis primeras clases. No hablaba casi nada de checo entonces, pero sabía que el nombre tenía mucho que ver con cerveza y me imaginé que con buena cerveza. Como entonces estaba casi en quiebra, me prometí que con mi primer sueldo iría a almorzar allí, qué buena decisión!
El lugar: Está en una esquina de la infernalmente transitada Ječná, con grandes ventanas a la calle, junto a las cuales hay mucha parafernalia cervecera. Está dividido en tres salones, un salón fumador, atrás, un sótano y el salón principal, no fumador, adelante. Este último está dividido en dos. A la izquierda de la entrada, un área que parece sacada de los años de la primera república y que me gusta mucho, paredes cubiertas de madera oscura, lámparas con diseño art nouveau, mesas y sillas de madera oscura, y otros detalles de la época. La otra mitad, con decoración más simples, pero dominada por los alambiques donde se preparan las geniales cervezas que allí se sirven. En el medio, el bar, que mantiene el concepto de los años treinta.
El servicio: Es bueno, profesional, rápido y eficiente. Acostumbrado a tratar con muchos clientes a la vez.
La comida: Algunas cosas no son tan buenas, otras son geniales. De lo mucho que he probado, lo que más me gusto ha sido la myslivecká roláda, un arrollado de carne de jabalí acompañado con col roja cocida y knedlíky de papa y el guláš, preparado con cerveza. Los snacks y las sopas también están muy buenos.
La cerveza: Es por lo que realmente voy a Pivovarský Dům. Todas las cervezas se elaboran en el lugar, más frescas, imposible. Se puede tomar allí, a mi gusto, la mejor ležák en Praga, o la sobresaliente černý ležák, más dulzona, con toques de café y cacao. Ahora, al mezclarse ambas y convertirse en una řezané podemos tomar un pedacito del paraíso en un vaso. Pero esto no es todo. Este lugar es un pionero en lo que respecta a cervezas saborizadas, uno puede probar kavové, boruvkové, višňové, bananové y kopřivové pivo, cervezas saborizadas respectivamente con café, arándanos, guindas, banana (realmente no se las recomiendo) y ortiga (un gusto adquirido); más una cerveza de trigo, una cerveza preparada con estilo champagne (Šamp) y la cerveza del mes. Para aquellos curiosos, pero tímidos, existe la posibilidad de pedir medidas de degustación, y para aquellos entusiastas con mucha sed, existe la posibilidad de pedir cerveza tirada en una “jirafa” de 8l. Se puede también comprar las cervezas embotelladas o en barrilitos de 5l para llevar a casa.
En síntesis, es un lugar que en los últimos años se ha vuelto muy popular con los turistas, pero que sigue manteniendo su identidad y su calidad. Es un lugar al que ya no voy tanto como antes, pero al que sigo volviendo como al primer amor, y al que, seguro, nunca dejaré de ir de tanto en tanto.
Pivovarsky Dům
Ječná/Lípová 15
120 44 Praha 2
Mi historia con Pivovarský Dům se remonta a los primeros días luego de haberme mudado a Praga. Lo vi desde el tranvía camino a una de mis primeras clases. No hablaba casi nada de checo entonces, pero sabía que el nombre tenía mucho que ver con cerveza y me imaginé que con buena cerveza. Como entonces estaba casi en quiebra, me prometí que con mi primer sueldo iría a almorzar allí, qué buena decisión!
El lugar: Está en una esquina de la infernalmente transitada Ječná, con grandes ventanas a la calle, junto a las cuales hay mucha parafernalia cervecera. Está dividido en tres salones, un salón fumador, atrás, un sótano y el salón principal, no fumador, adelante. Este último está dividido en dos. A la izquierda de la entrada, un área que parece sacada de los años de la primera república y que me gusta mucho, paredes cubiertas de madera oscura, lámparas con diseño art nouveau, mesas y sillas de madera oscura, y otros detalles de la época. La otra mitad, con decoración más simples, pero dominada por los alambiques donde se preparan las geniales cervezas que allí se sirven. En el medio, el bar, que mantiene el concepto de los años treinta.
El servicio: Es bueno, profesional, rápido y eficiente. Acostumbrado a tratar con muchos clientes a la vez.
La comida: Algunas cosas no son tan buenas, otras son geniales. De lo mucho que he probado, lo que más me gusto ha sido la myslivecká roláda, un arrollado de carne de jabalí acompañado con col roja cocida y knedlíky de papa y el guláš, preparado con cerveza. Los snacks y las sopas también están muy buenos.
La cerveza: Es por lo que realmente voy a Pivovarský Dům. Todas las cervezas se elaboran en el lugar, más frescas, imposible. Se puede tomar allí, a mi gusto, la mejor ležák en Praga, o la sobresaliente černý ležák, más dulzona, con toques de café y cacao. Ahora, al mezclarse ambas y convertirse en una řezané podemos tomar un pedacito del paraíso en un vaso. Pero esto no es todo. Este lugar es un pionero en lo que respecta a cervezas saborizadas, uno puede probar kavové, boruvkové, višňové, bananové y kopřivové pivo, cervezas saborizadas respectivamente con café, arándanos, guindas, banana (realmente no se las recomiendo) y ortiga (un gusto adquirido); más una cerveza de trigo, una cerveza preparada con estilo champagne (Šamp) y la cerveza del mes. Para aquellos curiosos, pero tímidos, existe la posibilidad de pedir medidas de degustación, y para aquellos entusiastas con mucha sed, existe la posibilidad de pedir cerveza tirada en una “jirafa” de 8l. Se puede también comprar las cervezas embotelladas o en barrilitos de 5l para llevar a casa.
Pivovarsky Dům
Ječná/Lípová 15
120 44 Praha 2
Estuvimos hace tres semanas en Praga, y esta cervecería estaba cerquita del hotel.. así que allá fuimos a probar su cerveza.. y nos gustó tanto que volvimos otro día ! Merece la pena visitarlo, buena comida al mejor precio, y sobre todo su cerveza, es artesanal y está buenísima.
ResponderBorrarGracias, filósofo cervecero, por tus recomendaciones!