Tenía el día frente a mí. Había gente de vacaciones. Evalué mis opciones, ir a casa después de comer algo, leer pavadas en internet o quizás ver una película alquilada al paso, o ir Pilsen y visitar los tres brewpubs que allí funcionan.
Adivinen qué elegí....
Casi no voy, el día estaba feo y no pintaba que iba a mejorar. Pero los mapas que había impreso desde internet, la cámara de fotos, las notas que había tomado sobre el transporte público y el libro que tenía para leer durante el viaje me pesaban
mucho, así que cerré la campera y fui a Smíchovské Nádr. a tomar el tren de las 10:24.
Podría haber tomado el autobús de Student Agency desde Zlíčin, pero no estaba seguro del horario, ni del precio (seguramente más barato que el tren) y no tenía ganas de irme hasta ahí y que me digan que el autobús está lleno y que tengo que esperar el siguiente. Además, sabía que tren me dejaba más cerca del centro y de uno de los trolebuses que tenía que tomar para llegar a uno de mis destinos.
90 minutos más tarde el tren llegaba a la linda estación de tren central de Pilsen. Me ubiqué en el mapa empecé a caminar a la parada del trolebús. Antes de llegar, ese lado perverso que todos tenemos se despertó preguntó con voz tentadora "¿Qué tal si nos damos una vuelta por Pilsner Urquell?" (podría haber llegado fácilmente caminando desde la estación de tren). Le pegué un sopapo en la nuca para hacerlo callar. Ya había estado hace unos años en la gran cervecería, no iba a haber nada nuevo y además mi objetivo era otro. Explorar.
Quizás fue ese corto altercado con mi lado perverso lo que me distrajo y me hizo tomar el trolebús 13 en la dirección opuesta. Por suerte me di cuenta un par de paradas más tarde. Nada grave. El trolebús correcto, en dirección Černice vino pronto. Por suerte había sacado un boleto de 40Kc, válido por todo el día. Muy práctico, muy barato.
Media hora más tarde, casi, me bajaba en la parada Gen. Lišky. Caminé unos metros en dirección a una diagonal arbolada. Un par de cientos de metros más tarde, al final de esta calle había llegado a mi primer destino, ubicado en una pequeña plaza, muy tranquila.
Hotel a Pivovar Purkmistr. Crucé el amplio patio en la entrada, pasando por las mesas vacías por culpa de la lluvia y entré al restaurant.
Qué lugar más lindo. Decorado con gusto, pero no con lujo ni con kitch, dominado por los alambiques de rigor. Algo se estaba cocinando en ellas y el salón tenía ese característico y delicioso aroma de la cerveza en sus primeros estados de gestación.
El camarero no se hizo esperar. Le pregunté qué estaban tirando ese día y me pedí una Ležák, el caballito de batalla de casi toda cervecería checa, no importa el tamaño.
Lo que llegó a la mesa en fue un půl litr conteniendo una cerveza de intensísimo color dorado, casi naranja con compacta espuma. Si no hubiese sabido lo que había pedido no hubiese identificado nunca esta cerveza como una Bohemian Golden Lager (aunque dado que es elabroada en Pilsen, podríamos llamarla Pilsner Lager sin estar mintiendo). A diferencia de lo que estoy acostumbrado (frutas, malta, flores, cítricos), el aroma de esta cerveza estaba dominado por levaduras, casi como una abbey blonde belga, con menos intensas, pero muy pesentes notas de pomelo. El sabor es una lucha entre frutas, cítricos con notas de vainilla haciendo las veces de referí. El final es largo, bien amargo y muy refrescante. Cómo me hubiese gustado tomar esta cerveza en el patio, al sol.
Llegó la comida, un bifecito de cerdo con salsa de hongos y papas pisadas con cebolla. Una de las opciones del mediodía. Nada del otro mundo, pero por 69Kc, hizo un buen trabajo. El camareró notó que estaba escribiendo en mi anotador y me preguntó si estaba evaluando las cervezas, y qué tal me gustaban. Mucho, le dije y pedí una Písař, la cerveza de trigo de la casa. De color y presencia caraterísitca. Con mucha banana madura en el aroma y casi nada más. La banana sigue dominando en los sabores, al final aparece algo de acidez, pero es casi de compromiso, por enseguida vuelve a aparecer la banana. Al principio me gustó, pero para la mitad del vaso mi había empezado a aburrir y al final me había cansado.
Teniendo en cuenta que me faltaba bastante por tomar durante el día, me pedí ahora un vaso chico de la Tmavý Ležák. Como las dos anteriores, también fermentada a 12°balling. La cerveza es bien negra, con algunos destellos rubí a contraluz. Tiene un reconfortante aroma a manzanas asadas y algo de chocolate. Es de las dulzonas, en su sabor hay algo de cacao, café dulce y frutas y el final es corto. No me enloqueció, pero se deja tomar muy bien y seguramente sería una favorita de las damas.
Me quedaban dos, las saborizadas del día. Seguí achicando la porción y opté por sendos vasos de degustación, 0.1l. Canabis y Borůvka (arándano) era la oferta. La primera de un color dorado ligero y un interesante aroma a duraznos, canabis y cítricos. En el sabor también dominan los cítricos dulces y la canabis recién aparece al final y sin demasiada fanfarria. La de arándano, más oscura, tenía un fuerte aroma a frutas diversas con las mencionadas bayas dominando. En los sabores noté café, caramelo y, claro, arándanos, el final es seco y muy bien balanceado. Refrescante.
Pedí la cuenta, resistiendo la tentación de pedirme otra ležák. Ganas de quedarme un rato más no me faltaban. El lugar es lindo, estaba tranquilo y el servicio había sido impecable. Sin mencionar el precio de 28Kc el medio litro, un par de monedas solamente. Pero tenía una misión.
Pagué y volví a subir por la calle arbolada hasta la parada del trolebús. Me esperaba U Rytíře Lochoty, en la otra punta de la cuidad...
Adivinen qué elegí....
Casi no voy, el día estaba feo y no pintaba que iba a mejorar. Pero los mapas que había impreso desde internet, la cámara de fotos, las notas que había tomado sobre el transporte público y el libro que tenía para leer durante el viaje me pesaban
mucho, así que cerré la campera y fui a Smíchovské Nádr. a tomar el tren de las 10:24.
Podría haber tomado el autobús de Student Agency desde Zlíčin, pero no estaba seguro del horario, ni del precio (seguramente más barato que el tren) y no tenía ganas de irme hasta ahí y que me digan que el autobús está lleno y que tengo que esperar el siguiente. Además, sabía que tren me dejaba más cerca del centro y de uno de los trolebuses que tenía que tomar para llegar a uno de mis destinos.
90 minutos más tarde el tren llegaba a la linda estación de tren central de Pilsen. Me ubiqué en el mapa empecé a caminar a la parada del trolebús. Antes de llegar, ese lado perverso que todos tenemos se despertó preguntó con voz tentadora "¿Qué tal si nos damos una vuelta por Pilsner Urquell?" (podría haber llegado fácilmente caminando desde la estación de tren). Le pegué un sopapo en la nuca para hacerlo callar. Ya había estado hace unos años en la gran cervecería, no iba a haber nada nuevo y además mi objetivo era otro. Explorar.
Quizás fue ese corto altercado con mi lado perverso lo que me distrajo y me hizo tomar el trolebús 13 en la dirección opuesta. Por suerte me di cuenta un par de paradas más tarde. Nada grave. El trolebús correcto, en dirección Černice vino pronto. Por suerte había sacado un boleto de 40Kc, válido por todo el día. Muy práctico, muy barato.
Media hora más tarde, casi, me bajaba en la parada Gen. Lišky. Caminé unos metros en dirección a una diagonal arbolada. Un par de cientos de metros más tarde, al final de esta calle había llegado a mi primer destino, ubicado en una pequeña plaza, muy tranquila.
Hotel a Pivovar Purkmistr. Crucé el amplio patio en la entrada, pasando por las mesas vacías por culpa de la lluvia y entré al restaurant.
Qué lugar más lindo. Decorado con gusto, pero no con lujo ni con kitch, dominado por los alambiques de rigor. Algo se estaba cocinando en ellas y el salón tenía ese característico y delicioso aroma de la cerveza en sus primeros estados de gestación.
El camarero no se hizo esperar. Le pregunté qué estaban tirando ese día y me pedí una Ležák, el caballito de batalla de casi toda cervecería checa, no importa el tamaño.
Lo que llegó a la mesa en fue un půl litr conteniendo una cerveza de intensísimo color dorado, casi naranja con compacta espuma. Si no hubiese sabido lo que había pedido no hubiese identificado nunca esta cerveza como una Bohemian Golden Lager (aunque dado que es elabroada en Pilsen, podríamos llamarla Pilsner Lager sin estar mintiendo). A diferencia de lo que estoy acostumbrado (frutas, malta, flores, cítricos), el aroma de esta cerveza estaba dominado por levaduras, casi como una abbey blonde belga, con menos intensas, pero muy pesentes notas de pomelo. El sabor es una lucha entre frutas, cítricos con notas de vainilla haciendo las veces de referí. El final es largo, bien amargo y muy refrescante. Cómo me hubiese gustado tomar esta cerveza en el patio, al sol.
Llegó la comida, un bifecito de cerdo con salsa de hongos y papas pisadas con cebolla. Una de las opciones del mediodía. Nada del otro mundo, pero por 69Kc, hizo un buen trabajo. El camareró notó que estaba escribiendo en mi anotador y me preguntó si estaba evaluando las cervezas, y qué tal me gustaban. Mucho, le dije y pedí una Písař, la cerveza de trigo de la casa. De color y presencia caraterísitca. Con mucha banana madura en el aroma y casi nada más. La banana sigue dominando en los sabores, al final aparece algo de acidez, pero es casi de compromiso, por enseguida vuelve a aparecer la banana. Al principio me gustó, pero para la mitad del vaso mi había empezado a aburrir y al final me había cansado.
Teniendo en cuenta que me faltaba bastante por tomar durante el día, me pedí ahora un vaso chico de la Tmavý Ležák. Como las dos anteriores, también fermentada a 12°balling. La cerveza es bien negra, con algunos destellos rubí a contraluz. Tiene un reconfortante aroma a manzanas asadas y algo de chocolate. Es de las dulzonas, en su sabor hay algo de cacao, café dulce y frutas y el final es corto. No me enloqueció, pero se deja tomar muy bien y seguramente sería una favorita de las damas.
Me quedaban dos, las saborizadas del día. Seguí achicando la porción y opté por sendos vasos de degustación, 0.1l. Canabis y Borůvka (arándano) era la oferta. La primera de un color dorado ligero y un interesante aroma a duraznos, canabis y cítricos. En el sabor también dominan los cítricos dulces y la canabis recién aparece al final y sin demasiada fanfarria. La de arándano, más oscura, tenía un fuerte aroma a frutas diversas con las mencionadas bayas dominando. En los sabores noté café, caramelo y, claro, arándanos, el final es seco y muy bien balanceado. Refrescante.
Pedí la cuenta, resistiendo la tentación de pedirme otra ležák. Ganas de quedarme un rato más no me faltaban. El lugar es lindo, estaba tranquilo y el servicio había sido impecable. Sin mencionar el precio de 28Kc el medio litro, un par de monedas solamente. Pero tenía una misión.
Pagué y volví a subir por la calle arbolada hasta la parada del trolebús. Me esperaba U Rytíře Lochoty, en la otra punta de la cuidad...
Fenomeno... bueno esperamos el resto del diario de ese dia.. sigo acumulando datos importantes, gracias a vos.
ResponderBorrarSacame de tremenda duda... esta cerveza de trigo que mencionas es la misma que la weissBeer alemana, es lo mismo que Kvasnicova por ejemplo la primator?
Que lindos son esos "paseos cerveceros". Me encantan, y lo siento casi personal cuando leo que otra persona lo hizo.
ResponderBorrarCon la cerveza de arándano me parece das en el clavo con lo del equilibrio, cerveza muy frutada, personalmente, se me pierde como cerveza.
La verdad que la de arándano tenía el contenido justo de fruta (bueno, extracto). Si te la dan "ciega" te das cuenta que no es una cerveza "pura" :). Y eso me gustó mucho.
ResponderBorrarMuchas veces los cerveceros checos "pecan" de timidez. Se animan a hacer una cerveza saborizada con lo que sea y se quedan cortos, las cervezas terminan siendo más aromatizadas que saborizadas. Terminás tomando una cerveza, quizás buena, pero de las de siempre y quizás por ahí atrás sentís algo, que si la tomás ciega se te hace difícil identificar.
Pero me imagino que es difícil encontrar ese equilibrio. Yo prefiero que pongan de más a que pongan de menos, pero mi paladar no es para nada conservador.
Javier,
Sin tener en cuenta el sabor, etc. La Primátor, y la de trigo que menciono arriba, podrían ser consideradas como weissbier, con estilo más checo. Los alemanes llaman weissbier a las cervezas "blancas", para ellos, las cervezas de trigo con levaduras agregadas. Acá se las llama kvasnicové, que vendría a ser más o menos lo mismo, con la diferencia que acá se le dice kvasnicové a cualquier cerveza con levaduras agregadas sea o no de trigo. El término también se usa para las cervezas sin filtrar, pero eso es otra cosa en realidad.
Pero las sin filtrar no son las nefltrovane???? no acabo de aprender el idioma con estas clases prácticas tuyas eh!!! jejejejeje
ResponderBorrarEn serio ahora, sabes una cosa? creo que ya di ese paseo contigo, en serio, al leer.Me encantó. Ahora bien, yo no hubiera pedido ni 10cl ni 20cl para probar, a lo hecho pecho!!!
por lo que leí, lo que deduje de tus notas, y lo que pude hablar con los checos establecidos aquí, las cervezas de triog checas en nada desmerecen a las alemanas. Un apunte los alemanes también llaman weisse, weiss o weizen a las cervezas de trigo filtradas(kristall-klar) y las oscuras de trigo ( dunkel weisse), aunque adejtivandolas. Por haber hay hasta negras blancas.schwartz weiss, algo que, como le decía al Catador, sólo puede pasar en Alemania, jejejeje, una negra blanca o viceversa( la más famosa la hace la cervecerza Höfbräu, si puede pruebala y cuentanos)
Diferencia en sabores, aromas y texturas entre weiss alemana y trigo checo??? me gustaría preguntarte.
Haya Salud
P.S.- Yo Hago como tu, voy a todos lados con mi morral y mi agenda de notas donde apunto todo.La diferencia es que a mi por 2 sitios que me preguntan y se interesan en 20 me miran raro y a ti parece que es al revés. Pero no desfallezco ni me rindo, la cerveza está por encima de todo jejejeje
Chela, no estás equivocado, nefiltrované es sin filtrar, pero muchas veces se las confunde con kvasnicové que también tienden a ser turbias. Y para enredarte más la cabeza, se pueden encontrar nefiltrované kvasnicové :)
ResponderBorrarNo creo que las cervezas de trigo checas se puedan comparar con las alemanas. Solamente hay una de producción industrial regular (aunque puede que sean dos), la Primátor, que es muy buena. El resto son todas de microcervecerías, muchas de ellas excelentes. En general tienden a ser bastante menos ácidas que las alemanas y todas podrían ser categorizadas como weissbier. Solamente he probado una dunkles weizen, de Pivovarský Dum y estaba bastante buena. En cuanto a texturas, puede que las checas tengan un poco más de cuerpo.
Amigo ya tienes la cuenta de la Ronda #2 pagada en Sursum&Corda, va por vosotros. Haya salud
ResponderBorrarLeí tu nota a la recapitulación de la ronda y me parece más que interesante la idea de "Agosto el mes de la cerveza de sesión" si te parece bien lo anuncio en CAAC
ResponderBorrar( esta vez sí jejejejeje) y damos el pistoletazo de salida a la nueva propuesta( te mando via mail el texto, a ver que te pareece y mañana lo publicamos)
Haya Salud
Me parece buena idea. No sé si tenés mi email, pero es pivnifilosof (a) gmail . com
ResponderBorrarEs alucinante la diferencia en cuanto a cultura cervecera que se puede encontrar entre España y otros países europeos, como por ejemplo el que habitas.
ResponderBorrarPor algún motivo, parece que aquí la mayor parte de la gente da por buena casi cualquier cosa, cuando las marcas mayoritarias dejan, en su mayoría, bastante que desear. Es por esto que hay grandes dificultades para encontrar marcas de cerveza interesantes (en algunas ciudades más que en otras, por ejemplo, aquí en Zaragoza, hay que recurrir casi siempre al Corte Inglés), lo cual es una pena.
En fin, sucia envidia me has dado con tu relato, que espero que continues pronto.
Que lugar espectacular! Como me gustan esos bares que describís!
ResponderBorrarComiste por apenas 14$... lo que aca me sale una pinta de cerveza artesanal! (y a veces más caro!)
Quiero mudarme a Rep Checa!!!!!! :)