Evan Rail nos informaba ayer en su blog que Heineken ha iniciado negociaciones con AB-InbBev para adquirir Staropramen.
De ser cierto el informe, esta sería la noticia más importante de los últimos años en el mercado checo. Y como soy un filósofo cervecero, me ha dado bastante que pensar.
Los planes de la cervecera holandesa de posicionarse como uno de los líderes en el mercado checo se harían realidad si la operación se lleva a cabo y de un día para otro la haría dueña de más de 30% del mercado cervecero checo, además de que agregaría la marca Staropramen a su ya extensa cartera de productos. La cerveza de Smíchov tiene una merecidamente pésima reputación entre los consumidores checos, y no sólo entre los de paladares más exigentes. Sin embargo, está bastante bien posicionada en mercados como, por ejemplo, el británico.
Pero lo más interesante es cómo esta noticia afecta a la futura privatización de Budvar.
Su nueva posición en el mercado dejaría a Heinken prácticamente afuera de la conversación. De adquirir la cervecera estatal los holandeses tendrían más del 45% del mercado, lo cual los pondría arriba de Plzeňský Prazdroj, al menos en cifras oficiales. No creo entonces que la Oficina Antimonopolio Checa apruebe la operación, no porque sean muy eficientes, o se interesen mucho en lo que hacen, sino porque estoy seguro que la subsidiaria checa de SAB-Miller son muy buenos a la hora de hacer lobby.
Y qué de AB-InBev? Según el reporte original el monstruo cervecero estaría interesado en vender su filial checa porque los 250-305 millones de USD le vendrían muy bien para recuperar algo del enorme gasto que significó la compra de la cervecera de St. Louis, lo cual no me termina de cerrar del todo y me da lugar a la siguiente especulación:
Luego de vender Pivovary Staropramen AB-InBev no tendrá ninguna presencia en el mercado checo, lo cual le ahorarría muchos trámites con la Oficina Antimonopolio y contará con un buen fajo de dinero que tranquilamente podrá emplear para comprar Budvar. Y creanme, si hay una cervecería en el mundo que AB-InBev quiere comprar, es Budějovický Budvar.
Eso sí que serían malas noticias. No soy tan ingenuo como para creer que quienquiera sea que compre Budvar la dejará seguir operando y elaborando como lo hace ahora. Pero de todos el peor es sin duda AB-InBev. Su estrategia global de hacer cerveza lo más barato que sea posible fue lo que arruinó a Staropramen y al parecer está en camino de hacer lo mismo con la Budweiser americana.
Pero no es eso lo más preocupante. Durante las negociaciones para la compra de AB la gente de InBev hizo muchas promesas, una de ellas fue que harían de la de Budweiser una de las marcas más reconocidas en Europa. Algo desde ya muy difícil de cumplir debido a los conflictos judiciales que las dos Budweisers mantienen en Europa, y mucho más aun ahora, luego de la reciente resolución de la Corte Europea.
Pero qué pasaría si ambas marcas tienen un mismo dueño?
De todos modos, si tuviese que apostar por quién será el nuevo dueño de Budvar en un par de años, pondría mi plata en Carlsberg. Sea quien sea, no creo que los consumidores salgamos ganando. Aunque, si esto significa que Stella Artois desaparecerá, al menos temporalemente del mercado, nos podemos poner un poco contentos. Sí Heineken se va a quedar y es la misma porquería, pero por algún motivo, es la Stella la que más me irrita.
Na Zdraví!
De ser cierto el informe, esta sería la noticia más importante de los últimos años en el mercado checo. Y como soy un filósofo cervecero, me ha dado bastante que pensar.
Los planes de la cervecera holandesa de posicionarse como uno de los líderes en el mercado checo se harían realidad si la operación se lleva a cabo y de un día para otro la haría dueña de más de 30% del mercado cervecero checo, además de que agregaría la marca Staropramen a su ya extensa cartera de productos. La cerveza de Smíchov tiene una merecidamente pésima reputación entre los consumidores checos, y no sólo entre los de paladares más exigentes. Sin embargo, está bastante bien posicionada en mercados como, por ejemplo, el británico.
Pero lo más interesante es cómo esta noticia afecta a la futura privatización de Budvar.
Su nueva posición en el mercado dejaría a Heinken prácticamente afuera de la conversación. De adquirir la cervecera estatal los holandeses tendrían más del 45% del mercado, lo cual los pondría arriba de Plzeňský Prazdroj, al menos en cifras oficiales. No creo entonces que la Oficina Antimonopolio Checa apruebe la operación, no porque sean muy eficientes, o se interesen mucho en lo que hacen, sino porque estoy seguro que la subsidiaria checa de SAB-Miller son muy buenos a la hora de hacer lobby.
Y qué de AB-InBev? Según el reporte original el monstruo cervecero estaría interesado en vender su filial checa porque los 250-305 millones de USD le vendrían muy bien para recuperar algo del enorme gasto que significó la compra de la cervecera de St. Louis, lo cual no me termina de cerrar del todo y me da lugar a la siguiente especulación:
Luego de vender Pivovary Staropramen AB-InBev no tendrá ninguna presencia en el mercado checo, lo cual le ahorarría muchos trámites con la Oficina Antimonopolio y contará con un buen fajo de dinero que tranquilamente podrá emplear para comprar Budvar. Y creanme, si hay una cervecería en el mundo que AB-InBev quiere comprar, es Budějovický Budvar.
Eso sí que serían malas noticias. No soy tan ingenuo como para creer que quienquiera sea que compre Budvar la dejará seguir operando y elaborando como lo hace ahora. Pero de todos el peor es sin duda AB-InBev. Su estrategia global de hacer cerveza lo más barato que sea posible fue lo que arruinó a Staropramen y al parecer está en camino de hacer lo mismo con la Budweiser americana.
Pero no es eso lo más preocupante. Durante las negociaciones para la compra de AB la gente de InBev hizo muchas promesas, una de ellas fue que harían de la de Budweiser una de las marcas más reconocidas en Europa. Algo desde ya muy difícil de cumplir debido a los conflictos judiciales que las dos Budweisers mantienen en Europa, y mucho más aun ahora, luego de la reciente resolución de la Corte Europea.
Pero qué pasaría si ambas marcas tienen un mismo dueño?
De todos modos, si tuviese que apostar por quién será el nuevo dueño de Budvar en un par de años, pondría mi plata en Carlsberg. Sea quien sea, no creo que los consumidores salgamos ganando. Aunque, si esto significa que Stella Artois desaparecerá, al menos temporalemente del mercado, nos podemos poner un poco contentos. Sí Heineken se va a quedar y es la misma porquería, pero por algún motivo, es la Stella la que más me irrita.
Na Zdraví!
Los pulpos quieren tener más y más brazos, es evidente que el negocio de la cerveza es muy lucrativo y siempre se tendrá noticias de estas transacciones. Lastimosamente, el dinero y la ambición siempre prima sobre la calidad o satisfacción de los clientes. Vamos a esperar el desenlace de la noticia, que ojalá, sea benéfico para la cultura cervecera y no para el bolsillo de unos pocos.
ResponderBorrarSaludos desde Colombia de Manzapivo.
El diván está a tu disposición para la nueva entrega de la ronda: http://manzapivo.blogspot.com/
ResponderBorrarSaludos!!
muy buen analisis , es mucho para mi .
ResponderBorrarSabes que estube por las pampas hace unos dos meses y alli la stella la ven como OOOOOHHHHHHHHH
que cultura cervecera de M que tienen o tenemos los argentinos en general
saludos
omar
Tanto para Privní Filosof como para Anónimo, bueno, decir que Stella Artois no me parece tan mala cerveza, al menos comparadas con otras del mismo "estilo", teniendo en cuenta que la he bebido en momentos en los que cualquier cerveza sabe bien y que no ando en el área de influencia de esa cerveza a mi me parece una cerveza bastante aceptable... erronamente quizá?
ResponderBorrarNo, no me parece erróneo.
ResponderBorrarMuchas veces la calidad de una cerveza es relativa a otras similares que se puedan conseguir en un mercado determinado y a la experiencia que uno tenga.
Cuando vivía en Argentina Heineken me parecía una buena cerveza y Warsteiner, una delicia. Hoy, la primera me parece espantosa y la segunda, la última vez que la probé me pareció insulsa. Y podría dar más ejemplos si quisiera.
A mí Stella me parece mala porque las últimas dos veces que la tomé fue "a ciegas", es decir, no sabía qué cerveza me estaban dando e igual me pareció de muy mala calidad.