Ayer embotellé la cerveza que cociné en honor al nacimiento de mi hija, que debería producirse en más o menos una semana. Cuando pedí ayuda para diseñar la receta, hubo varios que escribieron. Al final no me decidí por ninguna de las recetas sugeridas, aunque debería decir que la idea de Velký Al fue la que en cierto modo inspiró la receta de "Porteña - Literally Red Weizen", tal como he decidido llamar a esta weizen con frutillas y menta.
Cuando se me ocurrió no tenía la más pálida idea de cómo la haría y de no haber sido por Jake de Nothern Table, seguramente hubiese cometido más de un error (más de los que seguramente cometí, pero bueno...). Gracias Jake!
Desde el principio quise hacer una cerveza ligera, usé 1.5kg de 60% de malta de trigo y 40% de malta pilsen para 7l de agua en el macerado.
La maceración fue la típica para una cerveza de trigo (o al menos eso creo). La cosa empezó a cambiar un poco con el hervido. Reduje un 50% la cantidad de lúpulo que uso habitualmente, 10g de Saaz en pelets, y complementé con 12g de menta fresca. Al lúpulo lo agregue con este régimen, 20% al pricipio, 40% a los 30 minutos y 40% al final. La menta la agregué toda junta a los 30 minutos. El densímetro marcó 8.5 en la escala Balling, bien livianita, un tanto más de lo que esperaba.Las levaduras utilizadas son las weizen que utilizan Pivovarský Dům y Primátor para sus respectivas pšenky. La fermentación empezó bastante rápido y no presentó ningún problema.
Cuando terminó de fermentar llegó la hora de agregar las frutillas. Están en temporada ahora y pude encontrar un puesto en la calle con riquísimas frutillas checas, muchas de ellas súper dulces. Hice un puré y las puse en el fermentador secundario. Con cuidado y tratando de dejar atrás la mayor cantidad de sedimentos posibles agregué la cerveza joven.
Un par de horas más tarde, lo que al principio pensé que eran los sólidos de las frutillas flotando en el caldo resuló ser la espuma de las levaduras trabajando. Las dejé trabajar por casi do semanas, siempre atento a que no se forme ningún tipo de infección en la superficie, en donde sí habían algunos sólidos flotando.
Antes de embotellar, con mucho cuidado retiré todos los sólidos de la superficie y transferí la cerveza a otro recipiente para poder trabajar con menos sedimentos.
Probé un poco del jugo y lo encontré muy interesante. Algo agrio, lo cual estaba esperando, y con un sorprendente toque picante que hizo consquillas en la lengua. Tendré que esperar un par de semanas más hasta que esté lista. Las posibilidades son dos, que esté impresionantemente buena, o que sea repugnante. Salga como salga, me divertí mucho haciéndola y ya tengo preparada la próxima receta con lo que me queda de grano. Una rauch con miel, menta peperina y romero.
En cuanto abra la primera botella, les cuento.
Na Zdraví!
Cuando se me ocurrió no tenía la más pálida idea de cómo la haría y de no haber sido por Jake de Nothern Table, seguramente hubiese cometido más de un error (más de los que seguramente cometí, pero bueno...). Gracias Jake!
Desde el principio quise hacer una cerveza ligera, usé 1.5kg de 60% de malta de trigo y 40% de malta pilsen para 7l de agua en el macerado.
La maceración fue la típica para una cerveza de trigo (o al menos eso creo). La cosa empezó a cambiar un poco con el hervido. Reduje un 50% la cantidad de lúpulo que uso habitualmente, 10g de Saaz en pelets, y complementé con 12g de menta fresca. Al lúpulo lo agregue con este régimen, 20% al pricipio, 40% a los 30 minutos y 40% al final. La menta la agregué toda junta a los 30 minutos. El densímetro marcó 8.5 en la escala Balling, bien livianita, un tanto más de lo que esperaba.Las levaduras utilizadas son las weizen que utilizan Pivovarský Dům y Primátor para sus respectivas pšenky. La fermentación empezó bastante rápido y no presentó ningún problema.
Cuando terminó de fermentar llegó la hora de agregar las frutillas. Están en temporada ahora y pude encontrar un puesto en la calle con riquísimas frutillas checas, muchas de ellas súper dulces. Hice un puré y las puse en el fermentador secundario. Con cuidado y tratando de dejar atrás la mayor cantidad de sedimentos posibles agregué la cerveza joven.
Un par de horas más tarde, lo que al principio pensé que eran los sólidos de las frutillas flotando en el caldo resuló ser la espuma de las levaduras trabajando. Las dejé trabajar por casi do semanas, siempre atento a que no se forme ningún tipo de infección en la superficie, en donde sí habían algunos sólidos flotando.
Antes de embotellar, con mucho cuidado retiré todos los sólidos de la superficie y transferí la cerveza a otro recipiente para poder trabajar con menos sedimentos.
Probé un poco del jugo y lo encontré muy interesante. Algo agrio, lo cual estaba esperando, y con un sorprendente toque picante que hizo consquillas en la lengua. Tendré que esperar un par de semanas más hasta que esté lista. Las posibilidades son dos, que esté impresionantemente buena, o que sea repugnante. Salga como salga, me divertí mucho haciéndola y ya tengo preparada la próxima receta con lo que me queda de grano. Una rauch con miel, menta peperina y romero.
En cuanto abra la primera botella, les cuento.
Na Zdraví!
Me mato lo de la frutilla , jamas me imagine que vos ( ojo que no te conozco , ni se quien sos , solo vi un par de fotos , mas lo que escribis ) pudiera hacer birra con frutilla , que chabon loco como diria un gomia de argentina .
ResponderBorrarbueno espero que este rebuena y que la purreta te traiga mucha cosa linda a la familia ;
saludos
omar
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarAlucinante :O ¡Mucha suerte!
ResponderBorrarEspectacular Max! Debo confesarte que soy bastante enemigo de las birras con frutas pero me causaste curiosidad de como quedará! :)
ResponderBorrarSeguramente saldrá muy buena gracias al evento para el cual fue creada!
Esto si que es una cerveza extrema jajajaja
ResponderBorrarMucha suerte!
Me encantan las cervezas con frutas. El problema es que son pocas las que probé que están buenas. Pero cuando enontrás una bien hecha, es algo muy, muy rico. No para tomar todos los días, pero sí de vez en cuando.
ResponderBorrarMuy interesante. Espero que te salga bien.
ResponderBorrarLas fresas de la foto me recuerdan a las que me tomé ayer recién recogidas del campo. Qué buenas !!!
Tengo que reconocer que he probado pocas cervezas con frutas, tal vez por que las que probé no me gustaron.
ResponderBorrarEspero que ésta tuya esté exquisita.
Saludos
Espero que la cerveza sea estupenda, pero te deseo de todo corazón que lo que salga estupendo sea la nena que viene en camino. Un abrazo para ti y mimos para tu esposa.
ResponderBorrarUn saludo, Ana.
biayo, la receta está escrita en el post.:)
ResponderBorrarGracias Ana, seguro que la nena sale mejor que la cerveza....