Luego de un par de tropiezos y sustos parece que La Ronda retoma su ritmo habitual. En esta ocasión son los muchachos de Hipos Urinatum que invitan proponiendo un tema muy interesante:
Yo podría dar un ejemplo con la Paunlaner Salvator, pero es algo de lo que ya he hablado, además, había pasado casi una década entre la vez que la probé por primera vez y me maravilló y la vez que la volví a tomar y me decepcionó por su monotonía. El caso de Pardál Echt es mucho más reciente, de apenas unos meses.
La primera vez que probé la jedenáctka de la marca barata de Budvar fue en una cata ciega que tenía como fin compararla con otras dos cervezas nuevas en su categoría. Para mi gran sorpresa, Pardál resultó ganadora, por poco, pero sus notas a lúpulo fresco me gustaron más que las más maltosas de Primátor 11%. Terminé con las otras botellas que tenía y medio que me olvidé de ella.
Hace poco la volví a tomar y me la encontré con mucho menos balance que la primera vez, ya no me gustó tanto y hoy prefiero la Primátor. Puede que la cerveza haya cambiado, y no para mejor, o también es posible que esos sorpresivos lúpulos frescos que sentí en la cata ciega hayan sido capaces de esconder algo que siempre estuvo allí.
Sea lo que sea, hoy prefiero evitar Pardál Echt.
Na Zdraví!
"¿Alguna vez habéis probado alguna cerveza por primera vez, que en el momento os pareciese una casi completa perfección, a la que más adelante hayáis dado una segunda cata y vuestros pareceres ante esta cerveza hayan disminuido sustancialmente? No me refiero a que la segunda vez os parezca una mala cerveza, sino que no haya llegado a los niveles épicos que alcanzó en vuestro primer paladeo, cuando incluso os atrevisteis a ponerla en vuestro top 5 personal."Creo que esto es algo que nos ha pasado a casi todos. Probar una cerveza diferente a lo habitual, por lo general más fuerte, que nos fascina y nos encanta, pero que al volverla a tomar luego de un tiempo nos encontramos que no sólo la cerveza ya no nos gusta tanto, sino que tampoco estaba tan buena.
Yo podría dar un ejemplo con la Paunlaner Salvator, pero es algo de lo que ya he hablado, además, había pasado casi una década entre la vez que la probé por primera vez y me maravilló y la vez que la volví a tomar y me decepcionó por su monotonía. El caso de Pardál Echt es mucho más reciente, de apenas unos meses.
La primera vez que probé la jedenáctka de la marca barata de Budvar fue en una cata ciega que tenía como fin compararla con otras dos cervezas nuevas en su categoría. Para mi gran sorpresa, Pardál resultó ganadora, por poco, pero sus notas a lúpulo fresco me gustaron más que las más maltosas de Primátor 11%. Terminé con las otras botellas que tenía y medio que me olvidé de ella.
Hace poco la volví a tomar y me la encontré con mucho menos balance que la primera vez, ya no me gustó tanto y hoy prefiero la Primátor. Puede que la cerveza haya cambiado, y no para mejor, o también es posible que esos sorpresivos lúpulos frescos que sentí en la cata ciega hayan sido capaces de esconder algo que siempre estuvo allí.
Sea lo que sea, hoy prefiero evitar Pardál Echt.
Na Zdraví!
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