Luego de haber asistido a la inauguración había acordado con The Prague Post que iría una vez más, que terminaron siendo dos.
La primera fue casi espontánea. El compromiso que tenía ese miércoles a la tarde había sido cancelado y como el día estaba muy lido decidí que iría a pasear por Stromovka hasta llegar al festival.
Llegué a eso de las 3. La carpa grande estaba casi vacía (aunque las mesas de afuera estaban casi todas ocupadas), de hecho, la mitad estaba todavía cerrada. La atmósfera era la de la sala de llegadas de un aeorpuerto a la madrugada.
Como no tenía ganas de tomar un tuplák en un hangar, me fui derecho a Pivní Rozmanitost. Quizás fue el tamaño del lugar, pero me dio la impresión de que ahí había más gente que adentro de la carpa. Tomé un par de birras (excelentes Pale Ales de Nomád y Slaný, horrenda "Karamelový" Ale de Radniční Pivovar Jihlava), comí algo en la carpa grande y me fui por donde había venido, pensando que la hubiese pasado mejor en un pub.
El sábado la cosa ya estaba planeada. Me encontré con un amigo escocés, quien había arreglado con una pareja amiga. Tomamos muy buena birra, Herold Wheat Lager estaba en gran forma, Eggenberg Nakouřený Švihák estaba deliciosa, Nomád Easy Rider estaba celestial, como Slaný Festbier, una PA especialmente elaborada para el festival, entre otras cosas. Terminé la velada con una Aventinus que a un tolar en medio litro me pareció barata.
Ese día llegué alrededor de las cuatro y ya había mucha más onda. En la carpa, la mayoría de las mesas estaba ocupada y había varios grupos con varios tupláky en su haber, una grupo folklórico que no se podía oir por el espantoso sistema de sonido y, en general, mucha gente pasándola muy bien.
Pero no me quedé ahí, fui a Pivní Rozmanitost. Tuve suerte de encontrar una mesa libre. Mi amigo llegó un rato después y la verdad que la pasamos bomba. Para ser sinceros, creo que la habríamos pasado igual de bien en un pub, pero nadie lamentó la decisión de reunirse en el festival. Y justamente eso es de lo que se trata, para mí, un festival cervecero, de la gente.
En lo que respecta al festival en sí. El escenario me terminó decepcionando un poco. La ubicación en Vystaviště es genial, sí, pero el lugar está muy descuidado. Sé que eso no es culpa de los organizadores del festival, pero igual... El edificio donde estaba Pivní Rozmanitost no fue una buena idea. Lo único que se podía ver desde las ventanas era la trastienda de la carpa y todo daba la impresión de algo clavado a medio camino entre un pub y un jardín cervecero, pero sin lo mejor de ninguno de ellos.
Lo poco probé de la comida no estaba mal, pero por el precio, las porciones deberían ser más grandes. El Annafest es un buen ejemplo de cómo las cosas podrían y deberían hacerse (la comida en esta foto no solo estaba de rechupete, pero costaba 7EU, que es más o menos 175CZK, que se traduce a casi 4 tolares, por esa plata ni en pedo comprás tanta comida en el festival). Los snacks en Pinví Rozmanitost estaban bien, pero limitados a cuatro opciones y los organizadores podrían haber hecho un mejor laburo al elegir los carritos que estaban afuera.
No sé qué tal es el servicio en la carpa grande a la noche. He recibido opiniones encontradas, algunos dijeron que era terrible, otros que estaba bien. En PR, por otro lado, no estaba nada mal. Incluso el sábado a la noche no tuve que espera más de 5 minutos para comprar una birra.
Pero bueno, el Czech Beer Festival tiene mucho que mejorar. En especial Pivní Rozmanitost. Pero incluso si lo mejorasen, hay todavía una pregunta que me anda dando vueltas por la cabeza. ¿Es el festival todavía relevante para alguien como yo?
Cuatro años atrás, encontrar un montón de cervecerías regionales bajo un mismo techo era algo novedoso. Hoy ya no, en la actualidad hay en Praga alrededor de una docena de pubs con al menos 10 grifos, mientras que en 2008 el mayor número de grifos en un pub era seis. Así que si fuese solo por la birra, no, el Czech Beer Festival no me ofrece casi nada que no pueda encontrar en otro lado (y en muchos casos más barato) y los birreros locales lo saben y es por ello que prefieren ir a su pub favorito en donde están seguros que encontrarán alguien para charlar y compartir un par de cervezas.
Si el festival quiere atraer a más de esta gente, tendrían que hacer de Pivní Rozmanitost un jardín cervecero. Estoy seguro que muchos irían y les encantaría poder disfrutar de alguna Pale Ale local bajo las ramas de un castaño, a mí seguro que sí. Por supuesto que está claro que el festival apunta a atraer al público más amplio posible de tantas nacionalidades como sea posible, podrían tener solo una carpa enorme y serían igualmente exitosos. (dicho sea de paso, parece que la gente "no birrera" son los que más disfrutan del festival).
¿Quién soy yo para quejarme?
Na Zdraví!
PS: El único motivo por el cual fui al festival tres veces fue que tenía bastantes tolares que había recibido del Prague Post, los organizadores y algunos que me habían quedado de años anteriores. Si hubiese tenido que pagar de mi propio bolsillo, no creo que habría ido más de una vez.
MUY BUENA LA CRÌTICA! ES ASI...A VECES LAS BUENAS COSAS NO SE ENCUENTRANEN GRANDES LUGARES O ENCUENTROS! SALudos
ResponderBorrarNA ZDRAVÍ!