Como ya les conté en su moment, una de las cosas de mi antiguo domicilio que más se han extrañado fue el pub que tenía a poco más de 200m de casa; no solo por poder ir a tomar un par de birras rápidas cada vez que me pintaba la gana, sino también por que su proximidad permitía darle un uso apropiado a mi džbán. Los dos pubs del pueblo, además de estar a casi 1km de casa, sirven Staropramen.
Esto es algo que en el pueblo en donde vivo ahora no existía y que desde que me mudé venía lamentando, en especial luego de un día de mucho trabajo en casa. Siempre (o casi siempre) tengo cerveza en casa, pero ir a un pub es algo más que ir a tomar cerveza, es también desenchufarse un poco de la realidad.
Esos lamentos terminaron el pasado 30 de abril.
Estábamos en la celebración de pálení čarodejnic de mi pueblo, casi el único día del año que (casi) voluntariamente tomo Staropramen, ya que el evento tiene lugar en un pequeño prado cerca de las dos hospody. Sin embargo, cuando llegué este año, noté algo diferente en la cerveza que algunas de las personas estaban tomando. No era del color de Staropramen Světlý, tampoco era la Nefiltrovaný. Más tade vi a un par de personas que tenía un půl litr de aspecto familiar. ¿Será posible? ¿Pueden las noticias ser tan buenas? Empecé preguntarme. La respuesta vino por partida doble, como para que no pensase que estaba imaginando cosas: un cartel al lado de la puerta de una de las hospody, y una furgoneta de nada menos que Únětický Pivovar.
Resultó ser su desítka. ¡Por fin tenía cerca de casa una birra de las que me gustan! Pero el clima se puso bastante choto (cualquiera que viva en Praga se acordará de lo que fue mayo y, en especial, principios de junio) y no me dieron ganas de ir hasta ahí. Hasta hace un par de semanas. El día estaba muy lindo, había terminado de cortar el pasto, estaba de buen humor y decidí lavar una damajuana de 2l que tenía dando vuelta por ahí e irme hasta la hospoda a que me la llenen (el viejo džbán sigue como recipiente de utensillos de cocina, el boliche está demasiado lejos para él). ¡Qué lindo sentimiento! Y la experiencia no estuvo nada mal tampoco.
El boliche en cuestión está unicado en el edificio que hace de base del cuerpo local de bomberos voluntarios. Es muy chico y, a decir verdad, bastante feo adentro. Con poquito de laburo podría resultar lindo, pero a los dueños se ve que les importa medio carajo; hay cachivaches tirados por todos lados y las ventanas parece que no se abren demasiado a menudo. Y a pesar de ello, tiene su encanto, el tipo de encanto que hace falta experimentar con la mente abierta para entender.
Así que ahí estaba, damajuana en la mano, mi hija que había insistido en acompañarme. Entré, había un par de viejos mirando la tele (también vieja). Una señora (¿la dueña?) nos saludó muy amigablemente, casi como su fuese parte de la clientela habitual. Trató de hacerse amiga de mi hija, pero sin éxito; la petisa se escondío detrás de mis piernas, haciéndose la tímida, pero al mismo tiempo asomando la cabeza para sonreírle a la señora. La señora me preguntó cuánta birra entraba en la damajuana, me sirvió una cerveza para que pueda tomar mientras esperaba y, antes de que nos vayamos a sentar afuera, le dio a mi hija unos caramelos.
¡No les puedo empezar a explicar lo mucho que disfruté esa cerveza cuando volví a casa!
Volví a ir un par de días antes de nuestro viaje a España a atender unos no muy placenteros asuntos familiares. Sin la damajuana esta vez, solamente quería tomar un par de birras sentado afuera. Una vez más, mi hija me acompañó. Bromeé un poco con los viejos que estaban tomando sus cervezas y después salí a tomar mi cerveza tranquilo mientras mi hija juntaba amapolas. ¡Hermosa tarde!
Volvimos de España ayer. Después de desempacar y hacer un poco de orden, lo primero que hice fue ir a la hospoda a tomar un par de birras. Una desítka checa en bunas condiciones y bien servida. Ya estaba en casa.
Na Zdraví!
tener la hospoda al lado de casa.
ResponderBorrarNO TIENE PRECIO !!!
que bien.. bueno, si estuviste por aca tuviste calorcito...
salud y que siga lo bueno
Hola
ResponderBorrarSaludos , muy buena nota , no se porque no voy a bares aqui en francia , son muy caretas para mi gusto y donde vivo ahora peor , no me imagino ir a un bar y pedirle lleanrme una dammejeanne asi se escribe en franchute , el tipo me miraria extraniamente , para darte una idea qui la birras son de 250 ml y hay de 330 , pero se estila mejor 250.
Te imaginas si voy con dos trolis , jajajaja
Estas lejos de praga ahora .
Yo me mude cerquita de paris 90 km.
saludos
omar
saludos
omar