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Cuando viene de arriba....

Los que me conocen saben que me gusta comer, y me gusta comer bien. Sin embargo, no suelo visitar restaurantes de lujo. Por un lado es porque mis finanzas realmente no me lo permiten, por otro, es que, la verdad, no le veo mucho sentido a pagar por un primer plato el precio de una buena cena, con buena y abundante cerveza, en una buena hospoda en Praga. Ahora, si alguien invita, la cosa es distinta. El otro día, los representates de una empresa multinacional que es proveedora de la empresa de mi mujer estuvieron en Praga y, como corresponde en empresas grandes, invitaron a sus business partners a cenar a un buen restaurant, en este caso, insistieron en que yo tambien fuese (no sé, a lo mejor querían darle un toque exótico a la velada).
El restaurant elegido, Modrá Rúže (La Rosa Azul), un restaurant de lujo en serio. Muy íntimo, muy lindo, chico y muy muy caro. No voy a entrar en detalles de lo que comimos todos, yo, me deleité con una entrada de langostinos grillados, plato principal de faisán y ,de postre, frutillas flambeadas en Grand Marnier, terminando con una copa de muy buen Cognac. Todo muy muy rico, muy bien preparado y con un servicio impecable. Por supuesto, no faltó el vino. Los anfitriones eligieron un Trivento Malbec que sorprendentemente se llevó muy bien con mi faisán (con la entrada tomé cerveza). No vi la cuenta, pero me imagino que debe haber bordeado las 20.000Kc (714EU). Fue una velada muy amena, con excelente comida en un lugar muy recomendable para aquellos que pueden pagarlo (o aquellos cuyas empresas no tienen problema en pagarlo).
Pero no todo es color de rosas....
Primero, los precios por la comida son caros, pero creo que justos. Es evidente que los ingredientes son de primera calidad, las frutillas de mi postre, por ejemplo eran bien frescas y con sabor, no como esas que se compran en supermercados fuera de temporada, y todo muy bien preparado. Los precios por las bebidas, sin embargo, bordean el robo. 130Kc por una botellita de Pilnser Urquell!!! 2500Kc por una botella de vino que uno puede comprar al proveedor por 600Kc (precio minorista), me pareció muy excesivo. Pero bueno, es el negocio y todos saben que ir a un restaurant de esa categoría significa pagar un precio especial por las bebidas.
Segundo, la cerveza es sin duda la bebida nacional de Chequia. Son quizás miles los extranjeros que vienen a Praga traídos por la promesa de tomar la mejor cerveza del mundo. Por qué entonces, en restaurantes de lujo ofrecen una extensa lista de vinos, pero sólo una o dos cervezas en botella? No pretendo que sirvan cerveza tirada, ya que se arriesga que la cerveza se heche a perder si no es muy pedida, pero las botellas se pueden guardar por mucho tiempo sin perder ninguna de las cualidades del producto. En este país se producen una multitud de variedades de cerveza, sería muy interesante si se le ofreciese al cliente la posibilidad de acompañar un plato con la cerveza apropiada.

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