"¡No podés comparar a la cerveza con el vino, por favor!" Me dijo el otro día un conocido. "El vino es una bebida más noble".
"¿Una bebida más noble?" Respondí. "¿En qué sentido?"
"¿Las cosechas, los varietales, el terroir, las denominaciones de origen, en ése sentido. Hacer buen vino, es un arte"
Muy buen argumento, casi irrefutable. La cerveza ha sido, en cierto modo, una víctima de su propio éxito. Con las grandes marcas internacionales como Budweiser, Heineken, etc, ha pasado a ser de una bebida a un producto más, en la mente de la mayoría. Cualquiera que no sepa de cervezas puede nombrar algunas marcas, pero ¿Cuántas bodegas podemos nombrar si no somos conocedores de vinos? Las cervezas más exitosas del mundo son aquellas que han perdido su identidad en lo que respecta a su origen, mientras que en los vinos, son aquellos que la han mantenido. La Heineken, por ejemplo, se produce en una multitud de países, así que ya ha dejado de ser una cerveza holandesa, la marca puede que lo sea, pero no el producto. Pero a nadie se le ocurriría, llamar Rioja a un vino producido en Italia, DOC's aparte.
El vino es, sin duda, el rey de las bebidas. Tiene una mística que la cerveza no tiene, ni tendrá nunca. Lo que me dijo esa persona sobre las cosechas y las denominaciones de origen es cierto. Al ser sólo el producto de la fermentación de la uva, el vino requiere un nivel de cuidado muy especial por parte del productor, debe estar involucrado en todo el proceso, desde la eleccion del lugar donde se plantarán las vides, hasta su envasado y añejamiento. La uva es muy sensible a las condiciones climáticas y del suelo, no puede crecer en cualquier parte del mundo, y distintos varietales se darán mejor en algunos lugares que en otros.
La producción de cerveza, por otro lado, no tiene límites geográficos. Es, en la mayoría de sus variantes, el producto de la mezcla de tres ingredientes, cereales, lúpulo (cuyas plantaciones no pertenecen a las cervecerías) y agua.
En el mundo anglosajón, la cerveza tiene también el "estigma" de ser una bebida de la clase trabajadora, mientras que el vino, es la bebida de la gente más refinada. Lo cual es una falacia, el vino en Tetra Brik no suele figurar en las listas de los mejores restaurantes.
Las grandes marcas también son culpables. La calidad de producto es secundaria a la penetración del mercado y a la percepción de la marca. Las cervezas se han uniformizado de manera tal que ya no se vende una bebida, sino una experiencia, casi como con las bebidas colas.
Sin embargo, una vez que dejamos de lado los elementos más visibles, y lamentables, de la industria cervecera y nos sumergimos en el mundo de las cervecerías independientes y de las microcervecerías, vemos que la cerveza también puede ser una bebida noble. Pregúntenle a los belgas, sino me creen. No tendrá la mística de los buenos y malos años, o el terroir. Puede, incluso, que no tenga el nivel de arte de la producción de un buen vino. Pero para mí la producción de buena cerveza es Alquimia, después de todo el lo que resulta de la combinación de tres ingredientes muy básicos de naturaleza muy diversa, los cuales en buenas manos son elevados a un nivel más noble y superior que la suma de sus partes.
Sí, créanme. Leyendo las etiquetas de una botella proveniente de uno de los monstruos industriales, y de otra proveniente de una cervecería pequeña, ubicada quizás en un pueblito que no figura en ningún mapa turístico, es probable que leamos los mismos ingredientes, Agua, Cebada malteada y Lúpulo. Sin embargo, la primera es una bebida sin carácter, buena para apagar la sed y nada más, mientras que la segunda nos presenta una deliciosa gama de color, aroma y sabor, que hacen de beberla, un placer. Y es que el objetivo de la Alquimia no es el que muchos creen, transformar metales en oro para obtener así riquezas ilimitadas, sino elevar elementos básicos a un nivel espiritual superior. Todavía no me creen? Busquen entonces cervezas de esas pequeñas cervecerías independientes, esas que se preocupan más por hacer un buen producto que por satisfacer a los accionistas. Verán entonces la multitud de estilos, colores, aromas y sabores que nos puede ofrecer esta tan noble bebida.
El vitivinicultor será un artista, pero eel maestro cervecero, es un Alquimista.
Na Zdraví!
"¿Una bebida más noble?" Respondí. "¿En qué sentido?"
"¿Las cosechas, los varietales, el terroir, las denominaciones de origen, en ése sentido. Hacer buen vino, es un arte"
Muy buen argumento, casi irrefutable. La cerveza ha sido, en cierto modo, una víctima de su propio éxito. Con las grandes marcas internacionales como Budweiser, Heineken, etc, ha pasado a ser de una bebida a un producto más, en la mente de la mayoría. Cualquiera que no sepa de cervezas puede nombrar algunas marcas, pero ¿Cuántas bodegas podemos nombrar si no somos conocedores de vinos? Las cervezas más exitosas del mundo son aquellas que han perdido su identidad en lo que respecta a su origen, mientras que en los vinos, son aquellos que la han mantenido. La Heineken, por ejemplo, se produce en una multitud de países, así que ya ha dejado de ser una cerveza holandesa, la marca puede que lo sea, pero no el producto. Pero a nadie se le ocurriría, llamar Rioja a un vino producido en Italia, DOC's aparte.
El vino es, sin duda, el rey de las bebidas. Tiene una mística que la cerveza no tiene, ni tendrá nunca. Lo que me dijo esa persona sobre las cosechas y las denominaciones de origen es cierto. Al ser sólo el producto de la fermentación de la uva, el vino requiere un nivel de cuidado muy especial por parte del productor, debe estar involucrado en todo el proceso, desde la eleccion del lugar donde se plantarán las vides, hasta su envasado y añejamiento. La uva es muy sensible a las condiciones climáticas y del suelo, no puede crecer en cualquier parte del mundo, y distintos varietales se darán mejor en algunos lugares que en otros.
La producción de cerveza, por otro lado, no tiene límites geográficos. Es, en la mayoría de sus variantes, el producto de la mezcla de tres ingredientes, cereales, lúpulo (cuyas plantaciones no pertenecen a las cervecerías) y agua.
En el mundo anglosajón, la cerveza tiene también el "estigma" de ser una bebida de la clase trabajadora, mientras que el vino, es la bebida de la gente más refinada. Lo cual es una falacia, el vino en Tetra Brik no suele figurar en las listas de los mejores restaurantes.
Las grandes marcas también son culpables. La calidad de producto es secundaria a la penetración del mercado y a la percepción de la marca. Las cervezas se han uniformizado de manera tal que ya no se vende una bebida, sino una experiencia, casi como con las bebidas colas.
Sin embargo, una vez que dejamos de lado los elementos más visibles, y lamentables, de la industria cervecera y nos sumergimos en el mundo de las cervecerías independientes y de las microcervecerías, vemos que la cerveza también puede ser una bebida noble. Pregúntenle a los belgas, sino me creen. No tendrá la mística de los buenos y malos años, o el terroir. Puede, incluso, que no tenga el nivel de arte de la producción de un buen vino. Pero para mí la producción de buena cerveza es Alquimia, después de todo el lo que resulta de la combinación de tres ingredientes muy básicos de naturaleza muy diversa, los cuales en buenas manos son elevados a un nivel más noble y superior que la suma de sus partes.
Sí, créanme. Leyendo las etiquetas de una botella proveniente de uno de los monstruos industriales, y de otra proveniente de una cervecería pequeña, ubicada quizás en un pueblito que no figura en ningún mapa turístico, es probable que leamos los mismos ingredientes, Agua, Cebada malteada y Lúpulo. Sin embargo, la primera es una bebida sin carácter, buena para apagar la sed y nada más, mientras que la segunda nos presenta una deliciosa gama de color, aroma y sabor, que hacen de beberla, un placer. Y es que el objetivo de la Alquimia no es el que muchos creen, transformar metales en oro para obtener así riquezas ilimitadas, sino elevar elementos básicos a un nivel espiritual superior. Todavía no me creen? Busquen entonces cervezas de esas pequeñas cervecerías independientes, esas que se preocupan más por hacer un buen producto que por satisfacer a los accionistas. Verán entonces la multitud de estilos, colores, aromas y sabores que nos puede ofrecer esta tan noble bebida.
El vitivinicultor será un artista, pero eel maestro cervecero, es un Alquimista.
Na Zdraví!
Hola Pibe, no hay discusión posible, son productos diferentes. La única similitud es que son bebidas alcohólicas. Lo de las cervezas de marca es cierto, ni siquiera se parecen entre sí, las mismas marcas en diferentes países. Y lo peor, es que las marcas tradicionales se abaratan y se pierden para siempre por la competencia o por la compra de las mismas corporaciones.
ResponderBorrarIgualmente me quedo con el vino, el ron y el whisky...
chau
Javier
Creo que sí hay discusión. Al menos acá, y en la mayoría de los países de Europa, uno puede ir a un bar, café o restaurant y pedir un una copa de vino (de botella o de barril), igual que un vaso de cerveza. Las dos son bebidas que se toman mucho para acompañar comidas. Acá se producen algunos vinos blancos bastante buenos también. La mayor diferencia que existe, creo, es que la cerveza, porque se sirve más fría y tiene generalmente menor contenido alcohólico, se toma mucho para apagar la sed.
ResponderBorrar