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Na Okoř je cesta*... La, la, la!!

Okoř me gusta mucho por varios motivos, primero, porque queda a sólo 4km de la puerta de casa, así que ir ahí es siempre una buena excusa para una caminata de fin de semana. Segundo, por el castillo, o mejor dicho, las ruinas de uno.
Siendo de un país con historia relativamente corta, los castillos eran algo que sólo podía ver en películas o fotos, así que enterarme que tenía uno cerca de casa me hizo sentir como un chico. Me quedé boquiabierto luego de mi primera caminata hasta allí.
El pueblo se encuentra en un valle rodeado de bosques, así que cuando uno llega caminando desde mi pueblo, se puede ver el tope de la torre del castillo más o menos un kilometro antes. Luego el camino nos lleva al valle, y la torre se pierde de vista. Lo que nos recibe es una laguna llena de cisnes y patos silvestres. Cuando terminamos de caminar alrededor del estanque ya estamos ansiosos por ver por fin el castillo. Y parece que está hecho a propósito. Luego de rodear un par de casas, se nos presenta como una postal. En todo su ruinoso y romántico esplendor. Nunca me canso de esa vista, es casi como un premio luego de una peregrinación. No tiene el glamour de muchos otros castillos en Chequia, pero Hrad Okoř tiene un encanto muy particular. Quizás es la magia de la Byla Paní (la Dama Blanca), un fantasma que se dice aún ronda por ahí.


Claro que luego de tanto ejercicio, nos merecemos una recompensa. Okoř es muy popular con ciclistas, turistas y gente de pueblos vecinos, así que lugares para sentarse a tomar y comer algo, no faltan. De hecho, hay cuatro.
Hoy voy a hablar de los dos más populares.
Una de las casas que tenemos que rodear antes de ver el castillo es el Hotel Okoř, el cual cuenta con un restaurante muy lindo tan lindo como el resto del edifcio. El interior está cálidamente amueblado y decorado, en las paredes hay multitudes de fotos y grabados del pueblo y el castillo, algunos que nos muestran como era éste en sus épocas de esplendor. La comida no está nada mal. La cerveza, serviciales Gambrinus y Pilsner Urquell. Me gusta más para ir en invierno.
El otro, y más popular, más que nada por su ubicación, es Dělová Bašta. Para ir, tenemos que caminar hasta el castillo, seguir el sendero a sus pies y al lado de su puerta, detrás de una pared de piedra, lo encontramos. DB cambió de dueños a fines del año pasado, lo cual trajo una mejora, Budvar muy bien servida en lugar de Staropramen. No se puede decir lo mismo del resto. Antes habían en el patio mesas largas de madera y uno se sentaba en bancos igualmente largos, ahora, mesas redondas de metal con sillas del mismo material con el logo de la cerveza de Bohemia del Sur. Antes el servicio era rápido, eficiente y simpático, ahora es lento, torpe y por momentos dan ganas de matar a los camareros. Mientras que antes, cuando uno pedía algo del limitado menú, se lo traían lo más rápido posible. Ahora, luego de tener que tirarle algo por la cabeza al camarero para llamar suatención, tenemos que rogar que éste, si no es que tiene algo mejor que hacer, se tome la molestia de ir a la cocina, lo cual nos hará también rogar que el personal allí se despierte y se ponga a preparar el pedido (si es que está disponible en el día). Una vez me acuerdo, tuvimos que esperar una hora (y no exagero) por unas ďabelské toasty. En verano la cosa mejora mucho, ya que instalan un grill en el patio, lo que da la opción de pedirse unas klobásy y pivo directamente al “proveedor” y sentarse a disfrutar la cercanía del castillo y toda la atmósfera que éso otorga.
Una alternativa a venir caminando, es ir en bicicleta. Existen senderos que nos llevarán a Okoř. El más interesante es sin duda el que llega a los pies del castillo luego de cuatro kilómetros de bosques y casitas de fin de semana. Se puede también hacer caminando, claro. En verano es muy interesante ya que en varios puntos a la vera del camino se pueden encontrar árboles de cerezas, guindas y ciruelas. Cuando los frutos están maduros, uno simplemente se puede servir, son silvestres y tan ricos.
En Okoř también se llevan a cabo festivales musicales, dos de los cuales son bastante grandes y siempre cuentan con importantes figuras musicales checas. Sin ir más lejos, uno de ellos, Okoř se Sťavou (Okoř con jugo) se lleva a cabo este sábado 16 de Junio. El otro, Okoř Rock & Folk Open Air Festival, es el 25 de agosto. Una o dos veces al año hay un festival medieval, ideal para llevar a los chicos. Con teatro, danzas, esgrima medieval, mucha gente con disfraces y una atmósfera muy divertida.


Queda bien cerca de Praga, es fácil llegar se tenga o no auto, vale la pena visitar Okoř. Si están en el barrio, avisen, a lo mejor los acompaño a tomar una cerveza.

* "Hay un camino a Okoř". Título de una famosa canción popular checa. No se me occurrió otro título ad hoc....

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