No me puedo quejar, pero esperaba algunas movedades más interesantes. Hubo cosas nuevas, pero medio que se quedaron atrás, en especial la weissbier de Bon, que de cerveza blanca tiene muy poco y de gusto azucarado tiene demasiado. No le gustó a nadie. Es la primera partida de una cerveza de trigo que el buen pivovar de Zlinský Kraj hacía, y me parece que no les salió tan bien como querían, esperemos que la próxima sea mejor.
La sorpresa del mes fue la Chilli Beer de Pivovarský Klub. La única vez en mi vida que probé algo similar fue una experiencia bastate traumática de la que no quiero hablar, pero el otro día, cuando me di una vuelta por la celebrada hospoda pivovar, la vi como cerveza del mes y no me pude resistir. No esperaba gran cosa, ya que algunos de los experimentos de esta gente no son de lo mejor, pero me sorprendí gratamente al recibir un vaso con una cerveza de aspecto muy agradable, a la vista, una semioscura con tonos más rojizos lo habitual. El aroma seguía las características de una buena polotmavé checa, con notas de miel y caramelo jugando con aromas herbales y alguna especia ahí en el fondo. Al tomarla esperaba que mis papilas gustativas fuesen arrasadas y hechas polvo por un picante intenso, pero en lugar de eso, lo que recibí fue una suave cerveza con elegantes notas frutales y un lúpulo muy bien equilibrado, la nota exótica se notaba más como un regusto, casi tímidamente, al principio. Para el final del vaso mi paladar había sido furtivamente invadido por un agradable picante que, a pesar de su persistencia, no intentaba tapar el resto de los sabores. Me tomé sólo un vaso y me quedé con la intriga de cómo hubiese sido tomarme otro. Pero igual quedé muy satisfecho.
Pero en tema de cervezas artesanales, el premio se la lleva la corpulenta Porter 14° del siempre genial Pivovar U Bulovky. Una cerveza de color marrón oscuro y opaco, casi como el agua de un río caudaluso pero sin ese aspecto de suciedad. Una espuma cremosa tanto en color como en consistencia. A la nariz, lo que predominan son manzanas verdes asadas, bien otoñal. Al tomarla sentí levadura, las mismas manzanas del aroma sumados a un final con bien equilibradas notas herbales y melosas. Muy rica. Demasiado Rica.
Entre las embotelladas industriales, me gustaron mucho dos, Regent Tmavé y Chodovar Zamecký Ležák. Que tendrán sus respectivos posts pronto.
Ah! Y casi que me olvidaba. Evan Rail me trajo de Bohemia del Norte una botella de Vendelín Polotmavé 13°, además de, por fin, una copia de su libro, que también tendra su post, porque está muy bueno. Que buena cerveza, por favor!!!! Algo parecida a la Oldgott, pero más dulzona gracias a las más acentuadas notas de vainilla. El final es agradablemente amargo, aunque no demasiado largo. Muy linda y muy bien hecha cerveza...
Bueno, a la final, no estuvo tan flojo, porque tambien pude probar la muy buena, aunque nada sobresaliente Opat Kvasnicové, además de la Rohozec y Svijany que tengo la desgracia de tomar en casa....
Saludos a los ganadores....
La sorpresa del mes fue la Chilli Beer de Pivovarský Klub. La única vez en mi vida que probé algo similar fue una experiencia bastate traumática de la que no quiero hablar, pero el otro día, cuando me di una vuelta por la celebrada hospoda pivovar, la vi como cerveza del mes y no me pude resistir. No esperaba gran cosa, ya que algunos de los experimentos de esta gente no son de lo mejor, pero me sorprendí gratamente al recibir un vaso con una cerveza de aspecto muy agradable, a la vista, una semioscura con tonos más rojizos lo habitual. El aroma seguía las características de una buena polotmavé checa, con notas de miel y caramelo jugando con aromas herbales y alguna especia ahí en el fondo. Al tomarla esperaba que mis papilas gustativas fuesen arrasadas y hechas polvo por un picante intenso, pero en lugar de eso, lo que recibí fue una suave cerveza con elegantes notas frutales y un lúpulo muy bien equilibrado, la nota exótica se notaba más como un regusto, casi tímidamente, al principio. Para el final del vaso mi paladar había sido furtivamente invadido por un agradable picante que, a pesar de su persistencia, no intentaba tapar el resto de los sabores. Me tomé sólo un vaso y me quedé con la intriga de cómo hubiese sido tomarme otro. Pero igual quedé muy satisfecho.
Pero en tema de cervezas artesanales, el premio se la lleva la corpulenta Porter 14° del siempre genial Pivovar U Bulovky. Una cerveza de color marrón oscuro y opaco, casi como el agua de un río caudaluso pero sin ese aspecto de suciedad. Una espuma cremosa tanto en color como en consistencia. A la nariz, lo que predominan son manzanas verdes asadas, bien otoñal. Al tomarla sentí levadura, las mismas manzanas del aroma sumados a un final con bien equilibradas notas herbales y melosas. Muy rica. Demasiado Rica.
Entre las embotelladas industriales, me gustaron mucho dos, Regent Tmavé y Chodovar Zamecký Ležák. Que tendrán sus respectivos posts pronto.
Ah! Y casi que me olvidaba. Evan Rail me trajo de Bohemia del Norte una botella de Vendelín Polotmavé 13°, además de, por fin, una copia de su libro, que también tendra su post, porque está muy bueno. Que buena cerveza, por favor!!!! Algo parecida a la Oldgott, pero más dulzona gracias a las más acentuadas notas de vainilla. El final es agradablemente amargo, aunque no demasiado largo. Muy linda y muy bien hecha cerveza...
Bueno, a la final, no estuvo tan flojo, porque tambien pude probar la muy buena, aunque nada sobresaliente Opat Kvasnicové, además de la Rohozec y Svijany que tengo la desgracia de tomar en casa....
Saludos a los ganadores....
Max, la porter, que lúpulos?
ResponderBorrarSalud.
AH! Me mataste con esa pregunta. No tengo idea, si me acuerdo, puedo averiguar la próxima vez que vaya a Bulovka.
ResponderBorrarQue las cervezas tengan número informando la cantidad de azúcar es debido a que hay una ley que los obliga, o las Pivovar (como voy apreniendo) lo hacen para dar información nada más?. Me parece que es importante saber algo más de lo que uno está tomando, claro, dejando los secretos dela receta a ser descubiertos cuando una la prueba.
ResponderBorrarSaludos!
Había antaño una ley que obligaba a los cerveceros a dar la graduación según la escala Balling (porcentaje de azúcares al inicio de la fermentación). Eso le daba al consumidor una idea de la densidad de la cerveza que estaba tomando, que era más importante que la graduación alcohólica.
ResponderBorrarLa ley hace tiempo que ha sido derogada, sin embargo hay muchos cerveceros que siguen usando la nomenclatura.
Por otro lado, muchas de las cervecerías industriales han dejado de usarla, porque, luego de haber adoptado nuevos métodos de producción, pueden utilizar menos cantidad de malta por volúmen.