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Momento indicado, lugar indicado

Hacía rato que no iba y hacía demasiado que no me deleitaba con una X33, así que aprovechando estas fechas me dí una vuelta por U Medvídku esperando encontrar a mi amigo el camarero del cual nunca me puedo acordar su nombre y saludarlo mientras me tomaba las dos delicias del lugar. Esperaba también encontrar al Maestro Ladislav Veselý para también saludarlo. Tuve suerte en las dos.
Me saludé con el camarero (hacía rato que no nos veíamos porque las últimas dos veces que había ido estaba de franco) y antes de poder sentarme ya me estaba sirviendo una Oldgott Barique.
No me voy a extender en lo bien que me sentí al volver a tomar tal gloriosa bebida, pero fué un lindo reencuentro. Después de haber dejado que mis sentidos entren en calor, me pedí la X33. Qué gran cerveza!!! Sigo insistiendo. Maravillosa. Soberbia.
Mientras estaba disfrutando cada gota de esta obra de arte, mi amigo me dice como al pasar que para después de las fiestas iban a empezar a servir una nueva cerveza una 16°balling de la cual sólo se elaboraron 5hl. Le agradecí de corazón tal dato y prometí que iba a estar el día del lanzamiento.
Estando de buen humor y teniendo demasiado tiempo, luego de terminar la X33 me pedí otra Oldgott y seguí la charla con el camarero amigo. El Maestro Veselý llego y apenas se desocupó lo fui a saludar. Charlamos un poco sobre Argentina y le pregunté sobre la nueva cerveza. Me confirmó lo que me habían dicho antes y se excusó porque tenía que trabajar.
Volví a mi mesa a terminar mi Oldgott y escuchar la muy buena música que el camarero estaba pasando (Paul Butterfield Blues Band) y un rato después veo que el Maestro se acerca al camarero y en voz baja le dice algo, segundos después habían dos vasos chicos de Oldgott en la mesa, el Maestro fue al rincón más remoto del Ležacký Sklep y volvió con una botellita sin etiquetas.
Mientras la abría me dijo que era un nuevo experimento y que quería saber mi opinión. Me sentí más que honrado.
Hice todo el ritual, la miré, le sentí los aromas, la volví a mirar a contraluz y mientras tanto el Maestro me pedía que prestase atención porque le había puesto algo más, un saborizante.
Lo que encotraron mis sentidos fue una maravilla. Los elementos de la Oldgott estaban ahí pero con un amargor mucho mucho más intenso. Debido a esto, el ingrediente secreto era difícil de detectar, había algo pero no era fácil decir si era eso extra o un sabor frutal normal de la cerveza.
El misterioso aditivo resultó ser una ciruela desecada que el Maestro había puesto a mano en cada una de las botellas. Quería ver qué tal le salía. No puedo creer que haya querido sabir MI opinión.
A pesar de no estar lista, esta cerveza, con o sin ciruela es, y va a ser, deliciosa. La partida va a empezar a ser tirada después de año nuevo y el plan, si resulta exitosa, es servirla junto con la Oldgott Barique de manera que permita una maduración en barril más larga de la que ahora tienen ya que la Oldgott se sirve muy rápido.
Como si esto no fuera poco, mi amigo el camarero me convidó con un trago de su Slivovice casero, otro elíxir del que tuve que tomar dos copas al final (en Chequia dicen que es mejor tomar en números pares porque tenemos dos piernas). Estaba más que tentado de quedarme, pero el deber llamaba. La caminata de 5km en temperaturas bajo cero la hice con una sonrisa. Qué lindo ser yo....!

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