El otro día con mi media naranja cumplimos cinco años de estar juntos. Como cada año, fuimos a cenar a un lugar distinto y algo más cheto que de costumbre. En esta oportunidad elegimos Klášterní Šenk.
El restaurant está ubicado en los terrenos del monasterio de Břevnov, en el barrio del mismo nombre, no muy lejos del Castillo de Praga. El monasterio benedictino fue fundado en 993 por San Adalberto, entonces obispo de Praga. Hoy es un lugar abierto al público, donde se pueden recorrer sus hermosos jardines y admirar la imponente iglesia barroca de San Adalberto y Santa Margarita.
Sin embargo, para un ateo como yo, mi llamado espiritual es el de buena comida y buena cerveza. Ambas cosas, por suerte, se pueden encontrar en Klášterní Šenk.
A este restaurant lo conocía hacía ya rato. Había estado varias veces y la comida siempre me había gustado mucho, no sólo por sus sabores sino por su excelente equilibrio entre precio y calidad. El lugar tiene también una muy linda atmósfera y, como si esto fuera poco, podemos regar todo con excelente Klášter, tanto rubia como oscura a muy buen precio.
Se encuentra en una parte del complejo que su momento habrá sido un granero o un establo. El salón principal es amplio y espacioso. Los cachivaches que hacen las veces de decoración parecen haberlos encontrado mientras renovavan este edificio para convertirlo en restaurante. Utilizar antiguas herramientas agrícolas y utensilios de cocina no es nada original entre los restaurantes checos, en especial en los pueblos. Muchas veces la cantidad de estos adornos conviernten a la decoración en algo kitch. Por suerte la gente del šenk empleó algo de austeridad benedictina a la hora de poner adornos. El salón está dominado por un enorme hogar y los mueblos son de madera maciza y de aspecto bien rústico. Todo le da una atmósfera de campo. Uno se siente casi como un refugio para escaparse de la ruidosa modernidad. Hasta los menúes hacen juego. Están encuadernados en unas bandejas de latón viejo, impresos en tipografía estilo gótico y el lenguaje utilizado para los platos es bastante gracioso e informal.
Nos tocó una mesa en el pequeño salón no fumadores, en el fondo. Quería una cerca del hogar, pero ya estaban todas reservadas. No lo lamenté tanto una vez que enciendieron el fuego, cerca de él hacía mucho calor.
Nos dieron los menúes luego de acompañarnos a nuestra mesa y las bebidas vinieron enseguida, Klášter světlé (rubia) para mí, tmavé para mi amorcito. Le siguió la hogaza de pan del día que siempre traen y está incluida en el precio. Viene acompañada de una pasta para untar a base de queso fresco y ajo y de škvarky, grasa de cerdo condimentada. Ideal para abrir el apetito. Como entrada compartimos una porción de břevnovksá šunka, un jamón ahumado muy rico (nada de porquería de supermercado) acompañado por okurky (pepinos en vinagre), mostaza con miel y rábano picante. Liviano y muy sabroso.
Como plato principal mi mujer se pidió unos ñoquis de papa con salsa de espinaca y crema (Klášterní bašta z nočků se špenátem a smetanou míšená). Si bien faltaba un poco de sal, los ñoquis estaban perfectamente al dente y la espinaca de la salsa era fresca y muy sabrosa. Y por 129CZK, un lujo.
Me costó elegir, pero finalmente me decidí por la pechuga de pato asada con dos tipos de kisané zelí (algo así como el chucrut) y dos tipos de knedlíky, de papa y špekové (con tocino) (Prsa z kačice, co na rybníku pod klášterem plula, s obé zelím i knedlíků). A 259CZK bastante más caro que los ñoquis, pero la porción era bien abundante y me dejó satisfecho. La col blanca estaba demasiado cocida para mi gusto, era casi un puré, pero hay gente que la prefiere así, la roja, por suerte, estaba en un punto más crocante. Ambas con su sabor distintivo y con el exacto equilibrio entre dulce y agrio que tanto me gusta. Para mi sorpresa, la pechuga de pato estaba deshuesada. La carne estaba algo seca también, pero al remojarla en el caldillo casi invisible en la sartén negra que viene todo servido sus sabores se potenciaron y se convirtió en casi un manjar. Los knedlíky de papa no me causaron demasiada impresión, les faltaba sal y no tenían mucho sabor. Los špekové, por otro lado, me enloquecieron. Espectacular textura y un intenso sabor ahumado, brillantes, los dejé para el final y, a pesar de estar bastante lleno ya, podría haber comido una docena más.
Muy buena comida con excelente cerveza. Es una lástima que los productos del Pivovar de Hradiště nad Jizerou no sean más conocidos en Praga. Son todas cervezas de muy buena calidad y es muy bueno encontrar un restaurant de este nivel que no cayó en la tentación de ofrecer a sus clientes lo mismo que el resto.
La pasamos muy bien, el servicio fue muy profesional y casi impecable. Durante la cena, la conversación giró en torno a los cinco años que estamos juntos y como nuestras vidas han cambiado en ese tiempo, y, por supuesto, la nueva casa, a la cual estábamos a punto de mudarnos.
Klášterní Šenk es un muy lindo lugar, tanto para una cena romántica, como de negocios. A pesar de estar lejos del centro, es fácil de llegar, los tranvías 15, 22 y 25, paran justo frente al monasterio. Seguramente vamos a volver, porque los dos nos quedamos con ganas de seguir probando las delicias del menú.
Klášterní Šenk
Monasterio de Břevnov
Břevnov - Praga 6
El restaurant está ubicado en los terrenos del monasterio de Břevnov, en el barrio del mismo nombre, no muy lejos del Castillo de Praga. El monasterio benedictino fue fundado en 993 por San Adalberto, entonces obispo de Praga. Hoy es un lugar abierto al público, donde se pueden recorrer sus hermosos jardines y admirar la imponente iglesia barroca de San Adalberto y Santa Margarita.
Sin embargo, para un ateo como yo, mi llamado espiritual es el de buena comida y buena cerveza. Ambas cosas, por suerte, se pueden encontrar en Klášterní Šenk.
A este restaurant lo conocía hacía ya rato. Había estado varias veces y la comida siempre me había gustado mucho, no sólo por sus sabores sino por su excelente equilibrio entre precio y calidad. El lugar tiene también una muy linda atmósfera y, como si esto fuera poco, podemos regar todo con excelente Klášter, tanto rubia como oscura a muy buen precio.
Se encuentra en una parte del complejo que su momento habrá sido un granero o un establo. El salón principal es amplio y espacioso. Los cachivaches que hacen las veces de decoración parecen haberlos encontrado mientras renovavan este edificio para convertirlo en restaurante. Utilizar antiguas herramientas agrícolas y utensilios de cocina no es nada original entre los restaurantes checos, en especial en los pueblos. Muchas veces la cantidad de estos adornos conviernten a la decoración en algo kitch. Por suerte la gente del šenk empleó algo de austeridad benedictina a la hora de poner adornos. El salón está dominado por un enorme hogar y los mueblos son de madera maciza y de aspecto bien rústico. Todo le da una atmósfera de campo. Uno se siente casi como un refugio para escaparse de la ruidosa modernidad. Hasta los menúes hacen juego. Están encuadernados en unas bandejas de latón viejo, impresos en tipografía estilo gótico y el lenguaje utilizado para los platos es bastante gracioso e informal.
Nos tocó una mesa en el pequeño salón no fumadores, en el fondo. Quería una cerca del hogar, pero ya estaban todas reservadas. No lo lamenté tanto una vez que enciendieron el fuego, cerca de él hacía mucho calor.
Nos dieron los menúes luego de acompañarnos a nuestra mesa y las bebidas vinieron enseguida, Klášter světlé (rubia) para mí, tmavé para mi amorcito. Le siguió la hogaza de pan del día que siempre traen y está incluida en el precio. Viene acompañada de una pasta para untar a base de queso fresco y ajo y de škvarky, grasa de cerdo condimentada. Ideal para abrir el apetito. Como entrada compartimos una porción de břevnovksá šunka, un jamón ahumado muy rico (nada de porquería de supermercado) acompañado por okurky (pepinos en vinagre), mostaza con miel y rábano picante. Liviano y muy sabroso.
Como plato principal mi mujer se pidió unos ñoquis de papa con salsa de espinaca y crema (Klášterní bašta z nočků se špenátem a smetanou míšená). Si bien faltaba un poco de sal, los ñoquis estaban perfectamente al dente y la espinaca de la salsa era fresca y muy sabrosa. Y por 129CZK, un lujo.
Me costó elegir, pero finalmente me decidí por la pechuga de pato asada con dos tipos de kisané zelí (algo así como el chucrut) y dos tipos de knedlíky, de papa y špekové (con tocino) (Prsa z kačice, co na rybníku pod klášterem plula, s obé zelím i knedlíků). A 259CZK bastante más caro que los ñoquis, pero la porción era bien abundante y me dejó satisfecho. La col blanca estaba demasiado cocida para mi gusto, era casi un puré, pero hay gente que la prefiere así, la roja, por suerte, estaba en un punto más crocante. Ambas con su sabor distintivo y con el exacto equilibrio entre dulce y agrio que tanto me gusta. Para mi sorpresa, la pechuga de pato estaba deshuesada. La carne estaba algo seca también, pero al remojarla en el caldillo casi invisible en la sartén negra que viene todo servido sus sabores se potenciaron y se convirtió en casi un manjar. Los knedlíky de papa no me causaron demasiada impresión, les faltaba sal y no tenían mucho sabor. Los špekové, por otro lado, me enloquecieron. Espectacular textura y un intenso sabor ahumado, brillantes, los dejé para el final y, a pesar de estar bastante lleno ya, podría haber comido una docena más.
Muy buena comida con excelente cerveza. Es una lástima que los productos del Pivovar de Hradiště nad Jizerou no sean más conocidos en Praga. Son todas cervezas de muy buena calidad y es muy bueno encontrar un restaurant de este nivel que no cayó en la tentación de ofrecer a sus clientes lo mismo que el resto.
La pasamos muy bien, el servicio fue muy profesional y casi impecable. Durante la cena, la conversación giró en torno a los cinco años que estamos juntos y como nuestras vidas han cambiado en ese tiempo, y, por supuesto, la nueva casa, a la cual estábamos a punto de mudarnos.
Klášterní Šenk es un muy lindo lugar, tanto para una cena romántica, como de negocios. A pesar de estar lejos del centro, es fácil de llegar, los tranvías 15, 22 y 25, paran justo frente al monasterio. Seguramente vamos a volver, porque los dos nos quedamos con ganas de seguir probando las delicias del menú.
Klášterní Šenk
Monasterio de Břevnov
Břevnov - Praga 6
Felicitaciones por los 5 años! Me siento plenamente identificado con eso de ir a celebrar a un lugar algo mas cheto que lo de costumbre. Yo llevo 6 meses separado de mi media cebada (se puede decir así?) pero dentro de una semana ya estará en Chile, para después estar 8 meses con ella en Alemania.
ResponderBorrarHoy pretendo hacer esas tortillas o panqueques de papas, los bramboracky, vamos a sacarles fotos y a acompañarlos con una porter. Luego van a estar en el blog.
De nuevo mil felicitaciones y que sean muchos más!
Que bien por esos cinco ... justo este par de semanas que entran tengo visitas en casa y este sitio es buen lugar para almorzar y de ahi llevarlos al castillo.. buen dato como de costumbre. A mi esposa tambien le va mejor las tmave, por que sera? por mayor contenido de azucar y no es tan amarga como la svetly asumo.
ResponderBorrarLa primator en u sadu tambien es unfiltered como en Klub?
Javier,
ResponderBorrarLa Primátor es la misma, fijate en la foto que puse en la entrada de U Sadu (de vuelta al jardín).
Buena idea llevar a amigos a almorzar a este lugar. La caminata al castillo es un tanto larga, pero linda, y va a venir bien para bajar la comida.
Son muchas las mujeres que prefieren la cerveza negra, muchas veces es más dulzona y acaramelada, que es más a su gusto. Mi mujer es igual.
catador,
Vas a estar en Alemania? Dónde? A ver si te podés dar una vueltita por Praga.... Saludos y a tu polola.
Voy a quedar por Pforzheim, cerca de Karlsruhe, a una hora más o menos de Stuttgart, y a dos y media más o menos de Franfurt (hacia arriba) y lo mismo a München (hacia abajo). Los viajes a Chequia y a Bélgica están contemplados, todo va a depender de la plata y el tiempo!
ResponderBorrarEn estos momentos estoy arreglando las fotos de los bramboracky, para que les des un vistazo.
Avisa entonces si te das una vuelta por estos pagos. Buena cerveza no te va a faltar...
ResponderBorrarEspero que los bramboráky hayan salido buenos.
....Y que cumpláis muchos más pareja, muchos deseos de felicidad y más salidas a cenar que reviertan en post jejeje para poder ir haciendo nuestra pequeña guía de lugares.Muy buenas las traducciones,si señor. Un abrazo a los 2.Haya salud
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