Dudé en asistir a la degustación de cervezas de este mes. Fui más que nada por la gente y la atmósfera que generan en Pivovarský Klub cada tercer martes del mes. Es que el invitado en esta oportunidad fue Pivovar Žatec. Había degustado casi todas sus cervezas y, salvo la Lučan, no me habían parecido gran cosa, así que mis expectativas estaban más bien por el piso.
No fui defraudado. Debe haber sido la peor presentación, por varios motivos.
- Pivovar Žatec elabora regularmente cinco cervezas. Como pueden ver en la foto más abajo, hay seis botellas. Es que una de ellas, la Premium tiene dos presentaciones, la clásica de 0.5l para el mercado checo, y la otra en botella de 0.355l para el mercado de exportación. Claro, se olvidaron de aclararlo. Y si no hubiese sido por Aleš Dočkal que hizo la pregunta adecuada, a lo mejor no nos hubiésemos enterado. La pregunta que quedó colgada, fue por qué entonces llaman a una de sus cervezas Export.
- No trajeron Lučan, a mi entender, su cerveza más lograda. Gustos aparte, su línea de productos es de por sí limitada, así que es casi imperdonable que no la hayan presentado completa. Más allá de las disculpas de la gente del Klub por no haber avisado que no tenían suficiente stock, la culpa es del pivovar por no haber preguntado.
- La actitud en general del maestro cervecero. Comparado con los otros maestros cerveceros que hablaron durante las otras presentaciones, el Sr. Bařtipán parecía el progenitor del peor alumno de la clase en una reunión de padres de la escuela. Defendió a sus cervezas, pero más por obligación que por convicción, o así al menos me pareció. En varias oportunidades mencionó que sus cervezas eran pitelné, que en checo significa tomable. Puede que mi semántica checa no esté a la orden del día, pero en español decir que una cerveza es tomable no es hacerle grandes elogios.
- La calidad general de las cervezas. Sólo la světlé, casi una desítka (9.3°balling 4.1%ABV), estuvo arriba del, bajo, promedio. Lindo cuerpo un sabor donde predominan frutas tropicales, en especial ananá. El resto, tan unidimensional como me habían parecido antes, quizás con la Xatnho que la noté un poco mejorada, pero puede que sea porque era la única que presentaba algún tipo de sabor característico.
El maestro cerveceró puso énfasis en que no hacen cerveza barata, que no usan insumos baratos, que su lúpulo es provisto por El Intituto del Lúpulo de Žatec. Ante la pregunta de Aleš de por qué las cervezas de Saaz no tienen un caracter más acorde a lo que se espera de su origen, la respuesta fue evasiva y poco satisfactoria.
La región de Žatec tiene una de las tradiciones cerveceras más antiguas del mundo. Los registros dicen que se elabora cerveza comercialmente desde el S. XIII y sus lúpulos son conocidos y apreciados por todo el mundo cervecero. El problema de la cervecería para mí reside en el propietario. Un Inglés que la compró en 2001 porque quería tener su propia cerveza, y al parecer no se preocupa demasiado por cómo se elabora.
Me gustaria ver a un Pivovar Žatec elaborando cervezas que le hagan honor a su tradición y origen. Pero no creo que ello suceda en el futuro cercano. El pivovar refleja un poco la realidad de la cuidad. Podría ser muy linda, pero se encuentra descuidada y sus autoridades no parecen tener mucho interés en mejorarla.
Lo mejor de la velada fue, sin dudas, el trago de bienvenida. La desítka de Pivovarský Dum, elaborada en ocasión del décimo aniversario del famoso brewpub de Nové Město. Una cerveza simplemente brillante, algo así como la hermana menor de su maravillosa Ležák. Puede que todavía la tengan en el Klub, no se la pierdan.
PD: Si quieren leer mi análisis de la compra de Drinks Union por parte de Henineken, fíjense en esta artículo en el Día de Praga.
No fui defraudado. Debe haber sido la peor presentación, por varios motivos.
- Pivovar Žatec elabora regularmente cinco cervezas. Como pueden ver en la foto más abajo, hay seis botellas. Es que una de ellas, la Premium tiene dos presentaciones, la clásica de 0.5l para el mercado checo, y la otra en botella de 0.355l para el mercado de exportación. Claro, se olvidaron de aclararlo. Y si no hubiese sido por Aleš Dočkal que hizo la pregunta adecuada, a lo mejor no nos hubiésemos enterado. La pregunta que quedó colgada, fue por qué entonces llaman a una de sus cervezas Export.
- No trajeron Lučan, a mi entender, su cerveza más lograda. Gustos aparte, su línea de productos es de por sí limitada, así que es casi imperdonable que no la hayan presentado completa. Más allá de las disculpas de la gente del Klub por no haber avisado que no tenían suficiente stock, la culpa es del pivovar por no haber preguntado.
- La actitud en general del maestro cervecero. Comparado con los otros maestros cerveceros que hablaron durante las otras presentaciones, el Sr. Bařtipán parecía el progenitor del peor alumno de la clase en una reunión de padres de la escuela. Defendió a sus cervezas, pero más por obligación que por convicción, o así al menos me pareció. En varias oportunidades mencionó que sus cervezas eran pitelné, que en checo significa tomable. Puede que mi semántica checa no esté a la orden del día, pero en español decir que una cerveza es tomable no es hacerle grandes elogios.
- La calidad general de las cervezas. Sólo la světlé, casi una desítka (9.3°balling 4.1%ABV), estuvo arriba del, bajo, promedio. Lindo cuerpo un sabor donde predominan frutas tropicales, en especial ananá. El resto, tan unidimensional como me habían parecido antes, quizás con la Xatnho que la noté un poco mejorada, pero puede que sea porque era la única que presentaba algún tipo de sabor característico.
El maestro cerveceró puso énfasis en que no hacen cerveza barata, que no usan insumos baratos, que su lúpulo es provisto por El Intituto del Lúpulo de Žatec. Ante la pregunta de Aleš de por qué las cervezas de Saaz no tienen un caracter más acorde a lo que se espera de su origen, la respuesta fue evasiva y poco satisfactoria.
Me gustaria ver a un Pivovar Žatec elaborando cervezas que le hagan honor a su tradición y origen. Pero no creo que ello suceda en el futuro cercano. El pivovar refleja un poco la realidad de la cuidad. Podría ser muy linda, pero se encuentra descuidada y sus autoridades no parecen tener mucho interés en mejorarla.
Lo mejor de la velada fue, sin dudas, el trago de bienvenida. La desítka de Pivovarský Dum, elaborada en ocasión del décimo aniversario del famoso brewpub de Nové Město. Una cerveza simplemente brillante, algo así como la hermana menor de su maravillosa Ležák. Puede que todavía la tengan en el Klub, no se la pierdan.
PD: Si quieren leer mi análisis de la compra de Drinks Union por parte de Henineken, fíjense en esta artículo en el Día de Praga.
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