Tomo cerveza desde que tengo memoria, siempre me gustó. Cuántas cervezas distintas he tomado en mi vida, no sé, no tengo idea; recién este año decidí llevar la cuenta. Puede que sean miles. Muchas han sido muy buenas, muchas otras no tanto, y algunas más, simplemente espantosas.
Podría nombrar varias entre las más feas. Me viene a la mente la Stella egipcia, que parecía algo salido de un control antidóping del Tour de France; la Chilli Beer de Nueva Zelandia, una piss lager con un ají picante en la botella o, sin ir más lejos, la Krkonošský Medvěd Světlý Ležák que me tocó como welcome drink en una degustación en el Klub y parecía una nealko mal hecha, no la pude terminar. Pero incluso si juntamos el espanto de todas ellas, no nos acercaríamos ni vagamente a Llavallol.
La historia se remonta al año 1992. Estaba estudiando publicidad a la noche en la UP y era muy común que tengamos que hacer trabajos en grupo. Como ninguno de nosotros éramos nenitos bien y todos trabjábamos durante el día, la única alternativa que quedaba para hacer los trabajos eran los fines de semana. Tengo que confesar que me gustaban mucho esas reuniones. Siempre éramos los mismos y laburábamos muy bien juntos. La rutina era juntarse temprano a la tarde, o al mediodía, comer unas pizzas con cerveza, escuchar música, charlar hasta que en algún momento la lamparita grupal se encendía y la asignatura la teníamos lista en quince minutos.
Esta vez el trabajo era de a dos. No me acuerdo qué materia. Como de costrumbre, fui a la casa de mi amigo Gustavo. Vivía en Villa del Parque y nos juntábamos ahí porque tenía un amplio comedor separado donde podíamos trabajar tranquilos.
Cuando llegué me preguntó si quería una birra. Fue a la cocina y volvió con una botella que nunca había visto. El diseño de la etiqueta era similar al que entonces usaba Imperial, sólo que el fondo era rojo en lugar de dorado. La marca Llavallol. "La compró mi vieja", dijo Gustavo al ver mi cara de incertidumbre. La abrimos y ambos nos servimos un vaso. En ese entonces todavía no me molestaba en sentir el aroma de la cerveza, así que fue directo al buche. ¡Dios mío! ¡Qué brebaje más horrendo! Todavía me acuerdo del gusto, era algo así como detergente para lavar platos mezclado con pasta de dientes barata. No se podía tomar, intentamos mezclarla con Coca-Cola e incluso whisky, pero no hubo caso. El resto de la botella terminó en el inodoro.
Pobre la madre de Gustavo. Se sintió culpable cuando tuvimos que salir a comprar algo más tomable como Quilmes.
Nunca más volví a ver esta cerveza (lo cual quizás es una bendición), pero pensando en esta ronda, me surgió la duda si era en verdad tan mala o se trató de una botella/partida contaminada.
¿Por qué la elegí? Era 1992, en ese entonces Quilmes Cristal y Palermo todavía me parecían buenas cervezas. Imagínense lo fea que Llavallol debe haber sido.....
Podría nombrar varias entre las más feas. Me viene a la mente la Stella egipcia, que parecía algo salido de un control antidóping del Tour de France; la Chilli Beer de Nueva Zelandia, una piss lager con un ají picante en la botella o, sin ir más lejos, la Krkonošský Medvěd Světlý Ležák que me tocó como welcome drink en una degustación en el Klub y parecía una nealko mal hecha, no la pude terminar. Pero incluso si juntamos el espanto de todas ellas, no nos acercaríamos ni vagamente a Llavallol.
La historia se remonta al año 1992. Estaba estudiando publicidad a la noche en la UP y era muy común que tengamos que hacer trabajos en grupo. Como ninguno de nosotros éramos nenitos bien y todos trabjábamos durante el día, la única alternativa que quedaba para hacer los trabajos eran los fines de semana. Tengo que confesar que me gustaban mucho esas reuniones. Siempre éramos los mismos y laburábamos muy bien juntos. La rutina era juntarse temprano a la tarde, o al mediodía, comer unas pizzas con cerveza, escuchar música, charlar hasta que en algún momento la lamparita grupal se encendía y la asignatura la teníamos lista en quince minutos.
Esta vez el trabajo era de a dos. No me acuerdo qué materia. Como de costrumbre, fui a la casa de mi amigo Gustavo. Vivía en Villa del Parque y nos juntábamos ahí porque tenía un amplio comedor separado donde podíamos trabajar tranquilos.
Cuando llegué me preguntó si quería una birra. Fue a la cocina y volvió con una botella que nunca había visto. El diseño de la etiqueta era similar al que entonces usaba Imperial, sólo que el fondo era rojo en lugar de dorado. La marca Llavallol. "La compró mi vieja", dijo Gustavo al ver mi cara de incertidumbre. La abrimos y ambos nos servimos un vaso. En ese entonces todavía no me molestaba en sentir el aroma de la cerveza, así que fue directo al buche. ¡Dios mío! ¡Qué brebaje más horrendo! Todavía me acuerdo del gusto, era algo así como detergente para lavar platos mezclado con pasta de dientes barata. No se podía tomar, intentamos mezclarla con Coca-Cola e incluso whisky, pero no hubo caso. El resto de la botella terminó en el inodoro.
Pobre la madre de Gustavo. Se sintió culpable cuando tuvimos que salir a comprar algo más tomable como Quilmes.
Nunca más volví a ver esta cerveza (lo cual quizás es una bendición), pero pensando en esta ronda, me surgió la duda si era en verdad tan mala o se trató de una botella/partida contaminada.
¿Por qué la elegí? Era 1992, en ese entonces Quilmes Cristal y Palermo todavía me parecían buenas cervezas. Imagínense lo fea que Llavallol debe haber sido.....
Curioso, hemos coincidido en la Stella Egipcia!!!
ResponderBorrarSalud, Andrés.
Ni puta idea tienes. La stella es una pasada. Pero claro, la habrás probado una vez en Egipto que habrás ido para poner la pegatina a la maleta. Yo la he tomado cientos y cientos de veces.
BorrarEn breve estaremos publicando el post en la Logia.
ResponderBorrarNunca vi a esa marca Lavallol. No debe de haber durado mucho! :)
Estoy de viaje por Niza, Francia (que pena que Praga me queda tan lejos :( y ayer probe la peor cerveza de mi vida... Conocen la Desperado? Arghh.. espantosa!
Alguna cerveza que me recomienden que pueda conseguir en Carrefour que me pueda llevar para Argentina?
Aquí todo el mundo anda de viaje vacacional menos yo que ando viajando por España trabajando y opositando a la vez menuda paliza.
ResponderBorrarLeo con alegría que La Ronda ya está en marcha, reconozco mi dejadez, pues había dicho que anunciaría algo relacionado con ella pero al final se me vino el tiempo encima y se me quedó...Menos mal que Max anduvo al quite, un brindis por ello. En cuanto pueda(llevo 5 días entre Huelva, Sevilla, Madrid y Asturias y me quedan otros 15!!) intentaré poner mi contribución a la Ronda. Mientras Haya Salud para todos.
Galapagos, para que no se haga muy largo te escribo un comentario en la Logia sobre cervezas Francesas que te puedan gustar. ¿Te acercas por aquí por casualidad? Si es así dejanos un mail en la CAAC. Haya Salud
Chela, no te preocupes que no sos el unico que esta trabajando... yo tambien estoy en viaje de trabajo, ojalá fuera por placer! :)
ResponderBorrarSi fuera asi sin dudas me daba una vuelta por España a tomarme unas cañas con uds y por Praga para conocerlo al gran Max! :)
Escribime a mi mail: galapagos.logia@gmail.com
Stella la he visto varias veces por ahí, pero nunca me he atrevido a comprarla, algún amigo me ha dado no muy buenas referencias de ella. Y ahora veo que hice bien en hacerle caso... :)
ResponderBorrarBueno, también hemos participado nosotros en La Ronda, nada más te mando un saludo desde Zaragoza.
Ya ves Galapagos lo espantosa que es la Desperados y no veas lo que se vende en España. Esta de moda.
ResponderBorrarMuchos de los que bebían Coronita cuando vieron que dejaba de ser novedoso y que todo el mundo la bebía, decidieron que era poco snob que te vieran con una en la mano así que encontraron la Desperados para sustituirla en el ranking.
Un saludo
como siempre digo, la magia del marketing todo lo puede....
ResponderBorrarTIO, NI PUTA IDEA TIENES. LA STELLA ES DE LAS MEJORES CERVEZAS QUE EXISTEN, PERO CLARO, NO ESTÁ HECHA LA MIEL PARA LA BOCA DEL ASNO.
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo contigo, riquísima la Stella!!!
BorrarComprate un paladar amigo
BorrarEing?? soy muy cervecero y he viajado por medio mundo y la Stella es de las mejores que he bebido!!!
ResponderBorrarBueno, a mí me parece muy chota, pero son gustos míos.
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