Ah! Qué lindo es vivir en Praga! Cuando me dan ganas de tomar una birra todo lo que tengo que hacer es ir a una buena hospoda y sé que voy a encontrar cerveza de buena calidad, servida como debe ser y a la temperatura apropiada. Como si esto fuera poco, la cerveza es tan barata, solamente 30CZK en promedio.
Es el paraíso! O no?
Poder tomar cervezas de un envidiable standard de calidad a precios tan bajos es una bendición, y algo que todos aquellos que visitan la Rep. Checa destacan, pero tiene un lado oscuro. Todos esperan que la cerveza sea barata. Ello ha puesto serios límites a la industria. Los altos costos hacen que las cervecerías artesanales no envasen sus productos y que ni ellas, ni las industriales se arriesguen a sacar al mercado cervezas de edciones limitadas, acondicionadas en botella para ser guardadas por varios años. El bajo precio de las buenas cervezas locales también es un gran obstáculo para importadores, al menos para los que les gustaría traer cervezas distintas diferentes a las macroindustriales que normalmente se encuentran.
A veces me da envidia leer las entradas en otros blogs cerveceros de Europa y ver la gran variedad de cervezas importadas de calidad, o domésticas artesanales que los autores pueden degustar en la tranquilidad de sus hogares. Otras veces me pongo a pensar si en países con culturas cerveceras menos desarrolladas en cierto modo no la tienen mejor que nosotros. Si no me creen, vean los ejemplos de España y Argentina.
En un bar y tienda especializada de Barcelona se pueden conseguir cervezas como Sierra Nevada, Anchor, Morton's, Cooper's (además de algunas checas que les mandamos hace poco). Cuándo fue la última vez que vieron estas cervezas en Praga? Exactamente, nunca. Y ni hablar de la cerveza especialmente diseñada para entrar en el mercado de la alta gastronomía, o de la que viene en una lujosísima caja, ambas de una cervecería industrial. Cuándo fue la última vez que vieron algo así en el mercado checo? Exactamente, nunca.
En las grandes cuidades de Argentina se pueden encontrar cervezas artesanales en botella no sólo en multitud de restaurantes, bares, pubs y tiendas especializadas, sino también en cadenas de supermercados como Wal-Mart y Carrefour. En Argentina la cerveza también ha sido históricamente una bebida barata, una botella de 1l de Quilmes Cristal, la (lamentablemente) cerveza más vendida del pais, se consigue por $3,17 (algo menos de un Dólar), mientras que, por ejemplo, una botella de 330cl de Antares, quizás la cervecería artesanal más exitosa, se consigue por 6$! O sea, casi ocho veces más por volumen. Además, las cervezas compiten de igual a igual con Chimay, MaredSous, Jever Pils, etc.
Por qué algo como esto no se ve en Praga? Quién tiene la culpa?
En gran parte, los consumidores. Todos dan por hecho que la cerveza tiene que ser barata. Deberían ver las caras que algunos ponen cuando les cuento que compré una cerveza por 100CZK. No importa cuanto les explique lo especial que la cerveza es. No lo entienden. Lo peor es que muchos de ellos luego no tienen ningún problema en gastar 150, 200 o más CZK en un, en el mejor de los casos, mediocre Merlot Italiano o Beaujolais Nouveau cuando est arrivé.
Los empresarios tampoco se quedan atrás. Cómo puede ser entonces que los britaniquísimos Marks & Spencer y Debenhams en sus sucursales checas no vendan ninguna de las muy buenas Ales que se elaboran en el Reino Unido. Pero vinos australianos y sudafricanos y agua mineral escocesa sí que no tienen problema en importar.
El problema es que los empresarios, que deberían saber mejor, también reaccionan como consumidores. Evan Rail contaba en una entrada que ahora no puedo encontrar en su blog un incidente en una tienda especializada en vinos, whiskies y otras bebidas alcohólicas de alta gama. Cuando le preguntó al propietario porque no vendía cervezas de guarda importadas, la respuesta fue que nadie compraría cerveza tan cara. No importó que Evan le muestre una botella de, creo, Fuller's Vintage Ale 2005, con su etiqueta numerada, como la de muchos vinos de los caros. La respuesta del dueño siguió siendo algo así como, "es solamente cerveza".
Puede parecer increíble que en el pais con el consumo de cerveza per cápita más alto del mundo, donde la bebida es orgullo nacional y parte muy importante de la cultura popular e identidad checa, alguien pueda decir de manera casi despectiva "pero es sólo cerveza". Pero sucede. Quién puede culpar entonces a las cerveceras cuando en este contexto de círculo vicioso prácticamente no se molestan en sacar al mercado nada demasiado fuera de lo común.
Pero puede que la situación de a poco esté cambiando. Hay varios ejemplos que me hacen tener algo de esperanza:
Pivovarský Klub hace rato que viene haciendo un saludable negocio con su lista de cervezas importadas. Es cierto que tienen precios demasiado altos y que la selección no incluya muchos nombres que se dan casi por hecho en muchos otros países, mientras sí incluye muchos otros que no muchos lamentarían no volver a ver. Pero antes que ellos no creo que haya habido algún otro lugar en Praga donde en una misma sentada uno pueda tomarse una Svijany y después algo como una Orval.
El dueño de Zlý Časy me contaba el otro día lo entusiasmado que está con lo bien que se están vendiendo algunas de las importadas que tienen en las recientemente instaladas heladeras. Y no estamos hablando de baratijas, sino de Aventinus, Brew Dog y Nørrebro Bryghus (paradójicamente la que mejor se ha vendido fue la más cara, la Extreme, unas diez botellas en una semana, cada una a 195CZK). También las cervezas belgas de barril que ha estado ofreciendo han sido bastante exitosas, a pesar de costar 59CZK por 0,3l. Tanto así que ha decidido traerlas más seguido y con más variedad.
Filip Helán ha estado complementando su actividad en Pivoňka importando cervezas alemanas nunca antes vistas de este lado de la frontera, y no le está yendo nada mal. El otro día me contaba que se ha convertido en el agente oficial en la Rep. Checa de Schlenkerla y sus famosas Rauchbier se empezarán a ver más y hasta de barril.
Por el lado de las cervezas británicas, no está todo perdido. El Cider Club de Praga, según lo que me contó Velký Al, está vendiendo bastante bien las cervezas de Wychwood y el favorito de los residentes británicos, Robertson's, ha recientemente empezado a ofrecer algo más que un par de enlatadas para ampliar su selección con Ales embotelladas. No las conozco y alguno dirá que no son lo mejor que se elabora en las islas, pero es sin duda mucho mejor que nada.
También cabe mencionar al Belgian Beer Club de Vinohrady, el cual todaví tengo que visitar, o las belgas que se pueden conseguir en la cadena de tiendas especializadas Cheesy.
Quizás lo más intersante y alentador es lo de la cadena de supermercados Billa, que en al menos una de sus sucursales empezó este año a vender cervezas belgas. Sí, son solamente de caras bastante conocidas, pero se trata de una cadena de supermercados, no de una tienda especializada.
No creo que esto signfique que estamos a punto de presenciar una revolución en el mercado cervecero local, pero sí demuestra que hay un interés creciente en algo más que ležáky. Quizás, algún día, alguien, cervecero o empresario, se termine de despertar y vea el buen negocio que se puede hacer ofreciendo algo nuevo y diferente aun en el casi reaccionario mercado checo. Por ahora, habrá que contentarse con lo que hay, que tampoco es tan malo.
Na Zdraví!
Es el paraíso! O no?
Poder tomar cervezas de un envidiable standard de calidad a precios tan bajos es una bendición, y algo que todos aquellos que visitan la Rep. Checa destacan, pero tiene un lado oscuro. Todos esperan que la cerveza sea barata. Ello ha puesto serios límites a la industria. Los altos costos hacen que las cervecerías artesanales no envasen sus productos y que ni ellas, ni las industriales se arriesguen a sacar al mercado cervezas de edciones limitadas, acondicionadas en botella para ser guardadas por varios años. El bajo precio de las buenas cervezas locales también es un gran obstáculo para importadores, al menos para los que les gustaría traer cervezas distintas diferentes a las macroindustriales que normalmente se encuentran.
A veces me da envidia leer las entradas en otros blogs cerveceros de Europa y ver la gran variedad de cervezas importadas de calidad, o domésticas artesanales que los autores pueden degustar en la tranquilidad de sus hogares. Otras veces me pongo a pensar si en países con culturas cerveceras menos desarrolladas en cierto modo no la tienen mejor que nosotros. Si no me creen, vean los ejemplos de España y Argentina.
En un bar y tienda especializada de Barcelona se pueden conseguir cervezas como Sierra Nevada, Anchor, Morton's, Cooper's (además de algunas checas que les mandamos hace poco). Cuándo fue la última vez que vieron estas cervezas en Praga? Exactamente, nunca. Y ni hablar de la cerveza especialmente diseñada para entrar en el mercado de la alta gastronomía, o de la que viene en una lujosísima caja, ambas de una cervecería industrial. Cuándo fue la última vez que vieron algo así en el mercado checo? Exactamente, nunca.
En las grandes cuidades de Argentina se pueden encontrar cervezas artesanales en botella no sólo en multitud de restaurantes, bares, pubs y tiendas especializadas, sino también en cadenas de supermercados como Wal-Mart y Carrefour. En Argentina la cerveza también ha sido históricamente una bebida barata, una botella de 1l de Quilmes Cristal, la (lamentablemente) cerveza más vendida del pais, se consigue por $3,17 (algo menos de un Dólar), mientras que, por ejemplo, una botella de 330cl de Antares, quizás la cervecería artesanal más exitosa, se consigue por 6$! O sea, casi ocho veces más por volumen. Además, las cervezas compiten de igual a igual con Chimay, MaredSous, Jever Pils, etc.
Por qué algo como esto no se ve en Praga? Quién tiene la culpa?
En gran parte, los consumidores. Todos dan por hecho que la cerveza tiene que ser barata. Deberían ver las caras que algunos ponen cuando les cuento que compré una cerveza por 100CZK. No importa cuanto les explique lo especial que la cerveza es. No lo entienden. Lo peor es que muchos de ellos luego no tienen ningún problema en gastar 150, 200 o más CZK en un, en el mejor de los casos, mediocre Merlot Italiano o Beaujolais Nouveau cuando est arrivé.
Los empresarios tampoco se quedan atrás. Cómo puede ser entonces que los britaniquísimos Marks & Spencer y Debenhams en sus sucursales checas no vendan ninguna de las muy buenas Ales que se elaboran en el Reino Unido. Pero vinos australianos y sudafricanos y agua mineral escocesa sí que no tienen problema en importar.
El problema es que los empresarios, que deberían saber mejor, también reaccionan como consumidores. Evan Rail contaba en una entrada que ahora no puedo encontrar en su blog un incidente en una tienda especializada en vinos, whiskies y otras bebidas alcohólicas de alta gama. Cuando le preguntó al propietario porque no vendía cervezas de guarda importadas, la respuesta fue que nadie compraría cerveza tan cara. No importó que Evan le muestre una botella de, creo, Fuller's Vintage Ale 2005, con su etiqueta numerada, como la de muchos vinos de los caros. La respuesta del dueño siguió siendo algo así como, "es solamente cerveza".
Puede parecer increíble que en el pais con el consumo de cerveza per cápita más alto del mundo, donde la bebida es orgullo nacional y parte muy importante de la cultura popular e identidad checa, alguien pueda decir de manera casi despectiva "pero es sólo cerveza". Pero sucede. Quién puede culpar entonces a las cerveceras cuando en este contexto de círculo vicioso prácticamente no se molestan en sacar al mercado nada demasiado fuera de lo común.
Pero puede que la situación de a poco esté cambiando. Hay varios ejemplos que me hacen tener algo de esperanza:
Pivovarský Klub hace rato que viene haciendo un saludable negocio con su lista de cervezas importadas. Es cierto que tienen precios demasiado altos y que la selección no incluya muchos nombres que se dan casi por hecho en muchos otros países, mientras sí incluye muchos otros que no muchos lamentarían no volver a ver. Pero antes que ellos no creo que haya habido algún otro lugar en Praga donde en una misma sentada uno pueda tomarse una Svijany y después algo como una Orval.
El dueño de Zlý Časy me contaba el otro día lo entusiasmado que está con lo bien que se están vendiendo algunas de las importadas que tienen en las recientemente instaladas heladeras. Y no estamos hablando de baratijas, sino de Aventinus, Brew Dog y Nørrebro Bryghus (paradójicamente la que mejor se ha vendido fue la más cara, la Extreme, unas diez botellas en una semana, cada una a 195CZK). También las cervezas belgas de barril que ha estado ofreciendo han sido bastante exitosas, a pesar de costar 59CZK por 0,3l. Tanto así que ha decidido traerlas más seguido y con más variedad.
Filip Helán ha estado complementando su actividad en Pivoňka importando cervezas alemanas nunca antes vistas de este lado de la frontera, y no le está yendo nada mal. El otro día me contaba que se ha convertido en el agente oficial en la Rep. Checa de Schlenkerla y sus famosas Rauchbier se empezarán a ver más y hasta de barril.
Por el lado de las cervezas británicas, no está todo perdido. El Cider Club de Praga, según lo que me contó Velký Al, está vendiendo bastante bien las cervezas de Wychwood y el favorito de los residentes británicos, Robertson's, ha recientemente empezado a ofrecer algo más que un par de enlatadas para ampliar su selección con Ales embotelladas. No las conozco y alguno dirá que no son lo mejor que se elabora en las islas, pero es sin duda mucho mejor que nada.
También cabe mencionar al Belgian Beer Club de Vinohrady, el cual todaví tengo que visitar, o las belgas que se pueden conseguir en la cadena de tiendas especializadas Cheesy.
Quizás lo más intersante y alentador es lo de la cadena de supermercados Billa, que en al menos una de sus sucursales empezó este año a vender cervezas belgas. Sí, son solamente de caras bastante conocidas, pero se trata de una cadena de supermercados, no de una tienda especializada.
No creo que esto signfique que estamos a punto de presenciar una revolución en el mercado cervecero local, pero sí demuestra que hay un interés creciente en algo más que ležáky. Quizás, algún día, alguien, cervecero o empresario, se termine de despertar y vea el buen negocio que se puede hacer ofreciendo algo nuevo y diferente aun en el casi reaccionario mercado checo. Por ahora, habrá que contentarse con lo que hay, que tampoco es tan malo.
Na Zdraví!
Es curioso, pero, si no me equivoco, en países de gran tradición cervecera, como pueden ser Reino Unido o Alemania, tampoco es fácil encontrar cervezas importadas. Esto nos da qué pensar, y de hecho, en el post ya comentas, que si no será que los países más atrasados (como puede ser España)realmente no están tan retrasados. Es verdad que en España es fácil, o relativamente fácil encontrar cervezas de importación en cualquier supermercado (las 4 de siempre, pero al fin y al cabo, ahí están), pero tan bien es verdad que para beber una buena cerveza, que se salga de lo normal, en un bar, hay que buscar bastante. Por ponerte un ejemplo; De un tiempo a esta parte, están muy de moda los pubs estilo irlandés, pero tienen el problema de que la mayoría son afines (con contratos de mucho dinero)a Heineken, y por lo tanto, todos tienen la misma selección de cerveza (para mi, pésima). Así pues, la única forma de beber cervezas "especiales", es buscar locales especializados, que en muchos casos, ni existen en nuestras ciudades. lo digo por experiencia, vivo en una ciudad con cerca de 200000 habitantes, y que yo sepa, cuento 3 locales medianamente especializados que se salen de lo común; uno, el mío, otro, el de mi competencia directa (especializado también en cerveza belga), y el último, también especializado en cerveza belga, pero con los precios que dan ganas de abofetear al que los puso (Chimay azul 6 € y pico, la botella de 33cl). Con esto quiero decir, que en España seguramente sea más fácil encontrar cervezas de importación, pero la oferta es igualmente escasa, si se es un cervecero un poco inquieto.
ResponderBorrarAsí pues, habrá que seguir luchando por conseguir una mayor tradición cervecera, ya que mucho me temo, que ahora mismo es una moda, que con la crisis, tiene el peligro de convertirse en pasajera.
En Belgica, aunque por distintas razones, pasa 3/4 de lo mismo. Alli solo se vende y se bebe cerveza belga. Nadie ofrece cerveza de importacion y la verdad, tampoco parece que le importe mucho a la gente. Da la sensacion de que el orgullo les dijera: "si tengo la mejor cerveza ¿porque la voy a traer de fuera?"...
ResponderBorrarEn Alemania sí que es difícil conseguir cervezas importadas, pero esto se debe en gran medida a Reinheitsgebot, o a la mentalidad que dejó la ley. El espíritu proteccionista sigue existiendo.
ResponderBorrarLos importadores se encuentran con un problema. Los envases. Según la ley alemana las cervezas importadas tienen que venir en envase retornable, si no, son gravadas con un impuesto muy alto. Lo único que esto logra es aumentar los costos a los importadores, porque vas a tener que contemplar el transporte de las botellas vacías.
En RU no es tanto así. Siguiendo varios blogs puedo ver que cervezas checas, yankis, etc. no son nada difíciles de conseguir, y no me refiero solamente a las grandes marcas. Además, muchas, sino la mayoría, de las cervecerías artesanales ofrecen sus cervezas en botella y varias elaboran cervezas de edición limitada, como Vintage Ales, etc.
Con las cervezas belgas pasa lo mismo, todos los envases son retornables, lo que pasa es que los gravan con un impuesto relativamente bajo, que normalmente es de 0,10€, aunque varía dependiendo de la botella. Así que para exportar lo tienen más fácil, ya que el precio de la botella lo acaba pagando el cliente final.
ResponderBorrarBuenas, les cuento el caso de nuestro medio (Asuncion), hasta hace 10 años atras o un poco mas, nuestro mercado estaba copado por cervezas importadas, sobre todo europeas, y la razón no era por que existía o existe un mercado exigente ni mucho menos, sino por que en aquel entonces los productos importados practicamente no pagaban impuestos para ingresar al pais (ni siquiera alcohol y tabaco) y la industria nacional era debil, los importadores hacian un gran negocio, hoy, con los canones que pagan los productos importados es imposible conseguir cervezas internacionales y menos de ultramar. Una pena.
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