Si bien comento sobre lugares que voy visitando en mis recorridos por la cuidad, la crítica a restaurantes, etc. no es el tema central de este blog. Es por eso que el mail que recibí de Restaurace Paprika unos días antes de las fiestas me sorprendió bastante.
Paprika es un pequeño restaurant húngaro ubicado en las entrañas de Holešovice. Su dueño, c quería invitarme a probar las salchichas caseras que hace su hermano, el cocinero del restaurant. Me encantan las salchicas, son geniales como snack cervecero, y las salchichas húngaras están entre mis preferidas. No creo que haga falta decir que acepté la invitación, en mi particular religión, rechazar una invitación a comer bien es un pecado capital que de no ser expiado se corre el riesgo de pasar una eternidad tomando Corona caliente servida en vasos de Kout na Šumavě.
Así fue que una tarde me acerqué hasta Restaurace Paprika. No fui con las manos vacías, llevaba conmigo unas botellas de cerveza para probar algunos maridajes y convidarle a mi anfitrión.
Paprika es un lugar chico, pero bastante acogedor, bien de barrio. La decoración y el mobiliario son muy básicos, sin pretensiones. Fui recibido por Lázsló. Me resultó un tipo muy simpático, es húngaro y hace ya varios años que vive en Praga. Me contó que el restaurant abrió en marzo del año pasado y que por suerte, ahora el negocio estaba funcionando bastante bien. Igual, me confesó, le gustaría mudarse a un lugar más atractivo, con más tráfico peatonal. Me explicó también de su afán en utilizar productos frescos, lo más auténticos posible, lo que no consigue acá, lo trae desde su nativa Hungria. El fin es elaborar platos típicos bien caseros.
Como aperitivo me trajo tres pedacitos de pan tipo húngaro untados con pastas a base de distintas grasas, kacsazsír, a base de grasa de pato; tepertőkrém, a base de grasa de cerdo frita y kolbászzsír tarjadarabokkal, a base de grasa de salchicha húngara con trozos de bondiola de cerdo. Los tres absolutamente deliciosos. El snack cervecero perfecto. Maridé los dos primeros con Svijanský Rytíř, el amargor de esta světlý ležák cortó muy bien la grasa resaltando los sabores de las pastas. Para el tercero intenté con Primátor 13%, que no estuvo mal, pero me gustó más la combinación con la Svijany.
El plato fuerte, o eso creía yo, vino a continuación, la prometida salchicha casera. Lázsló me contó que ellos mismos pican y aderezan la carne y la rellenan en tripas traídas de Hungría. Maravillosa, quizás la mejor salchica que he comido en mi vida en un restaurant, en serio. Tremendamente carnosa, con la justa cantidad de especias, cuyo sabor gana en intensidad a medida que la salchicha pierde longitud. Lo único que mucho no me gustó fue la tripa, muy delgada y blanda, prefiero las que son más duras, pero según László, es la que se utiliza para ese tipo de salchichas. El maridaje lo hice con la Primátor 13% y con la Herold Tmavé, esta última funcionó mucho mejor. El tostado se complementó muy bien con las especias. La salchicha vino acompañada de un plato de pickles mixtos, me encantó la col, que también hizo buena pareja con la Herold.
László luego me trajo otra ronda de panes untados, porción más grande esta vez, nuevamente fantásticos. Charlamos un poco más sobre comida y tradiciones culinarias húngaras y, en especial, sobre guláš, and how they prepare it. Me sirvió para seguramente poder mejorar me ya muy buen glášek. Cuando terminé con los panes fui al baño y al volver me encuentro con una muy agradable sorpresa, una porción del plato que habíamos estado discutiendo.
En realidad se trataba de vörösboros marhalábszárpörkölt, acompañado con algo parecido al cus-cus que los húngaros llaman tarhonya. Estaba un poco demasiado salado para mi gusto, pero aun así, buenísimo. Tremendamente sabroso, con la carne bien tierna, pero no seca ni fibrosa. Aquí sí que la Primátor 13% se lució. Sus notas acarameladas hicieron buena base para el plato.
Terminé llenó y con la panza muy contenta y muy satisfecho con mis maridajes. Le prometí a László que visitaría su restaurant con mi mujer una vez que el clima mejore un poco. La oferta cervecera de barril no es gran cosa, Pilsner Urquell y Kozel (estoy intentando convencer a Laszlo que cambie de proveedor), pero tienen la muy buena Maisel Weisse de alemania a 37CZK la botella de medio litro. Claro, también hay una interesante selección de vinos húngaros.
Realmente recomienodo mucho Restaurace Paprika, no sólo por la buena comida, sino porque sus dueños son gente honesta, muy trabajadora que se esfuerza por ofrecer la mejor calidad posible.
Na Zdraví!
Restaurace Paprika
Jateční 39
Holešovice - Praga 7
+420 722 064 214
info@restauracepaprika.cz
Paprika es un pequeño restaurant húngaro ubicado en las entrañas de Holešovice. Su dueño, c quería invitarme a probar las salchichas caseras que hace su hermano, el cocinero del restaurant. Me encantan las salchicas, son geniales como snack cervecero, y las salchichas húngaras están entre mis preferidas. No creo que haga falta decir que acepté la invitación, en mi particular religión, rechazar una invitación a comer bien es un pecado capital que de no ser expiado se corre el riesgo de pasar una eternidad tomando Corona caliente servida en vasos de Kout na Šumavě.
Así fue que una tarde me acerqué hasta Restaurace Paprika. No fui con las manos vacías, llevaba conmigo unas botellas de cerveza para probar algunos maridajes y convidarle a mi anfitrión.
Paprika es un lugar chico, pero bastante acogedor, bien de barrio. La decoración y el mobiliario son muy básicos, sin pretensiones. Fui recibido por Lázsló. Me resultó un tipo muy simpático, es húngaro y hace ya varios años que vive en Praga. Me contó que el restaurant abrió en marzo del año pasado y que por suerte, ahora el negocio estaba funcionando bastante bien. Igual, me confesó, le gustaría mudarse a un lugar más atractivo, con más tráfico peatonal. Me explicó también de su afán en utilizar productos frescos, lo más auténticos posible, lo que no consigue acá, lo trae desde su nativa Hungria. El fin es elaborar platos típicos bien caseros.
Como aperitivo me trajo tres pedacitos de pan tipo húngaro untados con pastas a base de distintas grasas, kacsazsír, a base de grasa de pato; tepertőkrém, a base de grasa de cerdo frita y kolbászzsír tarjadarabokkal, a base de grasa de salchicha húngara con trozos de bondiola de cerdo. Los tres absolutamente deliciosos. El snack cervecero perfecto. Maridé los dos primeros con Svijanský Rytíř, el amargor de esta světlý ležák cortó muy bien la grasa resaltando los sabores de las pastas. Para el tercero intenté con Primátor 13%, que no estuvo mal, pero me gustó más la combinación con la Svijany.
El plato fuerte, o eso creía yo, vino a continuación, la prometida salchicha casera. Lázsló me contó que ellos mismos pican y aderezan la carne y la rellenan en tripas traídas de Hungría. Maravillosa, quizás la mejor salchica que he comido en mi vida en un restaurant, en serio. Tremendamente carnosa, con la justa cantidad de especias, cuyo sabor gana en intensidad a medida que la salchicha pierde longitud. Lo único que mucho no me gustó fue la tripa, muy delgada y blanda, prefiero las que son más duras, pero según László, es la que se utiliza para ese tipo de salchichas. El maridaje lo hice con la Primátor 13% y con la Herold Tmavé, esta última funcionó mucho mejor. El tostado se complementó muy bien con las especias. La salchicha vino acompañada de un plato de pickles mixtos, me encantó la col, que también hizo buena pareja con la Herold.
László luego me trajo otra ronda de panes untados, porción más grande esta vez, nuevamente fantásticos. Charlamos un poco más sobre comida y tradiciones culinarias húngaras y, en especial, sobre guláš, and how they prepare it. Me sirvió para seguramente poder mejorar me ya muy buen glášek. Cuando terminé con los panes fui al baño y al volver me encuentro con una muy agradable sorpresa, una porción del plato que habíamos estado discutiendo.
En realidad se trataba de vörösboros marhalábszárpörkölt, acompañado con algo parecido al cus-cus que los húngaros llaman tarhonya. Estaba un poco demasiado salado para mi gusto, pero aun así, buenísimo. Tremendamente sabroso, con la carne bien tierna, pero no seca ni fibrosa. Aquí sí que la Primátor 13% se lució. Sus notas acarameladas hicieron buena base para el plato.
Terminé llenó y con la panza muy contenta y muy satisfecho con mis maridajes. Le prometí a László que visitaría su restaurant con mi mujer una vez que el clima mejore un poco. La oferta cervecera de barril no es gran cosa, Pilsner Urquell y Kozel (estoy intentando convencer a Laszlo que cambie de proveedor), pero tienen la muy buena Maisel Weisse de alemania a 37CZK la botella de medio litro. Claro, también hay una interesante selección de vinos húngaros.
Realmente recomienodo mucho Restaurace Paprika, no sólo por la buena comida, sino porque sus dueños son gente honesta, muy trabajadora que se esfuerza por ofrecer la mejor calidad posible.
Na Zdraví!
Restaurace Paprika
Jateční 39
Holešovice - Praga 7
+420 722 064 214
info@restauracepaprika.cz
Lo anoto en la lista de lugares para visitar cuando vuelva a Praga.
ResponderBorrarPor cortesía, me abstengo del inevitable chiste sobre tu gusto por la salchicha.