Una de las preguntas que le hice a Max Munson, dueño de Jáma en la entrevista que le hice luego de la conferencia de prensa con K Brewery fue por qué había decidido cambiar de proveedor, terminando una relación de una década con Plzeňský Prazdroj.
Luego de dejar bien claro que la gente de Pilsen siempre habían sido un muy socio comercial y que en la decisión no influyó ningún tipo de conflicto con ellos, me contó que el motivo que llevó al cambio fue la crisis.
Como los dueños gran mayoría de los restaurantes, Max estaba haciendo malabarismos para mantenerse a flote, lo cual significa recortar costos. Un día fue visitado por un representante de K Brewery, al principio no tenía ganas de hablar con esta persona, pero luego se acordó de su experiencia en el primer Czech Beer Festival, en donde fue parte de la organización. Allí pudo ver de primera mano la enorme aceptación que las cervecerías regionales habían tenido con los visitantes al evento, llegando al punto en que se tuvo que tomar la decisión de agregar algunas de ellas en las carpas de las macros para que estas no estén tan vacías.
Para hacerla corta, la charla con este vendedor fue muy fructífera. KBG no sólo le ofrecía una línea de productos más amplia, sino que también le montaría los grifos para reemplazar a los de Pilsner Urquell, le daría vasos y material promocional para decorar el pub y como si esto fuese poco, el precio de la mayoría de las cervezas era considerablemente más bajo que el de las de catgegoría equivalente de Prazdroj.
Durante aquella entrevista, Max me dijo que el cambio de proveedores y la adopción del modelo de grifos rotativos había sido recibido muy bien por la clientela y que en poco tiempo el consumo de cerveza se había incrementado. ¿Pero qué pasó desde entonces, una vez que esto dejó de ser novedad?
Me encontré con Max de casualidad el otro día y tuvimos una charla corta mientras solucionaba un problemita en la nueva sucursal de Jáma (muy linda, a propósito). Le pregunté qué tal andaban las cosas y la respuesta me sorprendió un poco. El cambio de proveedor ha ayudado a su negocio de una manera que él jamás habría podido preveer. Como ejemplo, me comentó de como gente que antes sólo iba a almorzar, ahora vuelve luego del trabajo para tomarse algunas de estas cervezas nuevas y de como algunas de ellas ya tienen sus fans. Agregó que el local original ya dejó de dar pérdidas, ahora el menos están recuperando los costos y eso, según él, es gracias a las cervezas.
Ejemplos como este, sé que hay varios. Ya la gente de Celeste me había dicho lo bien que les estaba yendo con Kout. Esto no puede sorprender a nadie, casi todas las cervezas regionales son más baratas, comparando los precios en un mayorista de Praga se puede ver que un barril de 50l de Gambrinus 11º cuesta 1470CZK, mientras que el precio de uno de Rohozec de la misma graduación es de 1080CZK; o que un keg de 30l de Stella Artois o Heineken cuestan 1297CZK y 1472CZK respectivamente, mientras que por uno del mismo tamaño de Svijany 12º se va a pagar 858CZK. A esto hay que sumarle que estas cervezas regionales tranquilamente se pueden vender al mismo precio que las otras. No se necesita ser un gurú financiero para darse cuenta de los beneficios.
Entiendo Gambrinus y Pilsner Urquell, siguen siendo marcas populares, pero cómo es que todavía hay gente que ofrece cervezas pseudo-importadas, que no sólo son caras, sino que difícilmente sean por sí solas un gran atractivo para nuevos clientes?
Pero claro, cuando las mentes iluminadas detrás del Prague Food Festival presentan a "Braník Vestida de Seda"* con tanta pompa y circunstancia, sin que a ningún crítico gastronómico en inglés o en checo se queje al respecto ¿qué se puede esperar entonces del dueño de una pizzeria en Praga 9?
Na Zdraví
(*) Tengo fuertes sospechas de uqe Braník, Staropramen y Stella Artois son la misma cerveza con distinta etiqueta, a pesar de que la primera es mucho más barata que la última
Luego de dejar bien claro que la gente de Pilsen siempre habían sido un muy socio comercial y que en la decisión no influyó ningún tipo de conflicto con ellos, me contó que el motivo que llevó al cambio fue la crisis.
Como los dueños gran mayoría de los restaurantes, Max estaba haciendo malabarismos para mantenerse a flote, lo cual significa recortar costos. Un día fue visitado por un representante de K Brewery, al principio no tenía ganas de hablar con esta persona, pero luego se acordó de su experiencia en el primer Czech Beer Festival, en donde fue parte de la organización. Allí pudo ver de primera mano la enorme aceptación que las cervecerías regionales habían tenido con los visitantes al evento, llegando al punto en que se tuvo que tomar la decisión de agregar algunas de ellas en las carpas de las macros para que estas no estén tan vacías.
Para hacerla corta, la charla con este vendedor fue muy fructífera. KBG no sólo le ofrecía una línea de productos más amplia, sino que también le montaría los grifos para reemplazar a los de Pilsner Urquell, le daría vasos y material promocional para decorar el pub y como si esto fuese poco, el precio de la mayoría de las cervezas era considerablemente más bajo que el de las de catgegoría equivalente de Prazdroj.
Durante aquella entrevista, Max me dijo que el cambio de proveedores y la adopción del modelo de grifos rotativos había sido recibido muy bien por la clientela y que en poco tiempo el consumo de cerveza se había incrementado. ¿Pero qué pasó desde entonces, una vez que esto dejó de ser novedad?
Me encontré con Max de casualidad el otro día y tuvimos una charla corta mientras solucionaba un problemita en la nueva sucursal de Jáma (muy linda, a propósito). Le pregunté qué tal andaban las cosas y la respuesta me sorprendió un poco. El cambio de proveedor ha ayudado a su negocio de una manera que él jamás habría podido preveer. Como ejemplo, me comentó de como gente que antes sólo iba a almorzar, ahora vuelve luego del trabajo para tomarse algunas de estas cervezas nuevas y de como algunas de ellas ya tienen sus fans. Agregó que el local original ya dejó de dar pérdidas, ahora el menos están recuperando los costos y eso, según él, es gracias a las cervezas.
Ejemplos como este, sé que hay varios. Ya la gente de Celeste me había dicho lo bien que les estaba yendo con Kout. Esto no puede sorprender a nadie, casi todas las cervezas regionales son más baratas, comparando los precios en un mayorista de Praga se puede ver que un barril de 50l de Gambrinus 11º cuesta 1470CZK, mientras que el precio de uno de Rohozec de la misma graduación es de 1080CZK; o que un keg de 30l de Stella Artois o Heineken cuestan 1297CZK y 1472CZK respectivamente, mientras que por uno del mismo tamaño de Svijany 12º se va a pagar 858CZK. A esto hay que sumarle que estas cervezas regionales tranquilamente se pueden vender al mismo precio que las otras. No se necesita ser un gurú financiero para darse cuenta de los beneficios.
Entiendo Gambrinus y Pilsner Urquell, siguen siendo marcas populares, pero cómo es que todavía hay gente que ofrece cervezas pseudo-importadas, que no sólo son caras, sino que difícilmente sean por sí solas un gran atractivo para nuevos clientes?
Pero claro, cuando las mentes iluminadas detrás del Prague Food Festival presentan a "Braník Vestida de Seda"* con tanta pompa y circunstancia, sin que a ningún crítico gastronómico en inglés o en checo se queje al respecto ¿qué se puede esperar entonces del dueño de una pizzeria en Praga 9?
Na Zdraví
(*) Tengo fuertes sospechas de uqe Braník, Staropramen y Stella Artois son la misma cerveza con distinta etiqueta, a pesar de que la primera es mucho más barata que la última
Hay muchos ejemplos como ese, y es el poder de la publicidad. pero si siguen haciendo cuentas lo tendrán claro. Hay que contar que además con esas cervezas se bebe más, porque cansan menos.
ResponderBorrarEstuve en Jáma en mayo, y me gustó. Es muy poco checo, pero a los que preferimos la barra nos gusta.
Pasé también por Celeste. ¡La mejor desítka de Praga! Rubia, preciosa, en su punto y con unos aromas frutales que mejor no hablar... Ah! Y las Kout que nos sirvió también estupendas
No tiene casi nada que ver con el post, pero ahí va mi aprotación.
ResponderBorrarHoy he provado una GLOPS Fosca de Blat ( una cerveza de baja fermentación y punto) con fecha de consumo preferente ( vaya tonteria!), la 4ª que hice, del 11 de julio 2010, devuelta de un bar-bodega sin frio. SORPRENDENTE. Sobrecarbonatada ( la he servido en la pica, sobresalia de la botella continuamente, hasta salía espuma marrón del fondo de la botella!), es un defecto. Ya me esperaba lo peor. Escojo una copa de "de koninek" y sorpresa! Una dunkle weizen con clavo, NUEVA. Me sorprendo por la ligera acidez del trigo ( no domina), los frutos maduros tropicales de la levadura y el final SECO! Me da "moreish", voy a repetir con otro vaso. Yo no soy un gran catador, pero me gustó más que muchas weizens bavaras que he probado en mis viajes cerveceros. Incluso al final, ya caliente, en boca solo levadura, regusto persistente, ácido, seco, y más cosas, super interesante. Supongo que es normal que me gusten mis cervezas aunque esten mal hechas y no respeten ningun estilo "clásico"
Respecto al post, que me expliquen como es posible que una micro de menos de 3.000 hl/año venda más barato que una industrial.
Ahora estamos pensando abrir el primer bar cerveceria de LAGER en BCN.
Solo vendiendo diractamente al cliente, en euros, podríamos llegar a 1-2 eur/L. Cuánto pagan de alquiler ( o compra del local), cuánto pagan a los camareros?, luz, agua,...?
Al final tendré que mudarme a Txequia, o a Eslovaquia, mejor. Me encanta que se aúnen esfuerzos.
He planteado mal la pregunta.
ResponderBorrarTu no crees que arteasa ni craft ni hausbauerai ni comercial ni industrial sean adjetivos que definan una cervecera.
La pregunta seria: cómo definirías las distintas cerveras? He visto que has dicho micro( por producción), qué más?
Cómo puede ser que una micro de menos de 3000/hl año venda más barato que una industrial?
ResponderBorrarPrimero que nada hay que aclarar que hay micros que venden más caro que una industrial, también las hay las que venden al mismo precio y algunas que venden más barato. Las regionales, por lo general, venden más barato. La razónes son simples: impuestos, el sistema impositivo checo divide a las cervecerías en varias categorías de acuerdo a su volumen de producción, cuanto más pequeñas son, menos pagan. ingredientes: son baratos y fáciles de conseguir. Costos: micros y regionales no tienen que financiar las enormes estructuras improductivas de las multinacionales, ni pagar fortunas en dividendos a accionistas anónimos, ni costear los millonarios presupuestos de marketing.
La otra pregunta la respondí en el otro post.
hola. te sigo desde que fuí a praga y no sabia dónde pribar en condiciones y leí tu blog y vi que recomendabas el Pivovarský Klub, que justamente estaba al lado de nuestro hostal y nos había llamdo la atención, pero fue leerte y allí que entramos, mundo acierto!!! miles de gracias!!
ResponderBorrarlo qye te quería preguntar es si este año has ido al Pivní Festival Praha, y qué te ha parecido, y en qué ha ido mejorando, y si vale la pena ir el año que viene o sigue siendo mejor ir de tabernas...
Migue,
ResponderBorrarMe alegro que la hayas pasado bien en PK. En cuanto al festival, por culpa del mal tiempo y obligaciones varias solamente pude ir un rato un lunes. En el poco tiempo que estuve me llevé una buena impresión y por lo que me dijo otra gente que también fue, este año fue el mejor. Los organizadores han aprendido de sus errores.
Vale la pena ir el año que viene? Solamente si vas con amigos, ir sólo es medio aburrido.
hola, por supuesto que iría con amigos, que les encanta la cerveza checa!! fuimos de propio cuando estuvimos en R.Checa hasta Jihlava para ir a la cervecería esa famosilla, jejjee
ResponderBorrarlo tendremos en cuenta para el año que viene.