Depués de tanta cerveza sin filtrar la noche anterior en Pilsen ayer me levanté con unas flatulencias que ni les cuento. Mientras estábamos filmando en Hluboka varias veces tuve la tentación de soltar uno aunque más no sea para ver la reacción del guía, un tipo simpático pero que no estaba muy cómodo frente a la cámara.
De ahí nos fuimos a Budějovice. Paramos a comer en Masný Kramy. Muy linda hospoda, muy buena comida, aunque tengo que decir que la Budvar Kroužkované no la tenían muy bien tirada. Después de almorzar y de pasar más de media hora en el espantoso tráfico del centro de la ciudad, fuimos a Budvar. Qué bien nos trataron. Fue un lindo contraste con el circo de Urquell, acá paseamos por la cervecería en serio, cuando llegamos a la sala de cocción estaban justo haciendo la recirculación y el aroma era maravilloso. Por supuesto, todo terminó frente a un tanque de maduración tomando cerveza. Qué sufrimiento....
Ahora estamos en Krumlov, alojados en un hotel bastante lindo que está justo al lado de Pivovar Eggenberg. A que no se imaginan dónde fuimos a tomar algo para matar el tiempo antes de la cena... A la hospoda del pivovar. Nos terminamos haciendo amigos del barman, que nos convidó con una copita de slivovice.
Después de la cena y de recorrer un poco esta cuidad mágica durante la noche, algo que hacía mucho tenía ganas de hacer, volvimos a Eggenberg y terminamos viendo un concierto de una banda de metal checa. Muy bueno. Pero estoy muerto hoy y nos queda un largo día.
Na Zdraví!
De ahí nos fuimos a Budějovice. Paramos a comer en Masný Kramy. Muy linda hospoda, muy buena comida, aunque tengo que decir que la Budvar Kroužkované no la tenían muy bien tirada. Después de almorzar y de pasar más de media hora en el espantoso tráfico del centro de la ciudad, fuimos a Budvar. Qué bien nos trataron. Fue un lindo contraste con el circo de Urquell, acá paseamos por la cervecería en serio, cuando llegamos a la sala de cocción estaban justo haciendo la recirculación y el aroma era maravilloso. Por supuesto, todo terminó frente a un tanque de maduración tomando cerveza. Qué sufrimiento....
Ahora estamos en Krumlov, alojados en un hotel bastante lindo que está justo al lado de Pivovar Eggenberg. A que no se imaginan dónde fuimos a tomar algo para matar el tiempo antes de la cena... A la hospoda del pivovar. Nos terminamos haciendo amigos del barman, que nos convidó con una copita de slivovice.
Después de la cena y de recorrer un poco esta cuidad mágica durante la noche, algo que hacía mucho tenía ganas de hacer, volvimos a Eggenberg y terminamos viendo un concierto de una banda de metal checa. Muy bueno. Pero estoy muerto hoy y nos queda un largo día.
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