Ya estoy de vuelta de unas muy merecidas y geniales vacaciones en familia en Ávila, España. La pasamos muy bien y el descanso y el cambio de aire fueron muy bienvenidos.
Mi intención era dejar a Pivní Filosof acá en Praga, pero el cabezadura este me siguió y me terminó encontrando mientras estábamos haciendo compras en el Carrefour local. No me quedó más alternativa entonces que seguirlo hasta la góndola de las cervezas, donde me sorprendió ver tanta variedad para una ciudad tan chica.
Por supuesto que no me fui con las manos vacías. Me llevé una botella de Cruzcampo Gran Reserva, que hacía rato quería probar, un pack de cuatro botellas de Alhambra Mezquita, que hace tres años me había gustado mucho y quería volver a tomar, dos botellas de Santa Margarida Trigo y una de Santa Margarida Fuerte, ambas de Cerveses Dedues, una micro catalana de la cual no tenía ninguna referencia.
Empecé por la Gran Reserva. Me interesan mucho los intentos de las macros de meterse en el segmento de cervezas especiales. A muchos geeks cerveceros estos productos no les causan demasiada simpatía. Yo los veo de otro modo, como productos que apuntan más que nada al consumidor promedio, aquel que compra una marca y no una bebida, y es por ello que no se puede esperar nada del otro mundo de ellos; y al mismo tiempo pueden llegar a dar una idea de lo que los maestros cerveceros serían capaces de hacer si los contadores se lo permitiesen.
En ese sentido, Gran Reserva no decepciona. Es un tanto "flaca", aburrida y "corta", pero a pesar de ello, está bien balanceada, se deja tomar sin problema, incluso sin haberla refrigerado mucho y, como alguien comentó en mi página de Facebook, se nota que la han dejado reposar un tiempo decente. No la volvería a comprar, pero tampoco la miraría mal si me la ofreciesen. En otras palabras, un buen intento de la filial española de Heineken de ofrecerle al bebedor promedio algo diferente sin asustarlo.
Pero suficiente con las "macroindustriales", era hora de probar algo "artesanal" y "natural" y con mi viejo abrimos las botellas de Santa Margarida Trigo, elaborada, según la página web con maltas pale y trigo integral crudo cultivado en sus valles.
¿Cómo decirlo de manera educada? Es una porquería, una verdadera porquería. Mis notas dicen "levadura para pan disuelta en agua de fregadero" y no se me ocurre mejor manera de describirla. Debe ser la peor cerveza que he tomado este año y una de las peores de mi vida. El contenido de ambas botellas terminó en donde pertenece, en los caños.
De más está decir, mis expectativas con Santa Margarida Fuerte ya no eran demasiado altas, pero igual, la presentación en botella encorchada de 0,75l daba algunas esperanzas.
Casi tan mala como la otra. La única diferencia la hicieron las maltas caramelo que lograron tapar un poco el carácter "agua de fregadero+levadura". Por lo demás, todo igual, casi sin gas ni espuma, un asco, en serio, y por el módico precio de casi 5EU.
Lo único bueno que puedo decir de estas dos cervezas de DeDues es sobre su presentación. Muy buena, muy funcional, se las puede ver a varios metros de distancia, lo viene bien para saber qué es lo que hay que evitar.
Menos mal que en la heladera habían botellines de Mahou Cinco Estrellas para enjuagar la boca y tenía a mano la Mezquita para reestablecer mi fe en los cerveceros españoles.
Las "cervezas artesanales" o "artesanas" son un boom en España, en especial en Catalunya. Mucho se ha hablado, y se sigue hablando de su calidad. He tenido la suerte de probar algunas cervezas de micros españolas verdaderamente fantásticas, que con gusto compraría si las tuviese disponibles. Lamentablemente, y como la mayoría de la gente compra se provee en supermercados como Carrefour, al menos en Ávila es muy probable que Santa Margarida sea la primera impresión de las tan alabadas "Cervezas Artesanales", y muy buena no va a ser.
Pero hay más sobre mis vacaciones abulenses, quédense en sintonía.
Na Zdraví!
Mi intención era dejar a Pivní Filosof acá en Praga, pero el cabezadura este me siguió y me terminó encontrando mientras estábamos haciendo compras en el Carrefour local. No me quedó más alternativa entonces que seguirlo hasta la góndola de las cervezas, donde me sorprendió ver tanta variedad para una ciudad tan chica.
Por supuesto que no me fui con las manos vacías. Me llevé una botella de Cruzcampo Gran Reserva, que hacía rato quería probar, un pack de cuatro botellas de Alhambra Mezquita, que hace tres años me había gustado mucho y quería volver a tomar, dos botellas de Santa Margarida Trigo y una de Santa Margarida Fuerte, ambas de Cerveses Dedues, una micro catalana de la cual no tenía ninguna referencia.
Empecé por la Gran Reserva. Me interesan mucho los intentos de las macros de meterse en el segmento de cervezas especiales. A muchos geeks cerveceros estos productos no les causan demasiada simpatía. Yo los veo de otro modo, como productos que apuntan más que nada al consumidor promedio, aquel que compra una marca y no una bebida, y es por ello que no se puede esperar nada del otro mundo de ellos; y al mismo tiempo pueden llegar a dar una idea de lo que los maestros cerveceros serían capaces de hacer si los contadores se lo permitiesen.
En ese sentido, Gran Reserva no decepciona. Es un tanto "flaca", aburrida y "corta", pero a pesar de ello, está bien balanceada, se deja tomar sin problema, incluso sin haberla refrigerado mucho y, como alguien comentó en mi página de Facebook, se nota que la han dejado reposar un tiempo decente. No la volvería a comprar, pero tampoco la miraría mal si me la ofreciesen. En otras palabras, un buen intento de la filial española de Heineken de ofrecerle al bebedor promedio algo diferente sin asustarlo.
Pero suficiente con las "macroindustriales", era hora de probar algo "artesanal" y "natural" y con mi viejo abrimos las botellas de Santa Margarida Trigo, elaborada, según la página web con maltas pale y trigo integral crudo cultivado en sus valles.
¿Cómo decirlo de manera educada? Es una porquería, una verdadera porquería. Mis notas dicen "levadura para pan disuelta en agua de fregadero" y no se me ocurre mejor manera de describirla. Debe ser la peor cerveza que he tomado este año y una de las peores de mi vida. El contenido de ambas botellas terminó en donde pertenece, en los caños.
De más está decir, mis expectativas con Santa Margarida Fuerte ya no eran demasiado altas, pero igual, la presentación en botella encorchada de 0,75l daba algunas esperanzas.
Casi tan mala como la otra. La única diferencia la hicieron las maltas caramelo que lograron tapar un poco el carácter "agua de fregadero+levadura". Por lo demás, todo igual, casi sin gas ni espuma, un asco, en serio, y por el módico precio de casi 5EU.
Lo único bueno que puedo decir de estas dos cervezas de DeDues es sobre su presentación. Muy buena, muy funcional, se las puede ver a varios metros de distancia, lo viene bien para saber qué es lo que hay que evitar.
Menos mal que en la heladera habían botellines de Mahou Cinco Estrellas para enjuagar la boca y tenía a mano la Mezquita para reestablecer mi fe en los cerveceros españoles.
Las "cervezas artesanales" o "artesanas" son un boom en España, en especial en Catalunya. Mucho se ha hablado, y se sigue hablando de su calidad. He tenido la suerte de probar algunas cervezas de micros españolas verdaderamente fantásticas, que con gusto compraría si las tuviese disponibles. Lamentablemente, y como la mayoría de la gente compra se provee en supermercados como Carrefour, al menos en Ávila es muy probable que Santa Margarida sea la primera impresión de las tan alabadas "Cervezas Artesanales", y muy buena no va a ser.
Pero hay más sobre mis vacaciones abulenses, quédense en sintonía.
Na Zdraví!
Me voy a ganar más antipatías diciendo esto pero estoy totalmente de acuerdo contigo, Max. Yo diría "porquería" y "tomadura de pelo".
ResponderBorrarSanta Margarida aun no la he probado, la que sí que llegó a mis manos es DeDues y es también un despropósito. Huelga decir que no me molestaré en probar esta.
ResponderBorrarCoincido contigo en la valoración de Cruzcampo Reserva, a mí no me disgustó en absoluto y teniendola debajo de casa por un precio bastante razonable no me da ningún apuro comprarla. Aunque, eso sí, sigo prefiriendo Ambar Export o Voll Damm.
El precio! Me olvidé de mencionar el precio. 1.30 o 1.40EU (si mal no me acuerdo) por Gran Reserva, 4.29 por el pack de cuatro botellas de 0.33l de Mezquita y 1.99 por cada botella de Santa Margarina Trigo y 4.95 por la botella de Santa Margarina fuerte. Otro punto para Gran Reserva y dos puntos para Mezquita.
ResponderBorrarMe paso lo mismo hace dos semanas con Sta. Margarida parece agua de fregadero entrecortada
ResponderBorrarY gasificada y con poca espuma y por el gusto mejor no hablar, pensé que la serví demasiada fría hasta le pregunte a mi mujer si se la dejo en el choche a pleno sol, no entiendo cómo se puede vender semejante producto como artesanal es mas cualquier cerveza industrial le da 50 vueltas no entiendo como el Carrefour puede vender semejante producto.
Anónimo, el motivo por el cual Carrefour vende estas cervezas, es el mismo por el cual venden toda la otra mierda que podés encontrar en sus góndolas.
ResponderBorrarA las cadenas de supermercados la calidad de los productos les importa muy poco, para ellos lo único que vale es precio y rotación, el resto, es problema de los consumidores.
¿Cómo es que llegó Sta. Margarina a Carrefour entonces? Me lo imagino así: Alguien en el depto. de compras dijo que había que tener una "Cerveza Artesana" porque están de moda y DeDues fue la que aceptó el precio y las condiciones que el supermercado pedía. No me extrañaría enterarme que el comprador ni siquiera probó la cerveza.
No me para de sorprender el precio de la cerveza en Europa... aca la cerveza artesanal sale lo mismo o aún más cara. La respuesta seguramente está en que no tenemos la misma maza crítica de consumidores...
ResponderBorrarAyer probé la Santa Margarida Rubia, uffff mala, mala, mal
ResponderBorrarY después hay gente que insiste que criticar malas cervezas le hace daño a los elaboradores :)
BorrarEl aspecto de esta cerveza es mate y opaco, de color pajizo. Muy desagradable a la vista.
ResponderBorrarAl abrirla genera mucho gas, que al echarla al vaso, con cuidado para que no se desborde, se convierte en una espuma chispeante como la de un refresco de cola.
Mucho olor a cereal.
En la boca, primero una sensación burbujeante que lo llena todo. Controlado ese efecto, una sucesión de sabores mal combinados y peor integrados entre sí. Entre ellos, uno muy intenso a cereales y levadura, como de masa de pan medio cruda; luego, uno como a ahumado, extraño y fuerte. Al final, un regusto amargo muy desagradable, como de lúpulo de herbolario echado a perder.
Tengo que decir que tras varios sorbos de un líquido tan horrible, pensé si estaría podrido, por aquello de que es una cerveza sin pasteurizar. Tiré más de medio vaso al fregadero.
Después de dos horas, seguía eructando los gases de ese brebaje y me duraba la sensación de asco.
Hay que tener muy poca vergüenza, ninguna, para comercializar esto.
Vuestros comentarios acerca de Santa Margarida no pueden ser más acertadas. Yo ayer tuve la mala suerte de probar una. La primera sensación fue de que estaba mala, nunca había probado una cerveza tan ácida. Enterita al fregadero que es su sitio.
ResponderBorrarJesús