El miércoles pasado, Sdružení Přátel Piva (algo así como la versión checa de CAMRA) anunció los premios de este año, en un acto celebrado en Pivovar Jihlava, al que una vez más, no pude asistir, ach jo!.
No voy a discutir quién ganó qué, lo pueden ver ustedes por sí mismos en el enlace de arriba. Mi único comentario, al respecto es que creo que ya es hora que las cervezas de trigo tengan su propia categoría, hay suficientes (y muy buenas) en el mercado y no tiene sentido que compitan con Pale Ales, etc. Pero fue otra cosa lo que me llevó a escribir esto.
Los premios fueron entregados el 2 de noviembre, el día después de dušičky (el día de todos los santos), una fecha en la que los checos (como se hace en otros países) recuerdan a aquellos seres queridos que ya no están entre nosotros dejando flores y encendiendo velas en los cementerios o memoriales. Fecha que fue este año aprovechada por SPP para conmemorar a las cervecerías que desaparecieron desde 1990.
Es una lista bastante larga (que solo menciona cervecerías industriales), y algo triste, pero fue el último nombre en ella lo que llamó mi atención, Zlatopramen, la cuarta cervecería que Heineken cierra en los últimos dos años. Y todo esto al mismo tiempo de estar haciendo un muy buen trabajo con su serie de cervezas estacionales (ya anunciaron una nueva para el día de San Martín) y con algunos de sus productos de producción permanente (Březňák sigue siendo muy buena y SPP le dio a Krušovice 10° el primer premio en su categoría).
A diferencia de las tres anteriores, Hostan, Kutná Hora y Louny, Zlatopramen no se trata de una marca poco conocida fuera de su región, sino de una bastante exitosa, que de hecho fue la que le dio vida a la categoría "jedenáctka" (lagers rubias de 11º Balling).
La pregunta que me surgió acá no es por qué Heineken cerró esta cervecería (la respuesta es fácil, los contadores no la consideraban lo suficientemente rentable y/o decidieron que sería más económico mover la producción a Brno, y listo), sino si esta, las tres arriba mencionadas y quizás hasta Braník podrían haber sobrevivido si se las hubiese dejado a sus suertes.
Para empezar a encontrar la respuesta hay que volver a la lista que publicó SPP. Ahí vamos a ver que el grueso lo componen cervecerías que cerraron antes del año 2000 (18 de 27), mientras que siete de las nueve que cerraron desde entonces eran al momento de pasar a la histiora parte de grupos, dos multinacionales y uno de capitales checos . Esto significa que casi todas las cervecerías regionales que llegaron al siglo 21 siguen funcionando al día de hoy (y en algunos casos, con mucho éxito, a pesar de la caída en el consumo). Si a esto le sumamos que muchas de estas marcas se siguen elaborando se podría empezar a pensar que sí, que Zlatopramen, etc. podrían haber seguido funcionando con mayor o menor éxito hasta hoy día.
Sin embargo la cosa no es tan simple. Consultando los archivos de Pivovary.info, que cuentan en mayor o menor detalle la historia de las cervecerías de la lista se puede ver que en la gran mayoría de los casos, los culpables de la desaparición de estas estas no fueron las macros sino más bien sus propios dueños o gerentes. No nos olvidemos tampoco que, salvo contadísimas excepciones, en 1990 la industria cervecera checa estaba en un estado bastante lamentable, producto de la falta de inversiones y el descuido generalizado luego de cuatro décadas de comunismo (a los que saben checo, les recomiendo vean este video, que les va a explicar un par de cosas).
La respuesta, entonces, no es fácil.
Pero esto no es más que especulación, cabría quizás hacer otra pregunta: ¿Por qué Heineken, etc. no venden las cervecerías a alguien que las quiera explotar (y esto no es ni nuevo ni exclusivo de los holandeses, recordemos la historia de Staropramen y Svijany)? Al ver las condiciones que el gigante holandés le puso a la ciudad de Znojmo cuando le vendió las instalaciones de la cervecería local, uno se ve tentado a pensar que la causa es miedo a la competencia, pero creo que la cosa vas más allá de eso y ojalá alguien me pudiese aclarar el por qué.
Sea lo que sea, y a pesar de que nunca fui un fanático de Zlatopramen, es triste ver cuando una cervecería cierra, más todavía cuando sucede de esta manera. Espero que sea la última, al menos por un tiempo.
Na Zdraví!
No voy a discutir quién ganó qué, lo pueden ver ustedes por sí mismos en el enlace de arriba. Mi único comentario, al respecto es que creo que ya es hora que las cervezas de trigo tengan su propia categoría, hay suficientes (y muy buenas) en el mercado y no tiene sentido que compitan con Pale Ales, etc. Pero fue otra cosa lo que me llevó a escribir esto.
Los premios fueron entregados el 2 de noviembre, el día después de dušičky (el día de todos los santos), una fecha en la que los checos (como se hace en otros países) recuerdan a aquellos seres queridos que ya no están entre nosotros dejando flores y encendiendo velas en los cementerios o memoriales. Fecha que fue este año aprovechada por SPP para conmemorar a las cervecerías que desaparecieron desde 1990.
Es una lista bastante larga (que solo menciona cervecerías industriales), y algo triste, pero fue el último nombre en ella lo que llamó mi atención, Zlatopramen, la cuarta cervecería que Heineken cierra en los últimos dos años. Y todo esto al mismo tiempo de estar haciendo un muy buen trabajo con su serie de cervezas estacionales (ya anunciaron una nueva para el día de San Martín) y con algunos de sus productos de producción permanente (Březňák sigue siendo muy buena y SPP le dio a Krušovice 10° el primer premio en su categoría).
A diferencia de las tres anteriores, Hostan, Kutná Hora y Louny, Zlatopramen no se trata de una marca poco conocida fuera de su región, sino de una bastante exitosa, que de hecho fue la que le dio vida a la categoría "jedenáctka" (lagers rubias de 11º Balling).
La pregunta que me surgió acá no es por qué Heineken cerró esta cervecería (la respuesta es fácil, los contadores no la consideraban lo suficientemente rentable y/o decidieron que sería más económico mover la producción a Brno, y listo), sino si esta, las tres arriba mencionadas y quizás hasta Braník podrían haber sobrevivido si se las hubiese dejado a sus suertes.
Para empezar a encontrar la respuesta hay que volver a la lista que publicó SPP. Ahí vamos a ver que el grueso lo componen cervecerías que cerraron antes del año 2000 (18 de 27), mientras que siete de las nueve que cerraron desde entonces eran al momento de pasar a la histiora parte de grupos, dos multinacionales y uno de capitales checos . Esto significa que casi todas las cervecerías regionales que llegaron al siglo 21 siguen funcionando al día de hoy (y en algunos casos, con mucho éxito, a pesar de la caída en el consumo). Si a esto le sumamos que muchas de estas marcas se siguen elaborando se podría empezar a pensar que sí, que Zlatopramen, etc. podrían haber seguido funcionando con mayor o menor éxito hasta hoy día.
Sin embargo la cosa no es tan simple. Consultando los archivos de Pivovary.info, que cuentan en mayor o menor detalle la historia de las cervecerías de la lista se puede ver que en la gran mayoría de los casos, los culpables de la desaparición de estas estas no fueron las macros sino más bien sus propios dueños o gerentes. No nos olvidemos tampoco que, salvo contadísimas excepciones, en 1990 la industria cervecera checa estaba en un estado bastante lamentable, producto de la falta de inversiones y el descuido generalizado luego de cuatro décadas de comunismo (a los que saben checo, les recomiendo vean este video, que les va a explicar un par de cosas).
La respuesta, entonces, no es fácil.
Pero esto no es más que especulación, cabría quizás hacer otra pregunta: ¿Por qué Heineken, etc. no venden las cervecerías a alguien que las quiera explotar (y esto no es ni nuevo ni exclusivo de los holandeses, recordemos la historia de Staropramen y Svijany)? Al ver las condiciones que el gigante holandés le puso a la ciudad de Znojmo cuando le vendió las instalaciones de la cervecería local, uno se ve tentado a pensar que la causa es miedo a la competencia, pero creo que la cosa vas más allá de eso y ojalá alguien me pudiese aclarar el por qué.
Sea lo que sea, y a pesar de que nunca fui un fanático de Zlatopramen, es triste ver cuando una cervecería cierra, más todavía cuando sucede de esta manera. Espero que sea la última, al menos por un tiempo.
Na Zdraví!
Hola
ResponderBorrarY va a seguir pasando lamentablemente en este maldito capitalismo o consumismo como quiers llamarlo donde algo si no es rentable sin importar la calidad del producto , lo cierran.
un saludo
omar
Omar, una cervecería es una empresa, y como tal, su único objetivo es generar ganancias para su dueños. Si no cumple con ese objetivo, o no lo cumple con suficiencia, la empresa cierra, más allá de calidades, etc. No es nada nuevo bajo el sol, ni exclusivo de grandes multinacionales. Y nos guste o no, la gente va a seguir comprando esta cerveza en particular más allá de el lugar en donde esté elaborada. Es la realidad tal cual es.
ResponderBorrar(por otro lado, el sistema que rige la economía actual no es capitalismo propiamente dicho, es otra cosa que ha usurpado el nombre).