En estos últimos días he leído más de un blog reproduciendo delcaraciones que denunciaban la "uniformidad" del paisaje cervecero alemán, lo cual me ha hecho recordar que hasta no hace mucho yo me que quejaba de lo mismo en el paisaje checo.
Tandlemann hablaba de Schönram, una cervecería rural en Baviera propiedad de un yanki, que se especializa en Pale Ales, Porters, etc. y unos días antes, Stan Hieronymus presentaba TAP X, la nueva especialidad de Schneider. Ambos casos se ponen como prueba de un lento cambio en el "aburrido" mercado alemán.
Algo similar, aunque en mucho mayor escala, está sucediendo acá. Pivovar Kocour, Matuška y otros están cada vez más especializados en la elaboración de estilos "exóticos" y en general, con muy buenos resultados tanto en calidad, como en aceptación por parte del público. El relativo éxito de estas cervezas ha motivado a otros a intentar hacer "algo diferente" y el otro día se anunció que el recientemente privatizado y rescatado de una muerte segura Pivovar Výškov lanzará una IPA, que pinta bastante buena.
Toda esta vitalidad es más que bienvenida y curiosamente, me ha hecho volver a apreciar aquellas cervezas que me estaban empezando a parecer aburridas. El otro día estaba tomando unas birras en el hermosísimo Výčep de Únětický Pivovar, empecé por la desítka, pasé a la dvanáctka y terminé con tres porciones de la Polotmavá 13º, que es la especial de Navidad. Todas geniales, todas bien diferentes una de otra, y de otras que son iguales en los papeles, todas simples. Lo mismo podría decirse de las Dunkles, Kellerbier, Märzen, etc. de Franconia que he tomado ya sea in situ o acá de botella. ¡Mierda! Hasta la Hell Lager de Pivovar Kraus es una maravilla de sutileza y personalidad.
A lo que voy es que es cualquiera puede hacer algo "distintivo" con otro varietal de lúpulo o ingredientes o procesos fuera de lo habitual. Hasta el más obstuso de los consumidores se va a dar cuenta que está tomando algo diferente. Lograr esto con los mismos ingredientes de siempre para elaborar los mismos tres o cuatro "estilos" de siempre es mucho, mucho más difícil y no solo porque requiere que el consumidor preste algo más de atención a lo que está tomando (algo que lamentablemente, muchos no hacen).
No estoy diciendo que los "innovadores" se tienen que concentrar un poco más en los "clásicos", estoy seguro que saben muy bien lo que hacen con su negocio. Tampoco estoy diciendo que unas cervezas me gustan más que otras, la Stout de Chýně es una de las mejores cervezas que he tomado este año y soy un fanático de la variedad y es por ello que voy a seguir alentando a aquellos que le dan un poco más de color al panorama. Sin embargo, creo que se empeñan en hacer solamente "lo mismo de siempre" y logran que una světlý ležák, una tmavé o polotmavé o hasta una desítka alcancen otro nivel merecen por lo menos el mismo reconocimiento.
Na Zdraví!
Tandlemann hablaba de Schönram, una cervecería rural en Baviera propiedad de un yanki, que se especializa en Pale Ales, Porters, etc. y unos días antes, Stan Hieronymus presentaba TAP X, la nueva especialidad de Schneider. Ambos casos se ponen como prueba de un lento cambio en el "aburrido" mercado alemán.
Algo similar, aunque en mucho mayor escala, está sucediendo acá. Pivovar Kocour, Matuška y otros están cada vez más especializados en la elaboración de estilos "exóticos" y en general, con muy buenos resultados tanto en calidad, como en aceptación por parte del público. El relativo éxito de estas cervezas ha motivado a otros a intentar hacer "algo diferente" y el otro día se anunció que el recientemente privatizado y rescatado de una muerte segura Pivovar Výškov lanzará una IPA, que pinta bastante buena.
Toda esta vitalidad es más que bienvenida y curiosamente, me ha hecho volver a apreciar aquellas cervezas que me estaban empezando a parecer aburridas. El otro día estaba tomando unas birras en el hermosísimo Výčep de Únětický Pivovar, empecé por la desítka, pasé a la dvanáctka y terminé con tres porciones de la Polotmavá 13º, que es la especial de Navidad. Todas geniales, todas bien diferentes una de otra, y de otras que son iguales en los papeles, todas simples. Lo mismo podría decirse de las Dunkles, Kellerbier, Märzen, etc. de Franconia que he tomado ya sea in situ o acá de botella. ¡Mierda! Hasta la Hell Lager de Pivovar Kraus es una maravilla de sutileza y personalidad.
A lo que voy es que es cualquiera puede hacer algo "distintivo" con otro varietal de lúpulo o ingredientes o procesos fuera de lo habitual. Hasta el más obstuso de los consumidores se va a dar cuenta que está tomando algo diferente. Lograr esto con los mismos ingredientes de siempre para elaborar los mismos tres o cuatro "estilos" de siempre es mucho, mucho más difícil y no solo porque requiere que el consumidor preste algo más de atención a lo que está tomando (algo que lamentablemente, muchos no hacen).
No estoy diciendo que los "innovadores" se tienen que concentrar un poco más en los "clásicos", estoy seguro que saben muy bien lo que hacen con su negocio. Tampoco estoy diciendo que unas cervezas me gustan más que otras, la Stout de Chýně es una de las mejores cervezas que he tomado este año y soy un fanático de la variedad y es por ello que voy a seguir alentando a aquellos que le dan un poco más de color al panorama. Sin embargo, creo que se empeñan en hacer solamente "lo mismo de siempre" y logran que una světlý ležák, una tmavé o polotmavé o hasta una desítka alcancen otro nivel merecen por lo menos el mismo reconocimiento.
Na Zdraví!
La Superación es el objetico, hacer cada vez mejor las cosas es lo correcto
ResponderBorrarUn tema muy similar al que comentaste en el blog.
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