Velký Al está llevando una serie de blogs invitados titulada "My Local" (no sé si la traducción de "local" en inglés a "local" en español es la más adecuada, pero me gusta como suena), en donde autores de ambos lados del atlántico hablan, básicamente, de sus pubs favoritos.
En su contribución Ron Pattinson, entre otras cosas, define a un "local" como un lugar en donde "no importa qué tanto ha pasado desde tu última visita, uno sigue la cosa tal y como la dejó, incluso si ha pasado un año". Palabras que podrían describir muy bien lo que sucedió durante mi última visita a Pivovarský Klub.
Hubo una época en que PK fue mi local. Iba casi todas las semanas, conocía a varios de los štamgasty y había establecido una relación bastante amistosa con parte del personal y hasta con un par de los dueños. Esto fue hasta que descubrí a Zlý Časy, que se convirtió en mi local casi desde mi primera visita. No fue porque el templo cervecero de Karlín haya hecho algo mal, sino porque el de Nusle me ofrecía esa onda de tugurio de barrio que no sabía había estado extrañando tanto.
El Klub me sigue pareciendo uno de los mejores pubs de Praga y de tanto en tanto me doy una vuelta. En esta visita en particular, Klára tenía a cargo el bar de abajo. Klára para mí es algo así como la versión siglo 21 de Maryška, la protagonista de la película Postřižiny (el hombre que haya visto esta película y no se enamoró perdidamente de Maryška debería seriamente cuestionar su sexualidad, el hombre que no ha visto esta película, debería hacerlo), es linda, simpática y entiende cerveza (si hasta ha elaborado algunas tiradas). Me senté al bar y me puse a hablar con ella y pronto se sumó a la conversación el amigo de ella que estaba también en la barra y más tarde otro tipo que estaba ahí sentado. Sentí como si mi última visita no hubiese sido varios meses antes, sino apenas unos días. Ron tiene razón y en cierto modo, Pivovarský Klub sigue siendo un poco mi local.
Días más tarde, en Zlý Časy estaba tomando unas birras y charlando de estoylotro con un argentino que estaba de paso en Praga cuando veo entrar a una amiga asturiana, que también estaba de paso en Praga, acompañada de su miláček checo. Ella había quedado en encontrarse ahí una pareja de catalanes, también amigos míos, que también estaban de paso en Praga.
Lo que siguió fue una tarde genial. Sentados alrededor de una mesa chica, hablando todos al mismo tiempo y riéndonos a carcajadas con buena cerveza como combustible.
Y este también es uno de las cosas que define a un local. Uno puede hacerse de nuevos "amigos" en cualquier boliche con buena onda, incluso en tu primera visita, pero un local, además de eso, da también la posibilidad de encontrarse de casualidad con viejos amigos, lo cual es algo enormemente gratificante, justamente por lo casual y espontáneo.
Sin salir demasiado del tema. Me alegró mucho saber que U Pětníka, mi primer local en Praga además de Staropramen y Pilsner Urquell, ahora tiene Únětická 12º, mi cerveza 2011. El lugar está exactamente igual que cuando lo "dejé", algunas de las caras, las recuerdo de cuando iba muy seguido. Fue una muy linda sensación volver a tener un motivo para visitar este arquetípico bolichón de barrio.
Un consejo antes de cerrar, si no tienen un "local" encuentren uno y lean la serie "My Local" en Fuggled para convencerlos de ello.
Na Zdraví!
En su contribución Ron Pattinson, entre otras cosas, define a un "local" como un lugar en donde "no importa qué tanto ha pasado desde tu última visita, uno sigue la cosa tal y como la dejó, incluso si ha pasado un año". Palabras que podrían describir muy bien lo que sucedió durante mi última visita a Pivovarský Klub.
Hubo una época en que PK fue mi local. Iba casi todas las semanas, conocía a varios de los štamgasty y había establecido una relación bastante amistosa con parte del personal y hasta con un par de los dueños. Esto fue hasta que descubrí a Zlý Časy, que se convirtió en mi local casi desde mi primera visita. No fue porque el templo cervecero de Karlín haya hecho algo mal, sino porque el de Nusle me ofrecía esa onda de tugurio de barrio que no sabía había estado extrañando tanto.
El Klub me sigue pareciendo uno de los mejores pubs de Praga y de tanto en tanto me doy una vuelta. En esta visita en particular, Klára tenía a cargo el bar de abajo. Klára para mí es algo así como la versión siglo 21 de Maryška, la protagonista de la película Postřižiny (el hombre que haya visto esta película y no se enamoró perdidamente de Maryška debería seriamente cuestionar su sexualidad, el hombre que no ha visto esta película, debería hacerlo), es linda, simpática y entiende cerveza (si hasta ha elaborado algunas tiradas). Me senté al bar y me puse a hablar con ella y pronto se sumó a la conversación el amigo de ella que estaba también en la barra y más tarde otro tipo que estaba ahí sentado. Sentí como si mi última visita no hubiese sido varios meses antes, sino apenas unos días. Ron tiene razón y en cierto modo, Pivovarský Klub sigue siendo un poco mi local.
Días más tarde, en Zlý Časy estaba tomando unas birras y charlando de estoylotro con un argentino que estaba de paso en Praga cuando veo entrar a una amiga asturiana, que también estaba de paso en Praga, acompañada de su miláček checo. Ella había quedado en encontrarse ahí una pareja de catalanes, también amigos míos, que también estaban de paso en Praga.
Lo que siguió fue una tarde genial. Sentados alrededor de una mesa chica, hablando todos al mismo tiempo y riéndonos a carcajadas con buena cerveza como combustible.
Y este también es uno de las cosas que define a un local. Uno puede hacerse de nuevos "amigos" en cualquier boliche con buena onda, incluso en tu primera visita, pero un local, además de eso, da también la posibilidad de encontrarse de casualidad con viejos amigos, lo cual es algo enormemente gratificante, justamente por lo casual y espontáneo.
Sin salir demasiado del tema. Me alegró mucho saber que U Pětníka, mi primer local en Praga además de Staropramen y Pilsner Urquell, ahora tiene Únětická 12º, mi cerveza 2011. El lugar está exactamente igual que cuando lo "dejé", algunas de las caras, las recuerdo de cuando iba muy seguido. Fue una muy linda sensación volver a tener un motivo para visitar este arquetípico bolichón de barrio.
Un consejo antes de cerrar, si no tienen un "local" encuentren uno y lean la serie "My Local" en Fuggled para convencerlos de ello.
Na Zdraví!
Ahoj Max,
ResponderBorrarrealmente una muy buena tarde-noche...
Besinos, Ra.
Pd. Tu compatriota sobrevivió?
Sí, sí... vivió para contar el cuento :)
BorrarPuedes tener 300 cervezas disponibles en carta, un servicio medio decente, una carta de comida relativamente cuidada, hasta varias de esas camareras atractivas (^^), pero hay algo que no se puede comprar (ni tan solo con MasterCard... como en el anuncio...). En mi caso, he estado en unas cuantas cervecerías que cumplen todo lo dicho en estas primeras líneas, pero cada cierto tiempo siempre vuelvo a ese local que me abrió este mundo a pesar de que tiene menos cervezas, pero se que si voy me espera una tarde de p. madre porque la cerveza es algo más para disfrutar de la buena compañía a ambos lados de la barra.
ResponderBorrarMuy buen post!!
Pau, a lo mejor me equivoco, y si es así, pido disculpas de antemano. ¿Puede ser que en España esté pasando con los bares algo parecido a lo que pasa con la cerveza, que muchos dueños piensan que basta con tener listas kilométricas y un par de toques modernos, mientras que descuidan lo básico?
BorrarEfectivamente eso que comentas es demasiado frecuente aún.
ResponderBorrarPor desgracia es demasiado no son pocos los locales en los que hay camareros/as que a penas saben nada de cerveza. El boom de la cerveza artesana ha dado como resultado mayores cartas de cerveza (sobretodo en botella ya que por desgracia son pocos los locales que apuesten por los barriles), referencias que hace poco serían impensables, pero el cuidado de la cerveza, saber tirarla bien, controlar que los barriles estén como dios manda, evitar tener la cerveza a temperatura casi glacial (y no me vale que la gente no la quiere "caliente"), tener un mínimo de idea por si la gente les pregunta lo que sea, y así un largo etcétera... por desgracia sigue siendo una carencia demasiado común. Y la situación ha mejorado mucho en estos años, pero siguen habiendo lagunas importantes en demasiados lugares.
Si la situación es así, entonces agradecé el cielo que no se jueguen por barriles, sería mucho peor... Por lo menos sabés que la botella sí va a estar fresca
BorrarSí, eso es cierto, pero por no querer trabajar con seriedad los clientes nos perdemos barriles interesantes. Solo encuentras barriles menos comunes en locales muy concretos ya que en el resto viven de las grandes (Leffe, Paulaner...) y como esas poseen una tirada más o menos fácil pues los tienen algo mejores, pero aún así hay veces que eso de tener la instalación en condiciones a más de uno le suena a ruso...
BorrarDe verdad que la pasamos en grande esa tarde, y le viene al pelo a lo que expone Max en el post. Quien tuviera el Zlý Časy mas cerca de casa. Nos contentaremos con revisar las fotos de ese dia y esperar hasta la proxima vez que pasemos por ahi.
ResponderBorrarTengo que confesar que es el sitio perfecto tambien para llevar a cabo lo aprendido en Praha. El momento justo para decidir que vas a tomar tu ultima cerveza, pues sabes positivamente que debes pagar en ese instante. Despues de la siguiente, las rayas signos y numeros que hay escritos en ese papelito que corre por tu mesa ya no podras descifrarlos, y recordar lo que tomastes tambien sera una tarea imposible.
Saludos.
Ramon
¡Ah! Ese vaso fatal. Ese vaso después del cual se va todo al carajo.
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