Hay algo (tontamente) gratificante al entrar a un pub, saludar al barman y ver que el tipo está haciendo tu cerveza. Y sabés que es tu cerveza, porque no tomás lo que casi todo el mundo toma, y no ves a nadie que esté tomando esa cerveza en ese momento. Hay algo todavía más gratificante cuando el barman trae tu cerveza (que, a pesar de no ser la que toma todo el mundo y de que no hay nadie que la esté tomando en ese momento, está en maravillosas condiciones) y pregunta si ya no tiene que hacer la de tu amigo, que debería estar llegando en cualquier momento.
Esto, junto con los encuentros casuales que hacen que te quedes para una cerveza más, que se convierten en tres, la sensación de ser bienvenido y esperado (incluso cuando venís por primera vez), las cervezas que sin más siguen llegando mientras la charla continua, el intercambio de comentarios chistosos con la persona que te las trae, todo eso es lo que separa a un gran pub minimalista de los buenos y hasta de los muy buenos. Todo eso es lo que me encuentro casi cada miércoles a la tarde cuando me reúno con un cliente en Pivnice Ferdinand, un bolichón perdido en una calle perdida de Vršovice. (mi cliente insiste en encontrarnos allí, dice que si nos juntásemos en su oficina seríamos interrumpidos cada cinco minutos, y yo no voy a andar discutiendo).
Como muchos otros bares de barrio medio atorrantes, sin pretenciones, de la vieja escuela esta cervecería puede llegar a ser un gusto adquirido para algunos, en especial para los acostumbrados a lugares más amigables hacia las últimas tendencias. Para mí, este es el tipo de lugar en donde siempre me sentí en casa.
Como ya lo he dicho, me encantan los bares multi-grifos, pero a veces prefiero la simpleza, prefiero pedir solamente "pivo", o ni siquiera necesitar pedirla. En la simpleza puede haber belleza, en la belleza puede haber simpleza.
Na Zdraví!
Pivnice Ferdinanda
50°4'18.030"N, 14°27'40.435"E
Bulharská 28 - Praga-Vršovice
Lun-Dom: 13-22
El verano pasado estuve en otro Ferdinanda (el de Karmelitská si no recuerdo mal) y nos gustó mucho, estaba medio vacío pero lo encontramos acogedor y comimos y bebimos de muerte. Quizá fue el momento, la sed o lo que sea, pero su Tmave me pareció lo más delicioso que había bebido en mucho tiempo.
ResponderBorrarRespecto al que comentas en esta entrada, lo añado a la lista. Por cierto, aprovecho para compartirla: https://foursquare.com/deigote/list/pivni-filosof-recommended-places
Ahoj Max,
ResponderBorrarUn chigre en toda regla...
Besinos, Ra
Coincido plenamente con esas sensaciones, despiertan ciertas sensibilidades… no se… es asi, como lo describís y quizás algunas otras simples pequeñas cosas…
ResponderBorrarVictor
Definitivamente una buena cerveza no lo es todo, la amabilidad, excelente atención y calidez humana son importantes complementos.
ResponderBorrarHola tanto tiempo
ResponderBorrarpor lo que describis , un barsucho como digo yo , que son tan lindos y copados , le falto describir los manices con cascara y ya esta no pido mas.
saludos
omar