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De a dos en Pivovar Marina Holešovice


Había oído de Pivovar Marina Holešovice ya en 2010. Un conocido había diseñado el logo y hasta habían puesto una página de Facebook donde mostraban las etiquetas de sus futuras cervezas. Pero un día, la página de FB cerró, al igual que el proyecto, y todos medio que nos olvidamos del asunto, hasta principios de este año.

Otra empresa se había hecho cargo del proyecto y esta cervecería/restaurante/pub abrió sus puertas en febrero. Pero habría que esperar otras cinco, seis semanas para que las cervezas de la casa estén listas, ya que el lugar no recibió los últimos permisos para elaborar sino hasta el día antes de su apertura. Yo, por otro lado, tendría que esperar todavía un par de semanas más para ponernos de acuerdo con mi colega del Prague Post, Fiona Gaze, en una fecha para hacer una de nuestas reseñas dobles.

Incluso antes de poner un pie en Pivovar Marina, hay que darle crédito a los dueños por la manera en que han usado el espacio. Es un edificio bastante grande (que según he oído, supo albergar una oficina de la aduana). En la parte central, la más alta, pusieron la cámara para los tanques de fermentación y maduración, la cocina, los baños y sobre todo esto, un salón privado. En una de las alas hay un restaurante mediterráneo, en la otra, una pivnice. ¡Es una genialidad! Imaginate, dos o tres parejas que se juntan a comer o tomar algo. Las chicas, si son de las que no les gustan los pubs, pueden ir al restaurante, mientras que los chicos van a la pivnice, en donde hasta pueden agarrar un partido de algo en la tele. Todo el mundo se queda contento.

Pero bueno, una vez adentro, es fácil ver el trabajo y el cuidado que ha sido dedicado a restaurar y reacondicionar el edificio. El techo, con sus vigas de madera y un impresionante candelabro de hierro forjado son una belleza. El mobiliario del pub quizás no es muy de mi gusto, pero tengo que admitir que va muy bien con el espacioso salón dividido en varios niveles y galerías. Todo está dominado por el equipo de cocción, que parece de 20hl, pero en realidad es de 10hl con un revestimiento de cobre que lo hace ver más grande.

Un desvío en un par de las líneas de tranvía que van a la parada Manini hizo que Fiona se retrase un buen rato. Me estaba muriendo de hambre (y de sed) cuando llegué, pero no tenía ganas de empezar a almorzar todavía, así que pedí un hermoš (y una desítka). El queso en escabeche estaba muy bueno, aunque no podría decirse que barato a 70CZK. Vino con una canasta con bastante pan para mojar en el sabroso aceite de la marinada. Por ahora, todo bien.

Una vez que mi colega llegó (pueden leer su reseña acá, no le gustó mucho la parte mediterránea), me pedí una dršťková polévka (45CZK). Buenísima, grasosa, sabrosa, bien especiada. Con algunos pedazos más de callos habría sido perfecta.

De plato principal me elegí vepřové koleno. Hacía mucho que no comía un buen codillo de cerdo y estaba con muchas ganas. Voy a tener que seguir esperando. El menú dice que está asado en cerveza negra y cebolla. Habrá que creerle, pero vino sin ni una gota de los jugos de cocción; de hecho, estaba bastante seco. En serio, por 310CZK esperaba algo MUCHO mejor. Tendría que haber seguido el ejemplo de Fiona y pedir guláš (145CZK), que sí estaba muy bueno y muy por adelante en términos de calidad/precio. Aunque para ser justos, la guarnición que traía no estaba nada mal.

Así con la comida, al menos en lo que respecta a la pivnice, la pegan bastante. ¿Y qué de las cervezas? Podría decirse lo mismo.

Puede que sean cuestiones de mercado, pero no hay muchos micros, en especial entre las más nuevas, que hagan desítka, lo cual es una lástima. Marina no está entre ellas y su lager rubia de 10º, llamada Přístavní Výčepní, es un excelente ejemplo de por qué este tipo de cerveza merece más cariño. Una tomabilidad divina, pero con el suficiente sabor sutil como para atrapar tu atención por uno o dos sorbos, luego de lo cual hace lo que toda buena cerveza de sesión debería hacer, pasar a segundo plano y dejar que la atención del bebedor se vuelque a cosas más importantes como disfrutar de la buena charla y la buena compañía.

En donde no la pegaron fue con la 12º, Holešovický Ležák. No le encontré ningún toque defectuoso, pero estaba tremendamente carbonatada y el gusto a CO2 la rompía en pedazos. Me parece que la falla estuvo en los grifos, más que en los tanques. No importa, la elaboración de la cerveza no termina sino hasta que llega al vaso, y esta lager rubia no estaba del todo bien hecha.

Por suerte, esta fue la única que falló. Tmavý Ležák era una de esas lagers bien oscuras, con un cuerpo suave y cremoso y sabrosas notas a café dulce, sin llegar a ser empalagosa. Pšeničné Pivo 11%, por otro lado, era una de esas cervezas de trigo con las que podría pasar toda la tarde sin cansarme. Y esta en particular estaba muy bien servida, un tanto menos fría que el resto, y casi sin gas. Deliciosa. Así que las cervezas, en términos generales, bastante buenas, y a 35CZK/0,5l (33, para la desítka), a buen precio también.

No se puede culpar a los dueños de Pivovar Marina Holešovice por falta de ambición. Sin embargo, al menos en el lado de la pivnice, todavía quedan algunos detalles por pulir; por ejemplo los vasos. Yo no soy un snob de los vasos, pero creo que deberían tener vasos ad-hoc para Weizebier, y poner logos en el resto no haría daño tampoco. Dicho esto, uno de mis clientes vive en el barrio y me dijo que no podría estar más contento con este boliche, creo que yo también estaría igual de contento.

Na Zdraví!

Pivovar Marina Holešovice
50°6'22.763"N, 14°27'22.943"E
Jankovcová 12, Prague 7 - HOLEŠOVICE
+420 220 571 183 - rezervace@pivovarmarina.cz
Lun - Dom: 11 - 24

Comentarios

  1. Ahoj Max,
    Esa 2ª parte está engordando bastante...
    Besinos, Ra.

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    Respuestas
    1. Sí, como viene la mano va a tener que salir en dos tomos....

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