Es un día de mucho, mucho calor. Uno de esos días en los que preferís quedarte en casa con todas las persianas bajas, bien resguardado del sol. Sin embargo, prometiste tu ayuda a gente que se la merece y vas a tener que salir, y vas a tener que trabajar y vas a tener que estar al sol.
Pasado el mediodía, el calor es ya insoportable, a nadie ya casi le da el cuero para seguir laburando. Oís las palabras mágicas "Jdeme na pivo!". Terminás lo que estás haciendo y encarás hacia a la hospoda más cercana, que resulta ser un jardín cervecero, y que tampoco está tan cercana.
El lugar está un poco apartado del camino principal, la dirección la indica una flecha al lado de la cual está el cartel de una cerveza que a vos no te gusta. Pero bueno, en agradecimiento la gente esta invita y tampoco es que hay otra cosa para elegir; además, la sed siempre le gana al gusto.
Seguís las instrucciones de la flecha y tomás un sendero que va cuesta arriba. Luego de unos metros, ves la entrada al jardín cervecero y al lado de ella hay otro cartel, el de una cerveza que si bien no es de las que más te gustan, es, cualitativamente hablando, un paso adelante.
Vas con el resto del grupo al bar, tenés tanta sed que serías capaz de tomarte el sudor del sobaco de un cosaco si te lo sirviesen lo suficientemente frío y ahí la ves. Al principio no podés creerlo, pero está ahí. Todos los que están adelante tuyo la piden y se van a sentar. Es una de tus cervezas favoritas, muy probablemente LA favorita en un cuándo y un dónde como este.
Saboreás cada molécula de ese maravilloso líquido, pero de manera casi inconciente, el primer mediolitro cae tan rápido que casi no lo registrás. Pero no importa, no hay apuro para volver a trabajar, hay tiempo para otra y otra y otra y otra más, y bueno, por qué no, otra más.
Estás sentado a la sombra, tomando tranquilo de ese jarro de medio litro, hecho de tranquilizadoramente pesado cristal. Todos están relajados, charlando, riendo, intercambiando historias. Y seguís disfrutando de la compañía, de la charla, del merecido descanso y de la cerveza.
La cerveza como recompensa, la cerveza como lubricante social, la cerveza como relax, la cerveza sin pretensiones. La cerveza no puede ser mejor que esto. Es la perfección cervecera.
Na Zdraví!
notable!
ResponderBorrarimpagable todo eso. Algún tiempo atrás tuve una experiencia parecida..luego de un día eterno de ordenar una bodega con escenografías, rematamos con una de las peores cervezas de Chile(pues por el sector era imposible algo mejor), el asunto es que en el estado que nos encontrabamos era elixir divino. ja.
me ha subido el ánimo este reporte.
por cierto, el anterior sobre pivdiky me tuvo unas dos horas pegado, pues aparecian lugares en Viena , de microcervecerías todas muy cercanas a donde mis viejos viven y en mi total desconocimiento pasé por alto, bueh, para la próxima visita haré unos altos ahí y en una de esas Praha me verá nuevamente.
gracias por compartir experiencias y tanta información.
Saludos desde Chile.
Rodrigo
La Cerveza, siempre la cerveza!!! Te faltó decir. Exacto... esa es la impagable cara de la moneda cervecera, la del momento!!
ResponderBorrarHace poco vi en you tube un documental
ResponderBorrarla cerveza el invento mas importante de la humanidad o algo asi
Gloria y mas gloria para la cerveza no importa marca , pais o tipo de fermentacion industrial o artsanal , simplemente CERVEZA la bebida preferida de los farones .
saludos
omar
Ya sé que es más importante la situación y todo lo demás que la marca, pero no nos dejes con la duda Max! Qué cerveza era? Yo apuesto por Uneticke desitka, no sé por qué.
ResponderBorrarApostá tranquilo...
BorrarPOR MOMENTOS COMO ESE ESTAMOS METIDOS EN ESTE MUNDILLO MAX. ¡AHORA ME HA ENTRADO UNA SED QUE PARA QUÉ!! JAJAJAJA.
ResponderBorrarUN SALUDO ;D
¡Pillo! Has logrado que la tentación arrase conmigo. Ya quiero que sea viernes por la tardecita para apuntar al bar de siempre. Saludos desde Posadas, Misiones, Argentina.
ResponderBorrarBuen relato: me has trasladado el paisaje, el sudor y hasta el buen rato con la cerveza. Saludos Max.
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