Tengo que confesar que, cuando me llamaron la primera vez, no estaba del todo seguro se debía aceptar la invitación de Heineken a su viaje de prensa a Brno el miércoles pasado, en parte porque tenía miedo de que me iba a tener que bancar más sanata marketinera y de RR.PP. que cualquier ser humano debería tener que bancarse. Pero después me dije “qué mierda”, no hicieron nada de eso en ninguno de los eventos de RR.PP. a los que había asistido, y no pensé que sería diferente esta vuelta. (además, y para ser sincero, me imaginé que disfrutar un poco de generosidad corporativa no estaría nada mal). Me alegro de haber aceptado la invitación, no solo porque la sanata marketinera se mantuvo a niveles aceptables y razonables, sino también, y principalmente, porque pasé un día genial, además de bastante educativo.
Como la agenda estaba muy llena, tuvimos que salir espantosamente temprano. Viajé con otros tres periodistas y dos personas de la agencia que maneja las RR.PP de Heineken, quienes nuestros guías.
Nos ofrecieron cerveza y algo para picar apenas el minibus emprendió el camino. Me encanta vivir en un país en donde tomarse una birra a las 7 de la matina no es algo condenable, aunque, a decir verdad, Starobrno Medium de lata está lejos de ser una de las mejores cervezas, dicho esto, cualquier cerveza es mejor que ninguna cereza y mentiría si dijese que no la disfruté, al menos un poco.
Una vez en Brno, paramos apenas un rato para encontrarnos con los periodistas locales que nos acompañarían y gente de la empresa que nos acompañaría en las actividades del día, y nos fuimos directo a la primera de ellas, una visita a Soufflet, la maltería más grande del país, en su planta en Prostějov.
Ya había visitado algunas malterías, así que no estaba esperando ver nada que no hubiese visto antes. Lo que sí fue interesante fue lo que nos contaron ahí, que me hizo ver a la cerveza y su elaboración desde una perspectiva completamente diferente.
Nos explicaron en gran detalle los procesos de control de calidad. Se toman muestras de la cebada que llega a la planta apenas los camiones que la transportan cruzan la puerta, estas se analizan en el acto para determinar si el grano cumple con las estrictas normas de calidad de la empresa. Solo entonces se los deja descargar. Como había visto en Benešov, los diferentes varietales de cebada se mantienen separado durante todo el proceso de producción y se mezclan únicamente para cumplir con los parámetros requeridos por los diferentes clientes.
La parte más interesante de la charla fue, quizás, la relación en cifras entre la producción de cebada y de cerveza. De acuerdo con los cálculos del director de la empresa, 85g de malta hacen falta para producir una birra de 12º Balling, y eso no fue lo más curioso. Basado en ese número, y la cantidad de cebada que se necesita en promedio para hacer 1kg de malta, y la producción promedio de una hectárea de cebada, este tipo calculó que 1m2 de un campo de cebada producirá 10 pintas de dvanáctka. Piensen en eso la próxima vez que se les ocurra caminar a través de un campo.
Después de un correcto almuerzo en la maltería, nos subimos de nuevo al auto para nuestra siguiente visita, una cooperativa agrícola que provee cebada a Soufflet.
Es increíble lo poco que reparamos en esta materia prima. Sin embargo, hay mucha atención al detalle en su producción, después de todo, sin cebada de calidad no es posible producir malta de calidad y sin malta de calidad es muy difícil producir cerveza de calidad. El cultivo de cebada, entonces, no se trata solamente de tirar unas semillas en un campo y después cosechar lo que haya crecido un par de meses más tarde. El momento indicado debe ser elegido para sembrar el varietal indicado en el lugar indicado ya que cada varietal tiene características diferentes que son afectadas por condiciones climáticas y de suelo. Durante los meses entre la siembra y la cosecha, la salud del cultivo se controla con mucho cuidado y luego el momento indicado para la cosecha se elige a fin de obtener la calidad indicada, pero no pueden lograr esto si el grano, una vez cosechado, no es adecuadamente limpiado, separado y almacenado.
Lo que todo esto nos dice es que la elaboración de cerveza es un larga cadena de procesos que empieza ya en los campos y culmina en el vaso, en la que cada eslabón tendrá un efecto en la calidad del producto.
Nos esperaba otra parada, Březovské vodovody, en Březové nad Svitavou. Un trayecto largo, zarandeado y muy pintoresco en pequeñas carreteras que cruzaban colinas, bosques y pueblitos, al final del cual nos mostrarían la fuente de agua para casi toda la ciudad de Brno, incluyendo la cervecería.
La excursión fue bastante interesante desde el punto de vista histórico y tecnológico, pero no tuvo demasiado que agregar en lo que respecta a la cerveza, ya que Starobrno tiene que tratar el agua para hacerla más adecuada para las cervezas que elaboran. Más allá de eso, la ubicación del pozo es impresionante en su belleza.
Fuimos de vuelta a la capital de Moravia del Sur para dejar nuestros petates en el hotel y refrescarnos un poco (a propósito, el hotel, Holiday Inn, estuvo muy, muy bueno, el tipo de generosidad corporativa que estaba esperando). Luego nos llevaron a la cervecería para lo que sería el punto culminante del día, la re-inauguración de la pivnice de la cervecería luego de reformas.
Más que una pivnice, el boliche es un pub hecho y derecho que sirve comida, no solamente snacks. Está diseñado en el estilo Primera República-chic aprobado por un departamento de marketing que le resultará familiar a cualquiera que haya estado en alguno de los Pilsner Urquell Original Restaurants del país. No está mal, pero demasiado sucursaloso para mi gusto. El jardín cervecero, por otro lado, es lindísimo, y estaba hasta las tetas.
La ceremonia de inauguración estuvo adornada con tres jugadores del equipo de hockey sobre hielo local, que se sacaron fotos tirando cerveza y todas esas otras cosas que estimo son comunes en eventos de este tipo. El tipo de las que francamente puedo prescindir, pero me dejaron de importar una vez que tuve una birra en la mano, y me importaron todavía menos cuando me hice de otra, lo cual no requirió de demasiado tiempo o esfuerzo, el servicio parecía tener como misión no dejar a nadie con un vaso vació por más de unos segundos. Picadas, impresionantes picadas, fueron también provistas para ayudarnos a tomar todavía más.
En cuanto a la cerveza, primero me dieron la nueva 12º que se llama dvouchmelněné, o algo por el estilo. Es una versión más lupulada de la Starobrno Světlý Ležák que encontré curiosamente parecida a algunas partidas de Pilsner Urquell, aunque esto puede ser una absoluta huevada de mi parte. También tomé Krušovice Pšeničné, que estaba muy buena, bastante más sabrosa que las versiones en botella que he tomado. Sin embargo, como acompañante para la mayor parte de la velada elegí Nefiltrované, la cual encontré muy agradable.
Pero tomar, comer y charlar no fue lo único que hicimos, también vimos algunas cosas, cosas muy copadas. Primero nos mostraron el, ¿cómo podría llamarlo?, bar de capacitación que tienen ahí. Básicamente es un bar perfectamente funcional con algunas modificaciones. Lo usan más que nada para enseñarle a hosteleros y griferos (me gusta este neologismo que me acabo de inventar) cómo darle el mejor cuidado a la cerveza, desde el almacenaje de los barriles, a las diferentes técnicas de dispensados, incluyendo el mantenimiento de las líneas, cómo lavar los vasos correctamente y hasta algo de análisis sensorial básico; en mi opinión, quizás el aspecto más importante de la cultura cervecera, y uno que muchos elaboradores, grandes y pequeños, suelen descuidar.
Volvimos a la pivnice a tomar un par de birras más antes de visitar la fábrica. Nuestro guía sería el Maestro Cervecero (no puedo acordar su nombre), un tipo muy simpático que, como todos los maestros cerveceros que he conocido, ama su trabajo y le encanta hablar sobre él. Nos mostró toda la cervecería, contestó a todas nuestras preguntas, hasta nos llevó hasta la pasarela por encima de los tanques cilindrocónicos, desde donde pudimos disfrutar una maravillosa vista de la ciudad por la noche. Pero una visita a una cervecería no estaría completa sin una parada en los sótanos para tomar cerveza directamente de los tanques de lagerización, la misma nefiltrované que había estado tomando en el bar, que sabía sorprendentemente diferente.
Luego de la excursión, nos quedamos en el bar para comer y tomar un poco más (o mejor dicho, para comer un poco, y tomar mucho más). Toda formalidad en el trato hacía rato que había desaparecido, charlamos y nos reímos casi como viejos amigos hasta bastante tarde; uno de esos maravillosos cuándos y dóndes en donde la cerveza que estás tomando ya no es tan importante, es otro elemento que hace que ese cuándo y dónde sea maravilloso, lo cual es la verdadera naturaleza de la cerveza. A la mañana siguiente estábamos todos sufriendo de ligeras resacas y experimentando esa conexión especial que solo extraños que han ido de copas juntos la noche anterior pueden sentir.
Fue un gran día en muchos aspectos, y quiero agradecer a la gente de Heineken CZ por haberme invitado.
Na Zdraví!
PS: Heineken sigue estando lejos de ser una de mis empresas favoritas por aquí. Puedo comprender su decisión de cerrar cuatro cervecerías, por no me gusta para nada que se hayan asegurado que nadie las vuelva a usar, matando, en algunos casos, siglos de tradición cervecera. Dicho esto, de las tres multinacionales que operan en el mercado checo, y más allá de los productos engañapichangas, los holandeses son lo que parecen interesarse más en la cerveza.
Aclaración: todo lo que comimos y tomamos en la cervecería estuvo a cuenta de la casa.
Queda demostrado que interesarles, les interesa la cerveza: demasiadas molestias por su parte si no fuera así. Circuito interesante; la verdad es q el conjunto de la jornada da envidia sana. Lo del "bar de capacitación" debería ser más común, así como el hecho de enseñar y publicitar que la cebada no requiere menos cuidados que las uvas.
ResponderBorrarGraaande Max
ResponderBorrargriferos: ....
no se me ocurrió mejor manera de decir výčepní en español.
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