Sin sentido, innecesaria, estúpida

La verdad es que la eterna discusión sobre lo que es o no es la cerveza artesanal. a esta altura del partido me chupa un huevo y un cuarto del otro. En tanto no haya una definición que contemple mecanismos concretos de garantía de calidad, como, por ejemplo, los que propongo acá, “Cerveza Artesanal” seguirá siendo para mí una marca, no muy diferente a “Premium”.

Y por favor, no se molesten en explicarme lo que para ustedes la marca esta significa o no. No me interesa, en serio. Si sos consumidor y el cuento de hadas asociado con esas dos palabras ayuda a mejorar tu relación con tu droga preferida, ¿quién so yo para quejarme? Si sos productor y tener esas dos palabras en la etiqueta te ayuda a vender un par de botellas más, me alegro por vos. En lo que a mí respecta, lo primero que tiene que ser una cerveza es buena.

Lo que sí me interesa, sin embargo, son los diversos intentos y ambiciones de apropiación corporativa de esta marca de dominio público, como los de Brewers Association, BrewDog y sus compadres, o algunos españoles; pero no porque esté de acuerdo con ellos, para nada. A pesar de mi oposición, sí entiendo lo que los motiva a ello. Están vendiendo una marca cada vez más exitosa – y por ende, valiosa – y quieren que se les otorgue el poder de decidir a quién dejan jugar en ese arenero, según las reglas que más les convengan.

Creo que estos empresarios estarán muy contentos de saber que alguien por fin ha logrado darle un cierto marco legal a esta fantasía. Birraire habló el lunes (y comentó muy bien) la Norma Técnica Artesana de la Cerveza del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra. Ahí lo tienen, en blanco y negro, y con sello oficial, lo que todos esperábamos: ¡una definición definitiva de Cerveza Artesanal!

Lástima que la norma parece haber sido redactada por un homebrewer principiante, tomando como base para el texto lo que se acordaba de algunas páginas en internet que alguna vez leyó.

Ya empieza muy mal en el Art. 2, la definición. Según esta norma, es Artesana la cerveza elaborada siguiendo las prácticas tradicionales, que contiene gas carbónico de origen endógeno exclusivamente.

“Las prácticas tradicionales”. ¿Qué son? ¿De qué se tratan? ¿Cómo se las define? Son cosas que quedarán a criterio de cada uno (o a lo mejor también necesitan de una norma técnica que las defina)

Y eso no es lo peor.

No voy a perder tiempo citando otras partes del documento. Les recomiendo que lo lean, son tres páginas nada más. Pero para que se den cuenta del nivel de ignorancia del que estoy hablando, basta con mencionar que, según la letra de este esperpento pseudo-legislativo, una Cerveza Artesana de Navarra no puede ser de fermentación alta; muchos menos si está inspirada en, o copia a alguna cerveza Trapense, o se elabora de acuerdo con algún estilo en donde sea común el empleo cereales sin maltear o de cualquier otra fuente de azúcares fermentables que no sean la malta de cebada o trigo; tampoco se permiten cervezas gruit y cualquier tipo de cerveza cuyo tiempo de maduración sea medianamente prolongado. No, según esta obra de arte de la más eximia burrada institucional, una Cerveza Artesana de Navarra sólo puede ser una lager elaborada con una cocción – hervor – de aproximadamente 2 horas, fermentada únicamente con saccharomyces carlsbergensis, y debe estar lista para salir a la calle en 4 semanas. ¡Una maravilla!

Para ser justos, cabe sí rescatar una cosa. La norma no tiene competencia sobre volúmenes de producción, tamaño de la empresa productora o su estructura societaria. Tampoco parece prohibir expresamente el filtrado o pasteurización.

Pero igual, en mi vida no creo haber visto tamaña pelotudez relacionada con la cerveza. Las definiciones de asociaciones mercantiles, y otros intereses económicos similares; las propuestas por marketineros o blogueros demasiado entusiastas se las puede ver como absurdos, dogmas de conveniencia, arbitrarias y hasta hipócritas en lo que respecta a su interés por el consumidor, pero al fin y al cabo, son inofensivas. Ésta, no, quiere tener peso legal – por ahora, no es vinculante para cervezas elaboradas fuera de Navarra y, aparentemente, no se prevén sanciones para elaboradores navarros que hagan cerveza como más les pinte el orto y la comercialicen bajo la marca “Artesanal”, pero tranquilamente puede ser modificado. O sea, es quizás el peor tipo de regulación que pueda existir: al menos por el momento, no parece ser ser aplicable más que en lo simbólico, fue evidentemente redactada por ignorantes que se creen importantes, da la impresión de querer encontrar una solución a un problema que no existe, fija restricciones totalmente absurdas, es un fracaso como (hipotética) norma proteccionista y ni siquiera pretende proteger los intereses del público consumidor, en lo cual, seguramente, fracasaría también.

¿Para qué mierda existe entonces? ¿A quién carajo se le ocurrió? ¿Quién fue el burro que la redacto? (Lo siento, pero ¿de qué otra manera se puede calificar a alguien que no sabe la diferencia entre “adición” y “adicción?).

Más allá de las respuestas a estas preguntas, esta Norma Técnica es un buen ejemplo de por qué jamás debería existir una definición legal de “Cerveza Artesanal” y por qué cualquier intento de lograr tal cosa debería ser resistido por todos amantes de la buena cerveza, más allá del lado del mostrador en el que se encuentren.

Pero sería lindo saber qué piensan de esta Norma los principales afectados por ella, los elaboradores navarros. Aunque, según lo que un elaborador de allí le dijo al amigo Birrarire: "en Navarra la certificación artesana es un tema muy serio, nada de marketing". ¿Qué más se puede agregar?

Na Zdraví!