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Se viene Česká pivní válka


Lo que ven abajo es la cola de un documental co-producido por Evolution Films, Česká Televize, y FAMU titulado Česká pivní válka (Czech Beer Wars).

El documental sigue a tres personajes: Pepa Krýsl, una muy conocida figura del mundillo cervecero checo, un Maestro Cervecero que se gana la vida, básicamente, vendiendo cervecerías; Martin Jarošek, un compositor tan enojado con Plzeňský Prazdroj que se va hasta Sudáfrica para, bueno, la verdad que no sé para qué y Ladislav Bureš, un elaborador casero de Moravia.

Soy bien consciente de que criticar una película solamente sobre la base de la cola es un ejercicio intelectual sin sentido, además de injusto. Pero la internet funciona gracias a esas dos cosas, y al porno, así que aquí les va.

De acuerdo a lo que se puede ver en la cola y lo que se puede leer en la sinopsis de prensa de la película (en checo), tengo la impresión de que hay algo ruidosamente ausente en la historia, las cervecerías regionales.

En la República Checa hay hoy un boom micro-cervecero no porque en los últimos años casi 200 entusiastas cerveceros han decidido hacer realidad el sueño de toda su vida, sino más que nada porque hay empresarios que lo ven a las micro-cervecerías como una inversión sensata—si se tiene el lugar, tener la cervecería propia funcionando no es muy caro, y si la empresa está bien manejada, se puede esperar un retorno de la inversión en cinco años. En otras palabras, es el amor al dinero más que el amor a la cerveza lo que ha alimentado este fenómeno. Nada de malo en ello, como consumidor, evalúo a una cervecería en principio de acuerdo a la calidad de sus productos, y no por las intenciones e ideales de sus dueños. Pero más allá de eso, con tan buenas posibilidades de éxito, no se puede hablar de una guerra, y mucho menos de una revolución. Un renacimiento, podrá ser, pero ya no estoy tan seguro.

Las cervecerías regionales, por otro lado, no la tuvieron tan fácil. Luego de una guerra mundial, cuatro décadas de deliberado descuido comunista, desregulación repentina del mercado y el estilo depredador del capitalismo de la década de 1990, es verdaderamente sorprendente que hoy todavía haya tantas dando vuelta, en especial teniendo en cuenta cuántas fueron las que no tuvieron esa suerte.

Más allá de la opinión que se pueda tener sobre las empresas, sus dueños o sus productos (no son todos santos, ni tampoco buenos), el hecho es que sin Bernard, Svijany, Ferdinand y las otras 30 y pico de cervecerías regionales, el paisaje cervecero checo sería hoy muy parecido al de la mayoría de los países, con poco o nada entre lo macro y lo micro, algo para nada bueno, en mi opinión. De hecho, me pregunto cuántos bares tipo Kulový Blesk, cervecerías tipo Matuška, pivotéky y cervezas importadas habría hoy en el mercado si las cervecerías regionales no hubiesen sido capaces de arrastrarse del olvido durante la década pasada (eso sí que es un renacimiento).

Pero bueno, a lo mejor estoy siendo injusto y, regionales o no, la película termina estando buena. Me imagino que voy a tener que verla para darme cuenta.

Na Zdraví!

Česká pivní válka debuta el 30 de octubre.

Comentarios

  1. Cerveza regional?
    Te refieres a micros que distribuyen en la "region txeca"? Hay regiones dentro de txequia? y dentro de Praga?
    Alex

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    Respuestas
    1. "Cervecerías regionales" acá se refiere más que nada los elaboradores independientes que no entran en la categoría "minipivovar" (>10.000hl/año) o las que no son independientes, pero son propiedad de capitales checos (por ej. Pivovary Lobkowicz). Bernard podría ser una excepción ya que pertenece en un 50% a Duvel Mortgaart.

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