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Escapada cervecera en Příbram


Mi mujer es de Příbram, y va para allá bastante seguido para visitar al padre y ayudarle con algunas cosas (es bastante mayor y su salud no es la mejor). Yo no. No me gusta para nada esa ciudad y limito mis visitas a dos por año, que son dos más de las que me gustaría. El pasado sábado fue una de esas visitas. Fuimos a celebrar el cumpleaños de mi suegro acompañados del resto de mi familia política.

Pero esta vez tenía un plan. Luego de un almuerzo más o menos en un restaurante con un camarero que cometía actos indecibles contra la cerveza, y de comer la torta, le dije a mi mujer que me iba de paseo—a Pivovar Podlesí, justo a las afueras de la ciudad, y a unos 3,5 km de la casa del suegro.

Era un día bastante caluroso, pero la caminata, si bien lejos de ser linda, no fue difícil y media hora más tarde estaba parado enfrente del brewpub.

Pivovar Podlesí abrió a fines de 2013. Había tomando solo una de sus cervezas, una IPA, que había estado sorprendentemente buena, en especial para una cervecería nueva, pero no había oído demasiado del resto de lo que elaboran (y la IPA no estaba en servicio ese día). Podría decirse que no sabía que esperar, pero allí estaba, contento de haber huido de la reunión familiar, al menos por un rato, y con una sed de puta madre.
El jardín al frente tenía linda pinta, y estaba tentador, pero cuando voy a un boliche nuevo quiero ver lo que hacen en el bar así que me senté adentro.

El equipo de cocción está al lado de la entrada a la taberna, a la izquierda, detrás de una partición con una ventana que mira al bar, en diagonal a los grifos. En la parte trasera hay otro salón, más grande, que no se veía mal, pero estaba totalmente vacío. Me tuve que sentar ahí; las dos mesas frente al bar, una estaba reservada para štamgasty y había una notebook abierta sobre la otra, y el bar no tenía bancos. No importó, desde donde me senté se podía ver bien lo que el grifero hacía.
Como corresponde, abrí la sesión con la desítka de la casa, Brdonoš. ¡Una hermosura! Es cierto que luego de caminar 3,5 km en una tarde calurosa, casi cualquier cosa que se haga llamar pivo me habría gustado, y que el primer tercio de la pinta casi que se desvaneció por mi garganta. Pero aun así puedo afirmarles que era perfecta, sin rastros de maltas caramelizadas, tal como debería ser para una desítka como Dios manda.
Ya con esa birra, Pivovar Podlesí se había ganado mi respeto. No habría importado quedarme con ella el resto de la tarde, pero quería saber cómo eran las otras cervezas.

Subiendo en la escala Plato estaba Podlesní Ležák. De aspecto, era igual a la anterior. Si no hubiese estado mirando al grifero mientras la servía, habría creído que se equivocaron con el pedido. Sin embargo, al paladar era un poco más plena, y también sosa. Le tomó unos tragos a la cerveza para sentirse cómoda en mi compañía, y para la segunda mitad del půl litr me había cautivado (otro ejemplo de por qué estoy convencido de que las medidas de cata no son para nada suficientes para apreciar bien a una cerveza, cualquier cerveza). Tenía las mismas características que su hermana menor, pero con dos grados más de firmeza. Una cerveza fantástica (una impresión reforzada por la botella PET que me llevé a casa).
Mikeš, una Tmavá 13º era la que seguía, y la que menos me gustó. La manera en que se las arreglaba para caminar una fina línea entre dulce y torrado era interesante y divertida, pero yo prefiero que mis cervezas oscuras sean más carnosas y esta estaba demasiado flaca para mí. Muy bien hecha, para ser justos, pero no del todo a mi gusto.
La última cerveza en la lista era Summer Fresh, una Ale de 10º. Dudé un poco. Las Ejly checas son una bolsa de gatos, a menudo descepcionantes, y tenía tiempo para una sola cerveza más. Entonces me acordé de la IPA, ¿podría quizás pedir un vaso chico? ¡Qué mierda! Me dije. Con cervezas como esta, cualquier cosa menos de medio litro es una pérdida de tiempo. Y si resulta no ser buena, mala suerte.

Por suerte, mis temores resultaron ser en vano. La birra era una maravilla; una Ale hecha y derecha, y deliciosa, con los lúpulos (¿Citra?) hablando en una voz bien clara (no hace falta gritar cuando se tiene algo interesante que decir), dejando cortésmente a las maltas decir lo suyo. ¡Y a 32CZK el medio litro!
En general, me llevé una excelente impresión de Pivovar Podlesí, y encaré la caminata de vuelta de muy buen humor (tener 2l de cerveza en el buche puede que haya contribuido a ello). No voy a decir que estoy ansioso de volver a Příbram, pero es bueno saber que este brewpub estará allí cuando eso suceda, y espero poder encontrar sus cervezas en Praga.

Na Zdraví!

Pivovar Podlesí
49.6898747N, 13.9820456E
Podlesí 139 – Příbram
info@pivovarpodlesi.cz - +420 604 254 574
Lun-Jue, Dom: 10:30-22, Vie-Sáb: 10:30-24

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