Nunca me voy a olvidar de cómo conocí a Vladimír Černohorský. Pavel Borowiec, the Editor en Jefe de Pivo, Bier & Ale me había pedido que me encuentre con él en Pivovar U Valšů.
El brewpub había cambiado de dueños y habían contratado a Černohorský para que les ponga las cosas cerveceramente en orden.
Llegué más o menos a la hora acorada, y fui para abajo. Allí me recibieron dos tíos sentados a la mesa al lado del equipo de cocción. El más viejo me preguntó, a lo guapo, qué es lo que yo estaba haciendo ahí. Cuando le contesté, se paró, sacó una navaja del bolsillo y dijo algo amenazador.
No me asustó, me pareció divertido, y el viejo este contestó con una enorme y franca sonrisa. Me invitó a tomar asiento y me dio una birra mientras esperaba a mi colega, que ya estaba en camino.
Nos volvimos a encontrar unos días más tarde en un viaje al Annafest. Allí me enteré quién era Vladimír Černohorský, uno de los Maestros Cerveceros más respetados y admirados de la República Checa, y que había estado en el oficio por más de medio siglo.
Eso fue más que suficiente para que lo respete, pero cuando me enteré que todavía tenía ganas de aprender cosas nuevas, empecé a admirarlo—alguien que solo sabe tanto y que le sigue gustando lo que hace después de tanto tiempo, sino que quere aprender más; eso es un verdadero Maestro.
Durante la segunda tarde de ese viaje estábamos compartiendo una mesa, charlando, y en un momento él me miró y declaró que teníamos que ser amigos. Me sentí honrado.
Nos hicimos amigos. Vladimír era el Maestro Cervecero en Únětický Pivovar y nos encontramos en innumerables ocasiones. En joda, yo lo llamaba Děda (Nono), y podía sentarme horas escuchando sus historias—tenía millones, una mejor que la otra.
Hoy me enteré que falleció.
Perdí a un amigo. Pero la comunidad cervecera checa ha perdido mucho más. Ha perdido un verdadero Maestro, un Caballero y un Tipazo, y con él, ha perdido todas esas historias que valían la pena contar.
La gente va y viene, las historias que valen la pena contar, deberían permanecer. Ojalá me hubiese tomado el tiempo para recopilar las de mi amigo.
Pero no quiero estar demasiado triste. A él no le gustaría. Hagamos como Švejk, y vayamos a nuestro bar favorito a pedir una Tmavé Pivo, es un día de luto.
Na Zdraví!
Foto: Únětický Pivovar |
Triste noticia.
ResponderBorrarSufrirá algún cambio la cervecería??
La cerveza seguirá siendo la misma??
El temor a que la cerveza sufra cambios ante este tipo de acontecimiento siempre esta.
Ojala que no.
Tuve la posibilidad de probar la 10 y la 12 y era magnificas.
No debería. El pibe que está a cargo del día a día tiene mucha experiencia (trabajó varios años en Staropramen).
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