El público general puede dar un respiro de alivio, su identidad cultural está a salvo de los ruines burócratas. Al mismo tiempo, los frikis y elaboradores locales pueden ir a dormir tranquilos sabiendo que la nomenclatura cervecera checa ya no será objeto de burla internacional una vez que la nueva legislación haya entrado en vigor. El el punto más polémico del proyecto de enmienda del Reglamento nro. 335/1997 del Ministerio de Agricultura de la República Checa ha sido resuelto.
Se ha acordado que Ležák seguría existiendo como categoría, pero solo reservada a cervezas de fermentación baja, tal y como Dios y Praotec Čech lo quisieron, mientras que el resto será indicado como Plné Pivo—siempre para cervezas de 11 a 12,9° Plato.
En una conferencia de prensa el martes pasado, representantes de la Asociación Checa de Micro-Cervecerías (Českomoravský svaz minipivovarů – ČMSMP) explicaron que este y otros cambios serán un reflejo más fiel de la imagen actual del mercado cervecero local, y agregaron que, a fin de mantenerse al paso de la evolución del mercado, se pueden esperar más enmiendas en el futuro cercano.
Es un objetivo que comparto y por lo tango me gustaría contribuir con algunas ideas para las futuras enmiendas:
Výčepní pivo como nombre para una categoría ha quedado obsoleto. Desde 2009, la mayoría de la cerveza en la República Checa se toma de botella, y estoy estoy seguro de que alguien en algún lado se está riendo de la idea de láhvové výčepní pivo, al igual que sucedía con Ležák de fermentación alta. La legislación debería también atender esto. Mi primera opción para un nuevo nombre, Lahváč, presentaba dos problemas: por un lado, la gente ya no pediría “Výčepní”, sino “Lahváč” y el camarero podría traerles una botella en lugar de una cerveza de barril. Un mejor nombre entonces podría ser Chlastační pivo. Me parece que suena bien—Braník chlastační pivo světlý—y es muy correcto. Degustační pivo podría ser también considerado en lugar de Silné.
El nombre Plné pivo parece haber sido elegido un poco a las apuradas y es por ello, creo, que, además de dejar la puerta abierta a demasiados chistes fáciles, no expresa plenamente el contraste con Ležák. Para tal fin sugiero Stoják, Rychlák, Svrchňák o Ejlák.
Pero los cambios no deberían terminar ahí. La nomenclatura cervecera está poblada de inexactitudes, algunas de las cuales son casi ofensivas. India Pale Ale debería ser revisada. Además de que las IPAs modernas no tienen nada que ver con India, el nombre refiere también a la opresión y brutalidad del colonialismo. Sugiero Hop-forward Pale Ale o Indiscreet Pale Ale, si prefieren quedarse con la sigla. Imperial, como indicativo de más fuerte, presenta un problema similar. Este país no ha sido parte de un imperio por casi un siglo y además de ello, la palabra es contraria a los principios que forman los pilares de los valores europeos. Sugiero Democratic, Inclusive o Humanistic como alternativas.
Pero me estoy dejando llevar por el entusiasmo. Esta preocupación trasciende las fronteras de la cultura cervecera checa y por ende debería ser discutida en la escena internacional.
Na Zdraví!
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