Joe “Thirsty Pilgrim” Stange, escribiendo para Good Beer Hunting, va más allá de los titulares con una detallada historia sobre el fracaso de Stone Berlin, reseñando, entre otras cosas, las dificultades que la empresa cervecera californiana tuvo mientras armaban su fábrica en la capital alemana.
Si bien no tengo dudas que los retrasos y los costos imprevistos fueron factores contribuyentes a su infortunado destino, en retrospectiva, creo que, incluso si todo hubiese salido según lo planeado (lo cual rara vez sucede) el emprendimiento estaba condenado al fracaso por el simple motivo de que llegó demasiado tarde. Paso a explicar.
Recuerdo haber oído sobre los planes europeos de Stone hace ya diez años, y es posible que ya se hablase de Berlín entonces. Para ponerlo en perspectiva, en esta época Brew Dog todavía usaba su fábrica original y muchos tomaban su sanata Punk; una época en la que De Molen, Meantime, Nøgne Ø y Cíbeles eran cervecerías independientes, y nuevas; una época en la que lo que muchos llaman la Escena Artesanal en España, Polonia, Eslovaquia, Hungría y quizás también hasta en Inglaterra e Italia estaba todavía en su infancia y, en algunos casos, como el español, por ejemplo, seguían existiendo dudas sobre la sostenibilidad de la moda, y ni hablar de la calidad general de los productos. Ese habría sido el momento perfecto para el desembarco de Stone. Se habrían encontrado con un mercado mucho más abierto, con pocas empresas elaborando el tipo de cervezas que los habían hechos célebres en los EE.UU., al menos no de manera consistente, en donde seguramente habrían sido considerados novedosos y hasta innovadores; un ecosistema perfecto para una marca nueva con ambiciones continentales.
Compárese con el panorama con el que se encontraron. La escena en los países que menciono arriba, y en varios otros, está funcionando a pleno, poblada por marcas bien establecidas y reconocidas, algunas de las cuales han ganado fama y éxito más allá del público entusiasta y sus mercados de cabotaje. Para dar un ejemplo, vean lo que hoy está pasando acá, en Chequia: cuando oí por primera vez de los planes de Stone, Pivovar Matuška elaboraba con un equipo de 5 hl en el garaje de la casa de la madre del fundador. Desde han crecido un montón, es una base de referencia en varios aspectos para elaboradores, clientes y consumidores checos, y el año pasado hizo una colaboración con Plzeňský Prazdroj que fue distribuida a cientos, sino miles, de bares Pilsner Urquell y Gambrinus en todo el país, como parte de la serie Volba Sládků, en octubre; se llamó První, en honor al centésimo aniversario de la fundación de la República Checoslovaca. En ese entonces, los bares multimarca en Praga se podían contar con las manos, hoy, además de haber decenas de ellos, piva z minipivovarů se pueden encontrar en pizzerías, hamburgueserías, cafés, restaurantes modernos, cines y, por supuesto, pajzly de barrio – el otro día, en uno de estos últimos, escuché una conversación entre el grifero y un štamgast de cincuentaipico sobre los méritos de una Sour de Pivovar Kamenice nad Lipou.
Joe, en su artículo, da otro buen ejemplo de lo que digo (traducción mía del original en inglés): "En 2016, en una visita a Poznań, Polonia, fui a un elegante bar llamado Ministerstwo Browaru. En uno de sus 14 grifos tenían Stone IPA a 24 złoty el medio litro (un poco menos de $6). Esto puede parece razonable a la mayoría de los lectores estadounidenses, pero la trampa está en que IPAs muy decentes de producción local costaban casi la mitad, al igual que otra cerveza alemana en el menú, Hofbräu Oktoberfestbier. Poznań está apenas a 3 horas de Berlín." Cambien los datos específicos y probablemente podrían contar la misma historia sobre muchas otras ciudades europeas.
Stone nunca habría podido competir con esto, ni con los demás grandes nombres distribuidos en todo el continente, especialmente si se tiene en cuenta que, fuera de los círculos frikis, sigue siendo una marca prácticamente desconocida, con la cual la mayoría de los consumidores no se identifica. Hoy, en lugar de un pionero, no es mucho más que otra cerveza cara ocupando un grifo. Sí, puede que algunos le den una oportunidad, por curiosidad o para marcar el nombre en su perfil de Untappd, solo para a lo mejor darse cuenta de que podrían haber gastado la mitad en una cerveza local que probablemente sea igual de buena.
Pero para ser justos, las ambiciones de Stone no estaban del todo fuera de lugar, pero la realización de proyectos como el suyo toma varios años antes de que siquiera empiece el trabajo de campo, y difícilmente podrían haber predicho la espectacular explosión de la marca Cerveza Artesanal en toda Europa. No obstante, no deja de ser una lástima para ellos no haber sido capaces de poner Stone Berlin en marcha unos años antes. Para los consumidores, por otro lado, bueno, tenemos más que suficiente para elegir y no creo que se haya perdido mucho. En lo que a mí respecta, hasta casi que me había olvidado de Stone Berlín antes de la noticia.
En otro orden de cosas, para Brew Dog esto es genial. Se han hecho de una fábrica ya funcionando, relativamente nueva y bastante grande que pueden empezar a usar apenas reciban las llaves para elaborar algunos de sus productos insignia para los mercados vecinos y, como si eso no fuese poco, una base de operaciones en el continente europeo a resguardo de cualquier posible consecuencia del Brexit. Lo que hayan pagado por ella fue una ganga.
Na Zdraví!
Si bien no tengo dudas que los retrasos y los costos imprevistos fueron factores contribuyentes a su infortunado destino, en retrospectiva, creo que, incluso si todo hubiese salido según lo planeado (lo cual rara vez sucede) el emprendimiento estaba condenado al fracaso por el simple motivo de que llegó demasiado tarde. Paso a explicar.
Recuerdo haber oído sobre los planes europeos de Stone hace ya diez años, y es posible que ya se hablase de Berlín entonces. Para ponerlo en perspectiva, en esta época Brew Dog todavía usaba su fábrica original y muchos tomaban su sanata Punk; una época en la que De Molen, Meantime, Nøgne Ø y Cíbeles eran cervecerías independientes, y nuevas; una época en la que lo que muchos llaman la Escena Artesanal en España, Polonia, Eslovaquia, Hungría y quizás también hasta en Inglaterra e Italia estaba todavía en su infancia y, en algunos casos, como el español, por ejemplo, seguían existiendo dudas sobre la sostenibilidad de la moda, y ni hablar de la calidad general de los productos. Ese habría sido el momento perfecto para el desembarco de Stone. Se habrían encontrado con un mercado mucho más abierto, con pocas empresas elaborando el tipo de cervezas que los habían hechos célebres en los EE.UU., al menos no de manera consistente, en donde seguramente habrían sido considerados novedosos y hasta innovadores; un ecosistema perfecto para una marca nueva con ambiciones continentales.
Compárese con el panorama con el que se encontraron. La escena en los países que menciono arriba, y en varios otros, está funcionando a pleno, poblada por marcas bien establecidas y reconocidas, algunas de las cuales han ganado fama y éxito más allá del público entusiasta y sus mercados de cabotaje. Para dar un ejemplo, vean lo que hoy está pasando acá, en Chequia: cuando oí por primera vez de los planes de Stone, Pivovar Matuška elaboraba con un equipo de 5 hl en el garaje de la casa de la madre del fundador. Desde han crecido un montón, es una base de referencia en varios aspectos para elaboradores, clientes y consumidores checos, y el año pasado hizo una colaboración con Plzeňský Prazdroj que fue distribuida a cientos, sino miles, de bares Pilsner Urquell y Gambrinus en todo el país, como parte de la serie Volba Sládků, en octubre; se llamó První, en honor al centésimo aniversario de la fundación de la República Checoslovaca. En ese entonces, los bares multimarca en Praga se podían contar con las manos, hoy, además de haber decenas de ellos, piva z minipivovarů se pueden encontrar en pizzerías, hamburgueserías, cafés, restaurantes modernos, cines y, por supuesto, pajzly de barrio – el otro día, en uno de estos últimos, escuché una conversación entre el grifero y un štamgast de cincuentaipico sobre los méritos de una Sour de Pivovar Kamenice nad Lipou.
Joe, en su artículo, da otro buen ejemplo de lo que digo (traducción mía del original en inglés): "En 2016, en una visita a Poznań, Polonia, fui a un elegante bar llamado Ministerstwo Browaru. En uno de sus 14 grifos tenían Stone IPA a 24 złoty el medio litro (un poco menos de $6). Esto puede parece razonable a la mayoría de los lectores estadounidenses, pero la trampa está en que IPAs muy decentes de producción local costaban casi la mitad, al igual que otra cerveza alemana en el menú, Hofbräu Oktoberfestbier. Poznań está apenas a 3 horas de Berlín." Cambien los datos específicos y probablemente podrían contar la misma historia sobre muchas otras ciudades europeas.
Stone nunca habría podido competir con esto, ni con los demás grandes nombres distribuidos en todo el continente, especialmente si se tiene en cuenta que, fuera de los círculos frikis, sigue siendo una marca prácticamente desconocida, con la cual la mayoría de los consumidores no se identifica. Hoy, en lugar de un pionero, no es mucho más que otra cerveza cara ocupando un grifo. Sí, puede que algunos le den una oportunidad, por curiosidad o para marcar el nombre en su perfil de Untappd, solo para a lo mejor darse cuenta de que podrían haber gastado la mitad en una cerveza local que probablemente sea igual de buena.
Pero para ser justos, las ambiciones de Stone no estaban del todo fuera de lugar, pero la realización de proyectos como el suyo toma varios años antes de que siquiera empiece el trabajo de campo, y difícilmente podrían haber predicho la espectacular explosión de la marca Cerveza Artesanal en toda Europa. No obstante, no deja de ser una lástima para ellos no haber sido capaces de poner Stone Berlin en marcha unos años antes. Para los consumidores, por otro lado, bueno, tenemos más que suficiente para elegir y no creo que se haya perdido mucho. En lo que a mí respecta, hasta casi que me había olvidado de Stone Berlín antes de la noticia.
En otro orden de cosas, para Brew Dog esto es genial. Se han hecho de una fábrica ya funcionando, relativamente nueva y bastante grande que pueden empezar a usar apenas reciban las llaves para elaborar algunos de sus productos insignia para los mercados vecinos y, como si eso no fuese poco, una base de operaciones en el continente europeo a resguardo de cualquier posible consecuencia del Brexit. Lo que hayan pagado por ella fue una ganga.
Na Zdraví!
De acuerdo en casi todo. El precio de Stone por aquí España no es tan caro comparado con el producto local. De hecho, se puede encontrar -no por mucho, imagino- mi session IPA favorita, la Go to IPA, alrededor de 2,50€ la lata en algunas tiendas de bebidas.
ResponderBorrarYo creo por otra parte que le condenó también la actitud arrogante, meándose en la cultura cervecera alemana y comparando el panorama de pils y dunkels con el panorama de Budwaisers y Coors yankees de los 90.
Lo que decís de la arrogancia, aunque tampoco ayudó, no creo que haya sido factor. Fue algo que, al menos fuera de Alemania, dio más que nada vergüenza ajena. Para mí Koch quedó como un salame, no solo porque dio la imagen de alguien que no debe haber tomado más de 3 o 4 marcas alemanas (y de las peores), sino también de alguien sin puta idea de lo que es, o en su momento era, la escena cervecera europea, incluso en Alemania.
ResponderBorrarYo no estoy nada de acuerdo, no creo que el problema fuese entrar "demasiado tarde". Es más, pienso que todavía hay oportunidad para entrar ahora. En general, en todos los sectores se tiende a sobrevalorar demasiado el factor "first mover", cuando hay miles de ejemplos de empresas que aparentemente llegan tarde y se quedan con el mercado. Yo llegué a oír esto de Google frente a Yahoo, allá por 1999 y ya ven quién salió ganando...
ResponderBorrarEn concreto, en el sector de la llamada cerveza artesana esto no ha hecho más que empezar y todavía queda muchísimo hueco para crecer, el gran público -al menos en España- aún no ha terminado de descubrir estos productos y estoy convencido de que algunas de las marcas que terminarán triunfando aún ni se han lanzado. En mi opinión, el fracaso de Stone habrá que buscarlo en otros factores (precio, imagen inadecuada, no lo sé por que no conozco al detalle lo que hicieron), pero en absoluto me parece que hayan llegado tarde.
En fin, una pena porque me encanta su IPA y su Arrogant Bastard, era una maravilla tenerlas disponibles en el súper (por cierto, todavía las siguen teniendo tres meses después de la venta a Brew Dog...)
Tenés razón en lo que decís, pero hay que tener en cuenta también el mercado, la realidad de la industria y las ambiciones de la empresa, además de lo que esta ofrece. Google le ganó a Yahoo porque ofrecía un producto objetivamente superior y, podría decirse, distinto, Yahoo era un portal, Google solamente un buscador, recién después agregaría todos los demás servicios, como el e-mail, que también era objetivamente mejor que lo que ofrecían Yahoo, Hotmail y tantos otros. En contraste, Stone ofrece cerveza. Sí, muy buena quizás, pero cervezas muy buenas en el mercado hoy día hay de sobra y las de Stone no se diferencian demasiado de todas las demás, al menos no a primera vista. Encima de eso, la ambición de Stone fue empezar grande, lo cual puede ser un problema cuando a tu producto tenés que salir a venderlo, tenés que convencer a dueños de bares, restaurantes y tiendas, y a distribuidores y mayoristas que compren tu producto, quitándole probablemente espacio a marcas ya muy reconocidas y probadas cuando la tuya es casi desconocida para el consumidor promedio. Pero hace diez años esas marcas hoy probadas y reconocidas todavía no lo eran y les tomó varios años llegar a la posición que tienen hoy y Stone parece que quería estar ahí hoy, enseguida.
BorrarHe leído el artículo de Joe Stange y me da la impresión de que es lo que dices en tu comentario: no tanto que llegaran demasiado tarde sino que entraron queriendo llegar demasiado lejos demasiado rápido, pensando que se merendarían el mercado en un santiamén.
ResponderBorrarOff-topic, no estoy de acuerdo que el e-mail de Google sea objetivamente mejor que los demás. Yo tengo un par de cuentas g-mail y otras dos hotmail (ahora outlook), y francamente estoy bastante más contento con las segundas!
Nunca he entendido por qué todo el mundo dice que g-mail es mejor, supongo que algo se me estará escapando... me pasa lo mismo con Chrome vs Explorer...
Lo de gmail me refería a cuando lo lanzaron, era objetivamente mejor que la competencia, ofrecía mucho más espacio y los mensajes ordenados en conversaciones. Hoy me sigue gustando, pero estoy migrando de a poco a Zoho, que me parece mejor. Pero ya es otro tema.
BorrarSigo convencido de que si Stone hubiese llegado hace una década, le habría ido mucho mejor porque habría podido competir al menos en igualdad de condiciones con las marcas que hoy ya están establecidas. Fijate que acá, que estamos al lado, y en Praga hay un mercado, pequeño, pero interesante de cervezas importadas, las de Stone tenían una presencia casi nula en los bares y tiendas especializados, mientras que las de BrewDog o Mikkeler, por ejemplo, se consiguen en casi todos.
El mayor error, quizás, fue no haber revisado sus ambiciones para ajustarlas a las realidades del mercado actual. Pero quién sabe, quizás ya tenían tanto capital comprometido que no les quedó otra alternativa que lanzarse y esperar lo mejor.